La Policía Nacional ha localizado en Tenerife a víctimas de los cinco detenidos en Valladolid por su supuesta pertenencia a una banda criminal especializada en estafas, blanqueo de capitales y fraude bancario mediante la técnica conocida como “pérdida de control de WhatsApp”, según han informado fuentes policiales.
La investigación, iniciada por el Grupo de Ciberdelincuencia de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valladolid, se abrió tras 48 denuncias presentadas entre el 21 y el 25 de enero de 2025. En 38 casos se trató solo de la pérdida de control de la cuenta, pero en diez se consumaron estafas por un total de 4.723 euros. Las pesquisas, en un primer momento centradas en Valladolid, se extendieron después hasta Tenerife, donde fueron identificadas nuevas víctimas relacionadas con el mismo grupo criminal.
"Mulas bancarias” y captadores
El análisis de las transacciones, en coordinación con las entidades bancarias, permitió reconstruir la estructura jerárquica de la red. En la base se situaban las “mulas bancarias”, encargadas de mover el dinero. Por encima, los “captadores de mulas”, todos con residencia en la Comunidad de Madrid.
Uno de los aspectos más relevantes fue la rapidez en el movimiento de fondos: en cuestión de segundos, el dinero era transferido entre cuentas para luego convertirse en efectivo mediante cajeros, comercios y terceras personas.
Método de la estafa
El Grupo de Investigación de Ciberdelincuencia de Valladolid, junto al Grupo IX de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, consiguió detener a cinco miembros de la organización, mientras que tres continúan prófugos.
La Policía ha detallado que la forma de operar seguía tres fases. Primero, el estafador se hacía pasar por un conocido y enviaba un enlace a la víctima. Tras obtener un código de verificación, lograba el control total de la cuenta de WhatsApp. Usurpando la identidad de la víctima, contactaba con familiares y amigos para solicitar dinero de forma urgente. Quienes atendían a la petición sin comprobar la identidad terminaban estafados, mientras que quienes verificaban los mensajes lograban evitar el fraude.