El BMW del conductor temerario y el coche de una de las víctimas / MONTAJE AH
El BMW del conductor temerario y el coche de una de las víctimas / MONTAJE AH

Prisión, multa y retirada de carné: lo que le espera al conductor temerario de Tenerife

Las consecuencias por conducción temeraria no se limitan solo al terreno judicial, el responsable tendrá que pagar indemnizaciones por daños y perjuicios a las víctimas

Irene Cartaya

Actualizada:

Cuatro días después del grave accidente ocurrido en la TF-5, a la altura de Tacoronte (Tenerife), las imágenes del siniestro han comenzado a circular por redes sociales, reavivando la conmoción entre la ciudadanía. El accidente, provocado por la conducción temeraria de un BMW, dejó a un hombre de 30 años herido grave y a otras cinco personas con lesiones leves, tras una colisión que involucró a tres vehículos a la altura de la salida 19.

El herido más grave, que presentaba diversos traumatismos, fue estabilizado en el lugar por el Servicio de Urgencias Canario (SUC) y trasladado en una ambulancia medicalizada al Hospital Universitario de Canarias. La difusión del vídeo grabado por los pasajeros de otro vehículo, que captó el momento del impacto, ha vuelto a poner sobre la mesa las terribles consecuencias de la imprudencia al volante.

Consecuencias de la conducción temeraria

Casos como este evidencian el grave riesgo que supone conducir de forma temeraria, tanto para quienes cometen la infracción como para quienes, sin culpa alguna, terminan siendo víctimas.

Desde el punto de vista legal, este tipo de conducta puede derivar en importantes sanciones. Las multas pueden superar los 500 euros y acarrear la retirada del carné de conducir, incluso de forma indefinida en los casos más graves.

Indemnizaciones

Si se genera un riesgo extremo —como en el del caso del BMW— puede conllevar penas de prisión de entre 6 meses y 2 años. Y si la conducción temeraria se comete con manifiesto desprecio por la vida de los demás, las consecuencias se agravan. En estos casos, se enfrentan a penas de prisión de entre 2 y 5 años, multas de 12 a 24 meses y la privación del derecho a conducir entre 6 y 10 años.

Pero las consecuencias no se limitan al terreno judicial. Las víctimas pueden sufrir secuelas físicas irreparables, mientras que el conductor responsable puede verse obligado a pagar indemnizaciones por daños y perjuicios, sin olvidar el impacto emocional y social que acompaña este tipo de tragedias.