En un rincón del corazón alpino, entre montañas nevadas y festivales de flores, se practica un deporte ancestral que, para quienes han crecido en Canarias, resultará sorprendentemente familiar. No se escucha el silbo gomero ni se ve el azul del Atlántico, pero el ritual del combate cuerpo a cuerpo, el respeto mutuo y la técnica depurada bien podrían confundirse con los terreros de nuestras islas.
Y sin embargo, no estamos en La Laguna, ni en Tegueste, ni en un torneo insular. Esta tradición se vive en Suiza, se llama Schwingen y, aunque nació a miles de kilómetros de distancia, comparte alma con la lucha canaria.
Qué es el Schwingen
El Schwingen es un deporte suizo con siglos de historia. Se practica en círculos de serrín y enfrenta a dos luchadores —los Schwinger— que buscan derribar al oponente al suelo, sujetándolo por los pantalones de lona especiales que llevan sobre su ropa.
El objetivo es claro: poner los dos omóplatos del rival contra el suelo. Para lograrlo, se aplican una serie de llaves y agarres que requieren tanto fuerza como inteligencia táctica. Si esto suena familiar, es porque su filosofía y dinámica se asemejan enormemente a la lucha canaria.

Similitudes con la lucha canaria
Al igual que la lucha canaria, el Schwingen se basa en técnica, equilibrio y respeto. Ambas luchas se practican en espacios circulares delimitados, buscan un derribo limpio, sin golpes ni violencia gratuita. Además, requieren que el luchador mantenga contacto constante con su rival, sin soltar nunca el agarre y celebran la nobleza del contrincante, y los saludos y gestos de deportividad son imprescindibles.
En Canarias, los luchadores van descalzos sobre la arena del terrero. En Suiza, lo hacen sobre virutas de madera. Pero en ambos casos, lo que está en juego no es solo la victoria, sino el honor y el legado de una cultura.
Un símbolo de identidad
En Suiza, el Schwingen se considera deporte nacional y es seguido con auténtica devoción. El gran campeonato nacional, el Eidgenössisches Schwing- und Älplerfest, atrae a miles de personas y los campeones reciben premios tan simbólicos como un toro o incluso tierras.
En Canarias, la lucha también se celebra como un emblema del pueblo. Los luchadores son figuras respetadas en sus comunidades y los terreros cada vez se llenan más en cada jornada. En ambos lugares, la lucha representa más que deporte: es historia viva, resistencia cultural y unión entre generaciones.
Dos tierras, una tradición compartida
Aunque nacieron lejos y en contextos distintos, la lucha canaria y el Schwingen se dan la mano como reflejos de una misma necesidad humana: celebrar el cuerpo, el respeto y la herencia. Dos formas de lucha que, sin conocerse, se entienden.
Así que si alguna vez visitas Suiza y ves a dos hombres forcejeando sobre serrín, no te confundas: puede que no estén en un terrero, pero en espíritu, están luchando como en Canarias.