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Imagen de una persona cocinando / CANVA

El plato canario que te va a cocinar tu madre en plena ola de calor: reconstituyente y saludable

Hay una broma no escrita que rodea a cualquier canario durante la época de más calor: ese día será el que tu madre decida hacer la receta más caliente de toda Canarias

Hay cosas que nunca cambian, ni aunque el sol derrita las aceras: el cariño de una madre, las toallas con el nombre bordado… y el potaje de berros en pleno agosto. Sí, da igual que estés sudando la gota gorda. Si hay ola de calor, tu madre decide que es el día perfecto para preparar el plato más caldoso, espeso y reconstituyente del recetario canario.

Y aunque protestes, lo cierto es que tu cuerpo lo agradece. Porque el potaje, con sus berros frescos, sus judías y su piña de millo, es pura nutrición ancestral. Aquí te contamos cómo se prepara esta joya gastronómica.

Ingredientes de toda la vida

La receta clásica del potaje de berros canario lleva:

  • 500 g de berros
  • 250 g de judías pintas (puestas en remojo la noche anterior)
  • 500 g de papas
  • 250 g de carne de cochino salada (opcional, también remojada)
  • 1 piña de millo
  • 1 cebolla
  • 1 tomate
  • 2 o 3 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde
  • Azafrán, aceite y sal
Potaje de berros / ARCHIVO

Preparación paso a paso

Como buena receta de madre, esto no se improvisa. La víspera ya debes dejar en remojo las judías y, si decides usar carne, también. Al día siguiente, el proceso empieza “espantando” las judías en un caldero con agua hirviendo y luego fría, para que no revienten.

Cuando empiecen a ablandarse, se suman los berros bien picados, la carne troceada y la piña de millo en rodajas o desgranada. Luego, a fuego medio, comienza la magia. Se incorporan las papas en trozos grandes, junto al tomate, la cebolla y el pimiento. Todo bien picado. Después, se agregan los ajos laminados o majados, un buen chorrito de aceite, una pizca de azafrán y sal al gusto.

El secreto está en el reposo

Una vez que todo está tierno —se nota al pinchar las papas o los berros— se retira del fuego. Y aquí viene el paso sagrado: dejar reposar. Porque ningún potaje se sirve hirviendo. Se sirve “al punto”, con la cuchara lista, pan al lado y la tele puesta de fondo.

Sí, hace calor. Pero también hay potaje. Y si lo cocina tu madre, lo vas a comer y lo vas a disfrutar.