No todas las playas de Canarias son turísticas, familiares o fáciles. Algunas se resisten a formar parte de esa postal cómoda y accesible para todos los públicos. Son rincones salvajes, de acceso más complejo, pero con una belleza tan intensa que basta una visita para entender por qué no necesitan nada más.
Entre acantilados, vegetación exuberante, senderos tallados en la roca y el azul profundo del océano, hay un enclave que parece diseñado para quienes buscan soledad, aventura y paisaje puro. Y aunque pocos la conocen, quienes llegan hasta ella suelen repetir.
Playa de Nogales, en Puntallana
La protagonista es la Playa de Nogales, una de las más impresionantes de La Palma y, sin duda, una de las más queridas por surfistas, senderistas y amantes del silencio. Se encuentra en el municipio norteño de Puntallana, y ofrece una fusión única de arena negra volcánica, vegetación verde intenso y un entorno montañoso que cae directamente sobre el mar.
Su extensión es de 450 metros de longitud y, pese a su relativa cercanía al núcleo urbano, mantiene un carácter virgen y apartado, alejado de masificaciones. Es, como define el propio portal de Turismo de Canarias, ideal para quienes buscan “bañarse en privado”.
@pdeplanazos 🏝️Hoy visitamos una de las playas que más me ha impresionado de España, la verdad se siente muy paradisiaca. ⚠️Tiene corrientes fuertes por lo que quizás no te puedas bañar. ⚠️Si vas dejala igual de limpia que la encontraste. Besiiiis💋 #pdeplanazos #planesentiktok #viajesespaña #españa #canarias #lapalma #isladelapalma #canaryislands #lapalmaislabonita #playadenogales #verano2024 #vacacionesdeverano ♬ Walking Around - Instrumental Version - Eldar Kedem
Sendero y acantilado
Para llegar a Nogales, primero hay que aparcar y después caminar por un sendero de 500 metros que bordea el acantilado. El camino no es complicado, y de hecho está en buen estado, pero requiere algo de esfuerzo. La recompensa, eso sí, es inmediata: la vista de la playa desde lo alto corta la respiración, con ese contraste entre el negro de la arena, el verde de la ladera y el azul del Atlántico.
El acantilado, imponente y vertical, refuerza la sensación de estar en un lugar remoto, ajeno a todo. Este es uno de esos espacios donde la naturaleza manda y no hay más reglas que el respeto y la prudencia.
Mar potente, belleza extrema
La playa cuenta con zona nudista, duchas (disponibles solo en verano) y un ambiente muy tranquilo. No hay chiringuitos, ni sombra artificial, ni vigilancia. Por eso es importante llevar agua, comida, protector solar y extremar la precaución, ya que el oleaje suele ser fuerte y las corrientes pueden ser peligrosas.
Aun así, cuando el mar está en calma, el baño en Nogales es una de las experiencias más inolvidables de la isla. Y si no es día para mojarse, el paseo y las vistas ya justifican la caminata. Pocos lugares en Canarias combinan con tanta armonía montaña, lava y mar.
Una playa para desconectar
Lejos de las aglomeraciones y los reclamos turísticos, la playa de Nogales representa una de las mejores versiones del verano canario: naturaleza sin filtro, espacio sin ruido y paisaje sin alterar. Aquí no se viene a consumir, sino a contemplar.
Si buscas un sitio donde desconectar por completo, caminar sin prisa y sentirte parte del entorno, este rincón de La Palma cumple con creces. Porque a veces, para encontrar lo mejor, solo hay que mirar un poco más allá de lo evidente.