Entre acantilados que caen al Atlántico y barrancos que se abren paso hacia el mar, hay un rincón en Gran Canaria que acaba de recibir uno de los mayores reconocimientos del planeta.
La ONU lo ha elegido como uno de los mejores pueblos del mundo para el turismo rural en 2025, un título que no solo premia su belleza, sino también su manera de entender la vida.
Agaete, orgullo de Canarias
La Organización Mundial del Turismo (ONU Turismo) ha incluido a Agaete —junto a Ezcaray (La Rioja)— en su prestigiosa lista de los “Best Tourism Villages 2025”, una selección que distingue a las comunidades rurales más ejemplares del planeta. En total, 52 pueblos de África, América, Asia, Europa y Oriente Medio han sido reconocidos entre más de 270 candidaturas presentadas por 65 países miembros.
Según la ONU, este programa valora a los pueblos que “protegen su patrimonio cultural, preservan sus recursos naturales y crean oportunidades económicas sostenibles a través del turismo”. En palabras de Zurab Pololikashvili, secretario general de ONU Turismo, “el turismo puede ser una herramienta poderosa para impulsar la prosperidad, el crecimiento inclusivo y la cohesión territorial. Nuestros Best Tourism Villages muestran cómo las comunidades rurales pueden construir un futuro sin dejar a nadie atrás”.
@localguidegrancanaria 📣 ¿Sabías que el risco #Faneque en #GranCanaria es el 7° acantilado costero más alto del mundo con 1.072 m ⛰️de altitud 😱 #LocalGuideGranCanaria #Agaete #Canarias ♬ Paradise - Tony Dark Eyes
Una villa entre el mar y las montañas
Agaete, situada a solo 30 kilómetros de la capital grancanaria, se extiende desde las cumbres del Pinar de Tamadaba, a más de 1.000 metros de altitud, hasta el Puerto de Las Nieves, donde las casas blancas se asoman al mar como un pequeño Santorini canario. Con apenas 6.000 habitantes y 45 km² de extensión, esta villa marinera combina tradición agrícola, paisajes volcánicos y vida costera.
Su territorio está marcado por tres grandes cuencas —El Risco, Guayedra y Agaete— que descienden entre acantilados y barrancos de vértigo, conformando uno de los entornos naturales más imponentes de Canarias. En la parte alta, el Parque Natural de Tamadaba alberga el mayor pinar de la isla, un espacio protegido que conserva uno de los ecosistemas más antiguos del archipiélago.
Naturaleza, patrimonio y vida local
El encanto de Agaete no se explica solo por su paisaje. En su casco histórico destacan la Iglesia de la Concepción (1515), las casonas del siglo XIX que albergan el Ayuntamiento y el Centro Cultural de la Villa, y el Huerto de las Flores, un jardín botánico con especies exóticas abierto al público.
Su legado cultural incluye además la Necrópolis del Maipés, una de las más importantes de Canarias, y fiestas populares como la Bajada de la Rama, declarada de interés turístico nacional. Este equilibrio entre patrimonio, tradición y naturaleza ha sido clave para su reconocimiento internacional.
El café más singular de Europa
Entre los tesoros más curiosos de Agaete se encuentra su café, cultivado en el Valle de Agaete de forma artesanal desde hace siglos. Es el único café europeo producido a nivel comercial, tostado aún en fincas familiares que conservan técnicas tradicionales.
“Al vincular el café con la identidad local, Agaete crea una oferta turística única que celebra la cultura y la sostenibilidad”, destacan desde la ONU. Esta iniciativa demuestra cómo el municipio ha sabido convertir sus productos agrícolas en motores de desarrollo rural y orgullo comunitario.
Un modelo de sostenibilidad
El reconocimiento de la ONU llega no solo por su belleza, sino por su forma de crecer. En Agaete, el turismo sostenible es una realidad palpable: sus políticas locales promueven la agricultura ecológica, la protección de la biodiversidad y el respeto por la identidad cultural.
El Puerto de Las Nieves refleja ese equilibrio entre tradición marinera y respeto ambiental. Con su paseo lleno de restaurantes locales, sus piscinas naturales y el emblemático Roque Partido o Dedo de Dios, el municipio muestra que es posible armonizar el turismo con la vida local.
El “Santorini canario”
Sus casas encaladas, sus calles tranquilas y su atmósfera mediterránea han llevado a muchos a llamar a Agaete “el Santorini de Canarias”. Pero a diferencia del destino griego, aquí el lujo no está en los resorts, sino en el ritmo pausado, la autenticidad de su gente y la armonía entre mar y montaña.
Por eso, más que un galardón, el título de la ONU es un reconocimiento a una forma de vida. Agaete no busca atraer masas, sino conservar su alma: una villa marinera que ha hecho del equilibrio entre naturaleza y cultura su sello más valioso.