Los jóvenes, los grandes olvidados en El Hierro

Sin alternativas de ocio, con una oferta formativa deficiente y sin opciones de encontrar empleo, los jóvenes herreños emigran cada año de la isla para buscar oportunidades

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Un joven sentado frente al mar en El Hierro./ Pixabay
Un joven sentado frente al mar en El Hierro./ Pixabay

"¿Por qué se van los jóvenes de El Hierro?". Es la pregunta que lleva décadas haciéndose la población herreña. La Isla del Meridiano contabilizó 11.423 habitantes en 2022 y lleva años con un crecimiento poblacional muy lento, agravado especialmente por el éxodo de sus jóvenes, que en cuanto pueden se van a Tenerife o Gran Canaria para estudiar o crecer profesionalmente.

La clase política trata de encontrar una solución al problema, pero no da en la clave. Hace unas semanas, Javier Armas, presidente de la Agrupación Herreña Independiente, afirmaba para Atlántico Hoy: "No han sido fructíferas las políticas coyunturales de apoyo y de protección a islas no capitalinas para conseguir que vivir en El Hierro sea igual de fácil y en las mismas condiciones que en cualquiera de las islas centrales".

Falta de ocio 

Pero el problema de la población no se puede solucionar sin atender al problema de la juventud, y este está muy enquistado. Pablo Rodríguez Cejas, presidente de la Asociación Cultural Amador en El Hierro, relata a Atlántico Hoy algunos de los problemas con los que se encuentran los jóvenes de la isla.

"Me parece también inconcebible que en la isla de El Hierro no exista una sola casa de la juventud, ni siquiera un espacio referente de reunión de la población joven, ni a nivel local ni a nivel insular", lamenta. Rodríguez explica algunas historias que ha visto con sus propios ojos que refrendan la falta de alternativas de ocio para los jóvenes en su isla.

"La única cancha polideportiva techada en La Frontera es la del colegio público Tigaday. Una veintena de jóvenes del pueblo han demandado por activa y por pasiva al ayuntamiento que les apoye para poder utilizar ese espacio por las tardes. Como no se les hacía caso, terminaban saltando la valla del colegio y colándose sin que nadie les viera para poder jugar un partido de fútbol. Como no tenían permiso, la Policía Local los echó de allí. A la plaza del pueblo tampoco les dejan ir, porque, al ser un espacio de juego, podrían dar un balonazo a algún niño", cuenta.

Unos niños sentados en la pista techada del colegio público Tigaday, en El Hierro./ Gobierno de Canarias
Unos niños sentados en la pista techada del colegio público Tigaday, en El Hierro./ Gobierno de Canarias

Inicio en el consumo de drogas

La acusada falta de ocio empuja a los jóvenes a buscar alternativas para pasar el tiempo. Según el Informe 2020 de Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España, editado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, los jóvenes canarios son los más precoces a la hora de introducirse en el consumo de drogas como el cannabis con una media de 14,6 años.

En islas no capitalinas, como El Hierro, este problema es más acusado que en las centrales. 

Una planta de marihuana /Efe
Una planta de marihuana /Efe

Éxodo formativo y laboral

Al inconveniente de la falta de ocio se suman otros como la ausencia de opciones formativas, de empleo y de vivienda. Un combo que fuerza a los jóvenes a marcharse en la adolescencia y no regresar a El Hierro.

"En El Hierro los itinerarios formativos y profesionales son escasos. Hay un único instituto en la isla donde se imparten apenas tres ciclos de Formación Profesional", cuenta Pablo Rodríguez. Por otra parte, encontrar trabajo para los jóvenes canarios es una tarea difícil. De acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada en el mes de julio de 2022 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el paro juvenil en Canarias atesora la tasa más alta del estado español: el 42,27 %.

"En la isla de El Hierro hay más de 721 personas en paro, buena parte de ellas jóvenes que se ven obligados a vivir con sus padres o emigrar de la isla", apunta Rodríguez, que señala que "la escasa oferta de empleo a la que pueden acceder nuestros jóvenes es, en su mayoría, a través de proyectos de empleo muy concretos que promueve la Administración Pública".

La vivienda

Incluso en el caso de encontrar trabajo, acceder a una vivienda es complicado. La isla tiene escasa oferta debido a su propia orografía. Laura Rodríguez, una joven herreña que ha estado años vinculada a movimientos juveniles a nivel regional, explica a Atlántico Hoy una situación añadida: muchas viviendas son ocupadas de manera recurrente por personal funcionarial -como profesores o médicos especialistas- que llega a cubrir puestos que han quedado vacantes porque no hay profesionales en El Hierro que puedan cubrirlos.

Ese rotar constante de inquilinos produce, según esta joven, un encarecimiento de los precios que muchos jóvenes no se pueden permitir.

Camarero con título universitario

Pablo Rodríguez Cejas, a modo de conclusión sobre todos estos problemas, expresa: "La juventud en El Hierro quiere lo mismo que hace 20 años: tener 18 años, sacarse el carnet y marcharse a Tenerife o Gran Canaria. Quienes regresan después de haberse formado son, en su mayoría, porque no encontraron nada fuera".

"En la isla hay tan pocas posibilidades que esos jóvenes que regresan porque en la isla al menos tienen un techo y comida terminan, en el mejor de los casos, trabajando de camareros en un bar con una carrera universitaria debajo del brazo", zanja Rodríguez.

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