Imagen de una persona comiendo / UNSPLASH
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El plato típico canario que odian en el resto de España: su origen se remonta al siglo XV

Ha sido incluido en un ránking de los 100 peores platos del país y muchos en la península lo rechazan… pero en Canarias no solo sobrevive: sigue en cada hogar, en cada cocina y en cada cucharada de memoria

luna moya

Hay recetas que no necesitan grandes técnicas ni ingredientes sofisticados. Hay platos que, pese a su sencillez, dividen opiniones y provocan debates acalorados entre quienes los aman con pasión y quienes no logran entenderlos. En Canarias esto ocurre con una elaboración humilde, nacida del aprovechamiento y el ingenio, que ha resistido el paso del tiempo y que, a pesar del desdén que le tienen en otras partes de España, forma parte inseparable del alma gastronómica del archipiélago.

¿De qué se trata? No se encuentra en restaurantes de estrella Michelin, pero sí en el recuerdo de muchas abuelas y en los almuerzos cotidianos de quienes defienden la cocina con historia. Para entender su legado, hay que retroceder varios siglos.

De plato humilde a símbolo cultural

Se le conoce como caldo de papas, aunque también recibe nombres como caldo macho, caldo verde o caldo cilantro. Su origen se remonta al siglo XV, cuando las influencias castellanas, aborígenes y africanas se fusionaron en los fogones de Canarias. Es un plato de cuchara, sencillo, económico y profundamente nutritivo. La receta tradicional incluye papas, cebolla, tomates, ajo, pimiento, perejil, cilantro, pimentón, azafrán, aceite y sal, y a menudo se termina con un huevo escalfado o batido directamente en el plato.

A pesar de su arraigo, el portal Taste Atlas lo ha incluido entre las 100 peores comidas de España, una clasificación que ha generado polémica y comentarios encendidos en redes. Pero para los canarios, esta crítica externa no hace más que reforzar el cariño por un plato que ha alimentado generaciones.

Una gastronomía que se cocina aparte

Canarias ha desarrollado a lo largo de los siglos una identidad culinaria propia, con platos que muchas veces no encuentran paralelismo en la península. Desde las papas arrugadas con mojo, al gofio escaldado, pasando por la ropa vieja, el sancocho, el conejo en salmorejo, el queso asado o el postre bienmesabe, la cocina canaria destaca por su creatividad, su uso del producto local y su diversidad de influencias.

El caldo de papas puede no gustar a todo el mundo. Puede no brillar en una carta moderna. Pero cada cucharada es historia, territorio, familia. Y eso no se vota: se siente.