Networking, el nuevo “roce social”

La habilidad de relacionarse con otras personas ha sido necesario para nuestro desarrollo. Los humanos necesitamos esa interacción con otros

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De toda la vida, el “roce social”, la habilidad de relacionarse con otras personas, ha sido necesario para nuestro desarrollo. Los humanos necesitamos esa interacción con otros, ese intercambio de información, útil o inútil, pero intercambio, al fin y al cabo. Forma parte de nuestro ser y por eso lo llevamos haciendo desde siempre. Pero vamos por partes, ¿qué es lo que ha cambiado?

Lo primero que ha cambiado es el nombre. Ya sabemos que somos muy fans de utilizar palabras de otros idiomas, palabras que en muchos casos tienen su equivalencia en español, pero nos parece más “cool” si usamos las foráneas. En esta sociedad de continuo postureo, ésta parece ser otra forma de diferenciarnos, de demostrarle a los demás que somos únicos e irrepetibles y que estamos a la última.

Por otra parte, hasta no hace demasiado tiempo, el relacionarse con los demás podía llegar a ser muy complicado, ya que no teníamos los recursos de movilidad y accesibilidad a las nuevas tecnologías de las que disfrutamos ahora. Las consecuencias de esta situación eran dos: por un lado, nuestro círculo de relaciones era muy limitado, salvo que tuviésemos la capacidad de poder desplazarnos y, por otro lado, centrándonos en el mundo empresarial, la posibilidad de encontrar nuevos clientes y proveedores se hacía mucho más complicado, por este mismo motivo, la dificultad y el coste de los desplazamientos. 

Podemos definir el Networking como una estrategia que consiste en ampliar nuestra red de contactos profesionales con el empleo de herramientas off y online

Actualmente, a pesar de que se ha producido una democratización de los recursos que nos proporcionan una mayor capacidad de relación, el problema se ha invertido. Tenemos infinidad de posibilidades de interactuar con los demás: las redes sociales, el e-mail, programas de mensajería instantánea de sobra conocidos, plataformas de todo tipo que nos posibilitan la comunicación y nos acercan a los otros, con independencia de su cercanía o lejanía, y así un largo etcétera.De esta manera, en la actualidad, nos resulta más fácil contactar con clientes y proveedores o ampliar nuestro círculo de relaciones casi hasta el infinito, pero, al igual que nosotros, nuestra competencia también lo puede hacer. 

Las facilidades que pone en nuestras manos esta sociedad de la información tremendamente tecnificada, nos hace pensar que todo se puede hacer online, que todos los negocios se pueden hacer a través de las redes sociales y las páginas web, que las personas no necesitan ese “roce social” para sentirse cómodas con esa relación. Sin embargo, yo creo que no es así, que las personas necesitamos, y parece que cada vez más, ese trato humano, personal, ese poder mirar a los ojos y completar la información que recibimos con la información que nos transmite el lenguaje no verbal de nuestro interlocutor. Por eso, yo soy muy partidario de utilizar el networking, pero de una forma eficaz y profesional. 

Llegados hasta aquí, toca definir el concepto de networking. Podemos definir el Networking como una estrategia que consiste en ampliar nuestra red de contactos profesionales con el empleo de herramientas off y online. Nótese que hablamos de una estrategia, no de una acción, una simple reunión o encuentro. Hablamos de un plan de trabajo, cuidadosamente elaborado, para aprovechar al máximo nuestros recursos, nuestro tiempo y esfuerzo, y conseguir así, nuestros objetivos; o sea, ampliar nuestra red profesional de contactos.

¿Y qué debe incluir esa estrategia? Nos vamos a centrar, en esta ocasión, en la estrategia para aprovechar al máximo los encuentros de networking a los que asistamos. ¿Y cómo hacemos esto de “aprovechar al máximo” estas ocasiones”? Como todo en la vida…paso a paso. Lo vamos a hacer dividiendo nuestro trabajo en tres etapas: antes del encuentro, durante el encuentro y después del encuentro.

Antes del encuentro. Hablábamos de estrategia. Por lo tanto, tenemos que desarrollar toda una serie de acciones enfocadas a potenciar nuestra presencia en el encuentro posterior. Aquí es fundamental nuestra marca personal, eso que algunos definen como “lo que hablan de nosotros cuando salimos de la habitación”. La razón es sencilla. En muchas ocasiones, lo único que conoce nuestro interlocutor de nosotros es lo que nosotros mismos publicamos en nuestras redes sociales y profesionales. Si nuestras publicaciones son las adecuadas a la imagen que queremos transmitir, estamos en el camino; en caso contrario, tenemos que cambiar el tipo de publicaciones que realizamos. Por tanto, la pregunta que tenemos que hacernos es ¿esta publicación me ayuda a posicionarme como yo quiero que me vean los demás? Si la respuesta es sí, ¡adelante!; en caso contrario, mejor no hacerlo. 

Ya tenemos claro la importancia de trabajar una buena marcar personal. Y tenemos claro, también, que no podemos estar todo el día asistiendo a encuentros de networking. Por lo tanto, deberemos centrarnos en buscar encuentros en los que, a priori, podamos encontrar a profesionales con los que nos interese contactar. En caso contrario, será un tiempo mal invertido, un tiempo que no habremos usado para mejorar o visualizar nuestro proyecto. 

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Durante el encuentro. Tenemos que tener muy claro el motivo por el que estamos en ese evento. Hemos ido a relacionarnos, a hacer networking, a establecer nuevas relaciones con otros profesionales que también están presentes en ese evento. Por lo tanto, sería aconsejable que repases esta lista de control o “check list”, (ya sabes, llamarla así es más cool):

  • Si puedes conseguir la relación de asistentes, infórmate de su empresa, su actividad/cargo dentro de la misma, sector… y qué le podrías ofrecer/obtener para establecer una relación comercial o de colaboración
  • Ten preparado tu discurso de presentación. Ese es el momento clave de la conversación. Prepara una pequeña presentación que sea clara y que capte la atención de nuestro interlocutor. Si no lo consigues, tu interlocutor buscará a otra persona con la que hablar. Recuerda que esa persona, también está haciendo networking.
  • No interiorices el rechazo de alguno de los presentes como algo personal. Es un encuentro profesional, todos vamos a buscar contactos interesantes. No personalices los “noes” que pudieras recibir. Ya habrá otras ocasiones.
  • Lleva tarjetas, o cualquier otro método de contacto, que le permita a nuestros interlocutores acordarse de nosotros y que nos puedan contactar posteriormente. 
  • Sé positivo y proactivo. Estamos en el evento para conocer a otras personas. Muévete por la sala con una gran sonrisa dispuesto a interactuar con los otros participantes. Si tienes preparado un buen discurso, y nuestros productos o servicios son interesantes, nos van a escuchar. En todo caso, ten paciencia. “Roma no se construyó en un día”
  • Colabora y ayuda a que el evento tenga éxito presentando a tus contactos antiguos a los nuevos que puedas hacer. Si todos lo hacemos, todos saldremos con más contactos interesantes, y nos lo agradecerán.
  • Después de hablar con otra persona, apunta todo aquello que te haya resultado relevante para el contacto posterior. “Más vale un lápiz corto, que una memoria larga”

Después del evento. El evento al que asistamos tiene que servirnos para hacer un primer contacto. Si intentamos cerrar una venta, podemos resultar muy agresivos e invasivos, y generar rechazo entre los otros asistentes. Lo importante, por tanto, es conseguir la tarjeta o el contacto de las personas que nos interesen, y posteriormente, realizar una llamada para quedar y profundizar en qué se puede colaborar. 

En definitiva, necesitamos desarrollar un Plan de Networking personal.

 Evidentemente, si la persona encargada de la organización del encuentro hace bien su trabajo, cumpliendo con las expectativas generadas sobre las opciones de hacer un buen networking, el resultado, es decir, los contactos, serán más y de mejor calidad. ¿Y esto cómo se consigue? Pues planificando actividades que ayuden a los asistentes a relacionarse. En mi actividad profesional, cada vez es más frecuente que cuenten con mis servicios para dinamizar encuentros. El objetivo es que los participantes pasen un rato agradable, pero a la vez, que resulte un tiempo bien invertido y productivo, y que realmente tengan la sensación final de que han obtenido la experiencia que se les había prometido, consiguiendo contactos profesionales que les sean de interés, que es de lo que se trata. Que éstos se conviertan o no en clientes finales, lo trataremos en otra ocasión. Para ésta, concluir indicando que la calidad de los eventos se valora por la suma de todas las partes en las que se divida el mismo. Si anunciamos que habrá networking, tendremos que tener preparadas actividades al efecto. Si ayudamos a los asistentes a relacionarse, el acto tendrá un éxito mayor. 

 Y, finalmente,si estás inmerso en el desarrollo de un proyecto emprendedor, con mayor razón para elaborar tu Plan de Networking y ponerlo en práctica. En esas etapas, necesitamos contactar con posibles socios y colaboradores, inversores, proveedores y, por supuesto, clientes.