Los psicólogos apuntan que los contenidos virales no contemplan el historia clínico y contexto de las personas / AH
Los psicólogos apuntan que los contenidos virales no contemplan el historia clínico y contexto de las personas / AH

Los psicólogos canarios advierten: “Ni ChatGPT ni las redes sociales sustituyen al terapeuta”

Muchas personas acuden a contenidos virales y ChatGPT para buscar respuestas sobre salud mental; sin embargo, esto puede agravar la situación al no tratarse de profesionales de la psicología

ariadna

Las redes sociales se han llenado de consejos sobre salud mental. Videos breves que explican cómo superar la ansiedad, publicaciones que enseñan a lidiar con una ruptura o hilos sobre cómo sanar el “apego ansioso” se han vuelto virales. A esto se suma ChatGPT que para muchas personas se ha convertido en su psicólogo al utilizarlo para encontrar respuestas sobre su bienestar emocional. 

Este panorama de pseudopsicología virtual ha conducido a que los profesionales del ámbito adviertan que este tipo de contenidos, aunque bienintencionados, pueden resultar peligrosos si se toman como sustituto de una terapia profesional.

Consecuencias en la salud mental

El Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife ha alertado, en un comunicado, del auge de perfiles en redes sociales que ofrecen recomendaciones sobre salud emocional sin contar con formación acreditada ni colegiación. 

Según la decana del Colegio, Carmen Linares, muchos de estos consejos se basan solo en vivencias personales o teorías sin respaldo científico, lo que puede llevar a interpretaciones erróneas o incluso perjudiciales para la salud mental.

Lo que ha funcionado para una persona puede no ser recomendable para otra, por lo que fiarse de estas afirmaciones puede agravar la salud mental de quienes las siguen”, subraya Linares.

Alternativas al psicólogo

La psicóloga Cintia Brito explica a este medio que la explosión del contenido sobre salud mental en redes comenzó con la pandemia de COVID-19. “A partir del confinamiento, hubo un parón colectivo. Empezamos a mirar hacia adentro. En plena crisis sanitaria, económica y emocional, muchas personas comenzaron a interesarse por la psicología, la autoayuda o el coaching”, expone Brito.

Como consecuencia de esa crisis económica y de la inflación, “no todo el mundo se puede permitir las sesiones de terapia — que pueden rondar entre los 60 y 100 euros —”, apunta la especialista, lo que ha llevado a muchas personas, sobre todo jóvenes, a buscar alternativas más accesibles en plataformas como TikTok, Instagram o incluso herramientas como ChatGPT. “Pero ahí está el problema”, dice, “porque no sustituye al terapeuta”.

Simplificar la realidad

Uno de los principales riesgos que señala Brito es que muchos contenidos en redes sociales no tienen en cuenta la historia clínica ni el contexto vital de la persona, sino que se tratan de “consejos virales muy generalistas”. “Pueden ayudar en un primer momento, pero no entienden todo lo que le ocurre a la persona ni cómo”, reitera. 

“Nos llegan jóvenes que creen tener un problema de autoestima o apego ansioso cuando en realidad están saliendo de una relación violenta. Y como el contenido que consumen les dice que el problema está en ellas, terminan culpabilizándose”, relata.

Desde el enfoque clínico, la psicóloga insiste en que el contexto lo es todo: “No puedes tratar la ansiedad sin entender que esa persona vive con 900 euros al mes, paga un alquiler de 600 y sostiene a un hijo. A lo mejor no tiene un trastorno de ansiedad: tiene una vida muy difícil”.

Las relaciones humanas

En este escenario también ha entrado en juego la inteligencia artificial. Brito reconoce que herramientas como ChatGPT pueden ser útiles para ofrecer información o técnicas con respaldo científico, pero advierte que jamás podrán sustituir la relación humana que se establece en una terapia.

“En el proceso terapéutico hay algo que llamamos ‘alianza terapéutica’, ese vínculo genuino entre el paciente y su psicólogo. Se ha demostrado que es uno de los factores más determinantes para que la terapia funcione. Y eso no lo puede replicar un algoritmo”, sostiene.

La especialista añade que, si bien es válido buscar información en internet, es crucial que los contenidos provengan de profesionales formados, colegiados y especializados en el área que se desea tratar.

Asesoría de un psicólogo

Tanto el Colegio de Psicología como la psicóloga consultada coinciden en que se necesita educar en pensamiento crítico digital. Brito recomienda a los jóvenes que consulten perfiles de profesionales verificados y, si no pueden permitirse un proceso terapéutico regular, que al menos consideren una sesión de asesoría con un psicólogo para recibir orientación personalizada.

“No todo el mundo puede permitirse una terapia semanal, pero quizá sí una sesión única en la que un profesional te escuche, te oriente y te diga qué pasos puedes seguir. Eso ya marca una gran diferencia”, concluye.