En Canarias existen muchas palabras de uso popular que resultan extrañas para el resto de españoles que visitan cualquiera de las islas. Especialmente lo que popularmente se conocen como los insultos canarios. Así como hay platos, lugares o tradiciones que son únicos, también encontramos expresiones o palabras que solo se escuchan en un determinado contexto.
Una de esas que son más comunes de forma transversal en todas las islas Canarias es, sin duda, la de papafrita. Esta forma original de hacer referencia a lo que vendría a ser un “enterado” coloquialmente hablando: suele ser habitual escucharlo cuando alguien se enfada o muestra rechazo por algo o alguien. Para el resto de españoles, este término puede ser divertido o gracioso o incluso un insulto más cariñoso y menos duro que otros tantos ejemplos que tenemos en la lengua española. Como sucede con otras como el catalán, el gallego o el euskera, por ejemplo.
No existe un origen concreto de este término, pero muchas fuentes apuntan a que podría estar asociado (en Andalucía, donde también se usa en otro sentido) a alguien que consume muchas patatas fritas y que, por tanto, es perezoso. La adaptación en el dialecto canario es difícil de saber con exactitud, por lo que solo podemos teorizar sobre el origen exacto de este término.
Estos son los insultos canarios más típicos
Además de papafrita, en Canarias tenemos un sinfín de insultos que se usan con mucha frecuencia por todas las islas. Te dejamos un breve lista con algunos ejemplos:
- Pollaboba: imbécil o cretino.
- Tolete: bobo o tonto, aunque su significado literal es el órgano reproductor masculino.
- Arretranco: persona despreciable, pero también cuando algo es viejo e inútil.
- Totufo: se emplea cuando la persona tarda en comprender el significado de algo.
- Pejiguera: persona pesada y molesta.
- Chafalmeja: insensato o imprudente.
- Verija: cobarde. También puede hacer referencia a los órganos sexuales.
- Chiquillaje: niñato/a.
- Bobomierda: tonto o estúpido.
- Cachanchán: trabajadores incompetentes o personas chanchulleras.
- Machango: persona ridícula o forma despectiva de referirse a un niño.
- Guanajo: tonto.
- Majadero: persona insistente.
- Totorota: abobado.
- Chifleta: loco/a.
- Jocicudo: persona entrometida o curiosa.
- Godo: forma despectiva de referirse a aquel peninsular que viene a Canarias con aires de superioridad.
¿Por qué estas palabras no se entienden en el resto de España?
El dialecto canario ha evolucionado de manera diferente al español peninsular debido a su aislamiento geográfico y a las influencias que ha recibido a lo largo de los siglos, especialmente de América Latina. Esto ha dado lugar a un vocabulario lleno de canarismos, palabras y expresiones propias que no siempre se entienden en el resto de España.
La diversidad lingüística del español es una de sus mayores fortalezas, y el uso de palabras como “tolete”, “papafrita” o “pollaboba” en Canarias nos recuerda cómo el idioma evoluciona y se adapta a las realidades culturales y geográficas.
Origen de los canarismos
La base principal de los canarismos proviene del castellano y el andaluz, traídos por los colonos durante la conquista en los siglos XIV y XV, conservando términos que han desaparecido en la Península. También tienen una fuerte influencia guanche, la lengua de los aborígenes canarios, de donde provienen palabras como gofio o teide. Además, el español de Canarias ha recibido aportes de otras lenguas debido a su relación con Portugal, América y el comercio con Inglaterra y África.
Del portugués provienen términos como papa (patata), mientras que de América se adoptaron palabras como guagua (autobús) y millo (maíz). El contacto con el inglés dejó palabras como queque (bizcocho), entre otros. Se caracteriza, además, por el seseo (no distingue entre “s” y “z”), la aspiración de la “s” final y el uso de “ustedes” en lugar de “vosotros”.
