López Busón: “Canarias debe planificar mejor su desarrollo para proteger su riqueza ecológica". / AH
López Busón: “Canarias debe planificar mejor su desarrollo para proteger su riqueza ecológica". / AH

López Busón: “Canarias debe planificar mejor su desarrollo para proteger su riqueza ecológica"

El profesor de la Universidad de Oregón lidera un programa internacional que estudia cómo las islas pueden adaptarse y mitigar el impacto del cambio climático

Martín Alonso

Ignacio López Busón (Las Palmas de Gran Canaria; 1980), profesor en el Departamento de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Oregón, es experto en diseño territorial y tecnologías emergentes. Titulado por la Escuela de Arquitectura de la ULPGC y máster en Urbanismo del Paisaje por la Architectural Association de Londres, ha trabajado como arquitecto y paisajista en oficinas de diseño de España, Reino Unido, Estados Unidos y China. Estos días López Busón se encuentra de regreso en Gran Canaria con diez alumnos de su universidad, otros tres de la Universidad de Washington y dos de la ULPGC, que investigan el Archipiélago en el marco del programa internacional Islas futuras, sobre islas, paisaje, urbanismo y cambio climático, que la Universidad de Oregón realiza en alianza con la fundación Instituto20grados. Los primeros resultados de su investigación podrán verse en un acto de acceso libre el próximo jueves a partir de las 19.00 horas en el espacio El Soco (antiguo bar Cuasquías), calle San Pedro 2, Triana. 

¿Qué puede aportar una disciplina con un notable sesgo estético como la arquitectura de paisaje a la mitigación y adaptación al cambio climático?

Esta cuestión revela el problema de imagen que el sector del paisajismo está intentando cambiar en los últimos años, especialmente en Estados Unidos. La arquitectura del paisaje es un sector muy amplio que incluye líneas de investigación que van desde la escala de la botánica y la jardinería, hasta el diseño de parques y la ordenación territorial. La estética de la naturaleza a la que se refiere implica un inmenso esfuerzo para coordinar campos como la hidrología, la geología, la climatología, la ingeniería civil, la arquitectura, la ecología y hasta la sociología. En Estados Unidos los arquitectos del paisaje somos los encargados del diseño del espacio público, y no solo de plantar árboles. Colaboramos con ingenieros civiles de la misma forma que los arquitectos colaboran con ingenieros de estructuras e instalaciones. Nuestro objetivo es dar soluciones espaciales a problemas complejos que incluyen lógicas sociales y naturales. Obviamente, la mitigación y adaptación al cambio climatico es parte de esta definición. De hecho, hace dos años la arquitectura del paisaje fue reconocida en Estados Unidos como profesión STEM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, según sus siglas en inglés]. En contra de lo que nos han enseñado durante el siglo XX, la relación entre lo natural y lo urbano no viene determinada por una valla que separa ambos ámbitos. Lo urbano ocurre sobre lo natural, y, por tanto, necesitamos diseñar ciudades que sigan las lógicas naturales (ecología, hidrología, etc), pero que se mantengan confortables y estéticamente atractivas para sus habitantes. El arquitecto del paisaje es una figura clave en este proceso, pero para nosotros es indispensable lacolaboración con arquitectos e ingenieros.

¿En qué consiste el programa Islas Futuras?

Es una iniciativa de investigación que dirijo a través de la Universidad de Oregón, con el apoyo local de la Fundación Canaria Instituto20grados, en Gran Canaria, que dirigen Juan Palop y Cristina Suarez. Su objetivo es investigar como territorios vulnerables al cambio climatico, como las islas, pueden adoptar soluciones territoriales y locales para mitigar los impactos medioambientales y planificar modelos urbanos y rurales más sostenibles, a nivel económico, ecológico y social. Desde el punto de vista docente, esta es una iniciativa de estudios internacionales para alumnos estadounidenses que, en sumayoría, nunca han salido de su país. Es un programa docente inmersivo que los introduce en la cultura y medioambiente canarios, coordinado a nivel internacional por GEO (Global Education Oregon) y Learning International, y a nivel local por Bancy

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Ignacio López Busón, en el centro de la imagen, acompañado por universitarios que participan en el programa Islas Futuras. / AH

¿Qué investigan en Canarias?

Justamente por ser entidades geográficas aisladas, las Islas son reconocidas habitualmente como laboratorios. En una isla es mucho más fácil medir, evaluar y averiguar por qué funciona o no cualquier aspecto que analicemos. En una isla es mucho más difícil echarle la culpa a fuerzas externas y, si nos organizamos, en teoría también debe ser mucho más fácil encontrar soluciones. Cuando pensamos en una isla, la imagen que nos viene con inmediatez a la mente es la de su relación con el mar. El estudio del sistema costero parecería lo más adecuado para investigarla. Sin embargo,analizar islas desde una sección transversal, desde la costa hasta su cumbre a través de sus barrancos, permite una lectura mucho más compleja del territorio, especialmente en islas volcánicas como Canarias, que son bastante elevadas para su pequeña superficie. El estudio de los barrancos ayuda a entender las sinergias entre el centro de la isla y la costa, el ciclo del agua, cómo y por qué cambian los usos y la movilidad. Los barrancos son las arterias ecológicas de nuestras Islas y su sección y morfología afectan al clima, la ecología y la cultura local. El estudio de los barrancos puede explicar los problemas y generar soluciones para un desarrollo más sostenible y resiliente ante el cambio climatico.

¿Qué lugares han recorrido en las Islas?

Siguiendo la lógica de los barrancos, en Gran Canaria hemos organizado visitas a través de tres tipos de barrancos según su orientación. La primera semana, el barranco del Guiniguada, de orientación noreste, desde Las Palmas hasta Tejeda. La segunda, barrancos del sur de la Isla: Tirajana, Maspalomas, y Arguineguín. La cuarta, barrancos del norte-noroeste: Moya, Gáldar y Agaete. Cada visita ha sido completamente diferente, tanto desde el punto de vista ecológico como cultural. Durante la tercera semana hicimos una visita de tres días a Tenerife para, muy brevemente, poder comparar ambas islas. Esta comparativa es esencial para desarrollar una metodología que esperemos sea exportable a otros territorios insulares.

¿En qué consiste su colaboración con la Fundación Instituto20grados?

La Fundación Instituto20grados nos ha proporcionado un espacio físico que podemos usar como base de operaciones. Doy clase de lunes a jueves, incluyendo tutoriales, charlas y discusiones de proyecto. Por otro lado, nos ha conectado con una vasta red de expertos que nos han dado charlas, pero también con administraciones y grupos vecinales, para que los estudiantes entiendan la complejidad de la sociedad canaria. El propósito es crear más oportunidades para colaborar e innovar sobre la cuestión de las Islas y el cambio climatico, a través de futuras ediciones del programa, conferencias, e incluso facilitar sistemas de intercambio para que estudiantes canarios puedan visitar los Estados Unidos.

¿Qué expertos colaboran con ustedes en el estudio del Archipiélago?

Al venir aquí, he reconectado con antiguos colaboradores como los propios Juan Palop y Cristina Suarez. Además de arquitecto, Juan es experto en urbanismo, diseño territorial y turismo, y conoce muy bien el sistema de planeamiento canario y español. Y Cristina es una reconocida líder en diseño participativo, algo fundamental hoy si queremos generar ciudad. Pero también he tenido la suerte de contactar con otros expertos canarios que han sido generosísimos con su tiempo. Hemos tenido charlas de Lidia Esther Moreno Martín, geógrafa y reconocida experta en bancales de la ULPGC; José María Fernández-Palacios, experto mundial en biogeografía insular de la ULL; Víctor Delisau Pizarro, técnico del Cabildo de Gran Canaria experto en el PIO, y Jorge Artiles, director del Experto Universitario en Gobernanza y Participación Ciudadana de la ULPGC. Y no podemos olvidar a Juan Manuel Rodriguez, un experto senderista que nos ha guiado por Gran Canaria durante estas cinco semanas. Igualmente hemos conectado con otros investigadores que también están estudiando islas, como Ben Pollock y John Cook de la Universidad de Westminster, en Londres, y Duarte Santo, arquitecto portugués que ha desarrollado proyectos en Madeira y Azores. Por último, Fernando Menis nos recibió durante nuestra visita a Tenerife, y nos hizo un tour por muchas de sus obras, uno de los ejemplos más paradigmáticos de arquitectura contemporánea canaria. Entender la perspectiva de un arquitecto canario y ver como Fernando ha luchado por crear una obra personal pero profundamente contextualizada, capaz de generar y reforzar la identidad canaria es esencial en un contexto turístico como el nuestro.

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Ignacio López Busón. / AH

¿Tienen previsto volver?

La edición del programa para 2026 ya ha sido confirmada, así que hora tengo un año para planificar como llevarlo un paso más alla. Ya estoy evaluando algunas ideas que me gustaría incluir el año que viene, incluyendo una estancia más prolongada en Tenerife. Afortunadamente, y a falta de unos días para acabar, todo ha salido estupendamente.

¿Qué otros archipiélagos contemplan para extender programa?

Hemos comenzado en Canarias para sentar las bases y comprobar si las lecciones que extraemos de aquí pueden extrapolarse a otros archipiélagos con los que Canarias comparte similitudes a niveles topográfico, geológico, climático, ecológico o económico. Archipiélagos como Azores, Hawai y Galápagos son similares a Canarias en muchos aspectos, pero no estan tan desarrollados, lo que hace que parte de esta investigación pueda ser de ayuda para que otras islas no cometan los mismos errores.

Durante su estancia emplean tecnologías como sistemas de información geográficos(SIG), habituales entre los geógrafos y organismos de planeamiento. ¿Han logrado alguna innovación con las mismas?

Como usted dice, los SIG son una tecnología que sirve para planificar y tomar decisiones territoriales a gran escala. Básicamente, para decidir el dónde y el qué, pero no el cómo. El problema es que, cuando arquitectos, paisajistas o diseñadores urbanos somos contratados para continuar diseñando a una escala más pequeña y cuando analizamos el contexto local, vemos muchas veces que el dónde y el qué no son los más adecuados. La metodología de diseño que propongo, es, primero, capaz de usar SIG a escalas más pequeñas y de generar lógicas de diseño basadas en la recolección de datos locales. Y, segundo, gracias a estos datos, es capaz también de crear conexiones entre la escala local y la territorial, de tal forma que las decisiones de planeamiento no sean impuestas desde la escala territorial, sino que resulten de un híbrido entre lógicas territoriales y lógicas locales. Desde el punto de vista docente, es increíblemente útil que los estudiantes puedan comparar datos SIG bajados de internet, con información que ellos mismos recopilan a través de visitas de campo durante las que emplean drones y GPS. Ambas escalas de datos son casi siempre conflictivas y compararlas nos enseña a diseñar de forma más crítica, buscando el equilibrio entre lo que nos dice el ordenador y lo que vemos en realidad.

Usted vive desde hace décadas fuera de Canarias, ha trabajado en estudios de diseño de Londres, Amsterdam y Shanghái y ahora es profesor en Portland, en la Universidad de Oregón. ¿Le ha dado la distancia perspectiva para captar aspectos del Archipiélago que no aprecian sus habitantes?

Absolutamente. Nací en Las Palmas. Estudié arquitectura aquí y cuando cumplí treinta años a causa de la crisis emigré a Londres, donde me formé como paisajista. Luego trabajé en China y finalmente me instalé en Estados Unidos, donde llevo ocho años, cinco de ellos como docente e investigador. En total, quince años fuera. Volver como investigador ha sido una experiencia increíble. Personalmente, he aprendido más de Canarias en cinco semanas que en treinta años. Siempre me he sentido privilegiado por haber nacido y vivir aquí, pero solo ahora he venido a reparar en la verdadera dimensiónde la riqueza cultural, histórica y ecológica de las Islas, en general, y de Gran Canaria, en particular. Por ejemplo, el pasado aborigen es fascinante, pero la herencia de ingeniería del paisaje de los habitantes para poder sobrevivir en nuestro clima durante más de quinientos años es, simplemente, espectacular: galerías, pozos, bancales, gavias… Otro ejemplo: desde el punto de vista ecológico, y a pesar de nuestra reducida superficie, Canarias concentra más de la mitad de los endemismos del territorio español. Nuestra fauna y flora son únicas. Deberíamos planificar mejor como nos desarrollamos para evitar su desaparición.