Bob Molinari se pasó una vida entera empeñado en entender las corrientes marinas, en concreto la del Golfo. Formado en Texas A&M y con una larga carrera en la NOAA —donde llegó a dirigir la División de Oceanografía Física del AOML en Miami—, el Atlántico se convirtió en su mundo durante los años de estudios. Tras su fallecimiento, en 2022, su familia quiso concederle un último viaje a través del mismo océano que él estudió y amó, lanzando una botella con un mensaje que evocaba la trayectoria profesional de Molinari desde Washington DC (Estados Unidos). Como en las viejas leyendas marinas, como en el viaje eterno de Ulises para regresar a Ítaca tras la guerra de Troya, el Atlántico respondió con un gesto poético.
El pasado 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, un grupo de voluntarios batía récords recogiendo 394 kilos de basura en las playas de San Borondón y Palos, en Telde (Gran Canaria). Entre redes, plásticos y residuos, aquel día, apareció algo distinto: un mensaje en una botella. No era una carta cualquiera. Era un homenaje de los nietos del oceanógrafo Bob Molinari, un científico reconocido internacionalmente por su trabajo sobre las corrientes marinas. El objetivo era dar un último paseo a la memoria del oceanógrafo por la corriente que tanto estudió.

Mark Twain
El mensaje tardó meses en llegar. Viajó empujado por las mismas corrientes que Molinari cartografió y explicó en decenas de artículos científicos, hasta terminar en la arena de Gran Canaria. Lo hizo, tal vez, impulsado por el pasaje de Mark Twain que la familia de Molinari eligió para cerrar la misiva. "Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que tira las bolinas... Navega lejos del puerto seguro, atrapa los vientos alisios en tus velas... Explora... Sueña... Descubre".
La persona que la encontró, aún emocionada, lo cuenta así: “Ese día no solo batimos récord recogiendo 394 kilos de basura, sino que además encontré un mensaje en una botella. Les escribí… ¡y ya me respondieron!…”. La respuesta de la familia no tardó en llegar. “Es absolutamente maravilloso saber que han encontrado esto”, contestaron los nietos. “Mi abuela se echó a llorar de alegría al saber que la botella llegó tan lejos”.
Unión de dos orillas
Bob Molinari fue un pionero en el estudio de las corrientes del Atlántico. Desde el Atlantic Oceanographic and Meteorological Laboratory de la NOAA, dedicó su vida a entender cómo se mueven las aguas y cómo afectan al clima. Murió en 2022, pero su nombre sigue vivo en las redes científicas y ahora también en una historia humana que une dos orillas.
El hallazgo en Gran Canaria es más que una coincidencia. Es un símbolo. Un científico que pasó su vida midiendo el pulso del mar recibe, desde la otra orilla, un tributo que navega por esas mismas aguas. Y es aquí, en las Islas, donde el océano ha devuelto el mensaje. Como escribió Homero, “el mar no da ni quita: devuelve”. Esta vez ha devuelto la memoria de un hombre que dedicó su vida a comprenderlo.
