Las preocupaciones políticas de los jóvenes canarios y su desinterés en el politiqueo

No hay mítines, discursos o debates que lleguen a los jóvenes canarios porque parece que los representantes públicos no han sabido cómo enfrentarse a estos

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Jóvenes tinerfeños ondean la bandera independentista en una manifestación contra Cuna del Alma en Santa Cruz de Tenerife./ Álvaro Oliver González (AH)
Jóvenes tinerfeños ondean la bandera independentista en una manifestación contra Cuna del Alma en Santa Cruz de Tenerife./ Álvaro Oliver González (AH)

Las elecciones municipales y autonómicas tienen fama de no ser tan seguidas por los ciudadanos como las Generales y son, especialmente los jóvenes, los que más despegados se sienten con la vida política. La poca comprensión y lo poco representados que se sienten estos con la clase política acentúa más esta situación. 

El poco interés que los jóvenes canarios tienen por la política no significa que sus inquietudes y preocupaciones estén alejados de esta. ¿No han sabido los políticos cómo acercarse a la juventud del Archipiélago? El acceso a la vivienda para poder emanciparse o un trabajo que les permita pagar un alquiler son cuestiones que perturban su tranquilidad y, aunque forman parte de todos los discursos que salen a la palestra en cualquier parlamento o ayuntamiento, parece difícil convertirlos en su nicho de mercado electoral

Lo que está claro es que la población joven de Canarias ya no se siente cercana a la política tradicional. No hay mítines, discursos o debates que lleguen a esta parte de la sociedad porque parece que los representantes públicos no han sabido cómo enfrentarse a estos. 

Acceso a la vivienda 

La decisión de irse de casa y alquilar o comprar una vivienda es un tema que se retrasa cada vez más para los jóvenes canarios. Ya no es nada raro ver a alguien de más de 25 años viviendo en casa de sus padres porque no se puede permitir un alquiler por su cuenta. Las condiciones previas incapaces de asumir, los altos precios y un mercado inmobiliario de locura hacen que emanciparse se convierta en toda una odisea. Sobre todo cuando Canarias cuenta con los salarios más bajos del conjunto nacional —la media en España en el rango de edad de 16 a 34 años es de 1.501 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)—. 

Además, en el Archipiélago el precio del alquiler está entre los 872 y los 1.091 euros en la provincia de Las Palmas y entre los 884 y los 1.080 euros en la de Santa Cruz de Tenerife, según el Índice Inmobiliario de Fotocasa. Asimismo, este mismo índice estima unos 12,5 euros por metro cuadrado de media en las islas. 

Estas cifras son preocupantes ya que el alquiler es el régimen preferido entre los jóvenes frente a la adquisición de una vivienda —algo que tampoco se podrían permitir—. Datos recogidos en el Plan de Vivienda de Canarias 2020-2025 revelan que el 89% de los jóvenes canarios de entre 20 y 24 años y el 79% de los jóvenes de 25 y 29 años sigue sin emanciparse. Esto refleja que para los jóvenes el alquiler supone todo un sacrificio y por ello retrasan cada vez más su emancipación. 

Paro

Según los últimos datos del INE, la media de paro en Canarias es del 32,75% de 16 a 19 años y del 35,59% de 20 a 24 años. Además, los menores de 25 años eran, en noviembre de 2022, el único grupo con más paro en Canarias que antes de la pandemia de la COVID-19. El 43,45% estaba desempleado, ocho puntos más que en diciembre de 2019.

Canarias y Andalucía son las zonas europeas con más desempleo juvenil, según Eurostat. Las Palmas fue la provincia con más paro juvenil de toda la UE en 2021 (58,5%) y Santa Cruz de Tenerife en sexto lugar con un 51,5% de paro juvenil. 

Interés político

Enfrentarse a las urnas —sobre todo por primera vez— es una cita que muchos suelen recordar y ante la que a veces existe cierto nerviosismo. Quedan dos meses para los comicios autonómicos y locales y miles de jóvenes van a acudir a las urnas por primera vez en su vida. Muchos de ellos acaban de cumplir los 18 y están terminando Bachillerato o es su primer año en la universidad y se ven de sopetón con esa gran responsabilidad adulta: el voto.

Algunos muestran esos síntomas de desinterés que podrían relacionarse con alguien que ya ha visitado las urnas varias veces a lo largo de su vida. "Da igual si voy a votar o no, todo está trucado, pero aún así voy a ir a hacerlo", dice María Rodríguez, una chica de 20 años de Moya (Gran Canaria), que ha sido entrevistada por Atlántico Hoy, y añade: "Los jóvenes sí queremos cambiar las cosas, pero no nos dejan porque, como somos jóvenes, estamos 'en una edad loca' y nada de lo que digamos lo tienen en cuenta".

Otros como Marcos, estudiante de Turismo de 18 años natural de Granadilla de Abona, siente algo de vértigo ante la cita. "Votar es algo grande. No tengo muy claro si voy a ir. Es muy nuevo para mi, nunca me han inculcado la política y no me gustaría votar por alguien que a lo mejor no le venga bien a Canarias", comenta.