San Martín del Rey Aurelio, un concejo asturiano con un fuerte pasado minero, se ha convertido en símbolo de solidaridad y acogida de refugiados. En pleno corazón de la Cuenca del Nalón, el Hogar San José —antiguo colegio de las Dominicas en Sotrondio—, funciona ahora como un centro temporal para migrantes procedentes de África ante la emergencia migratoria de Canarias.
Su alcalde, José Ramón Martín Ardines (PSOE), participó esta semana como ponente en el Migradmi, encuentro estatal sobre planficación en gestión de las migraciones. En una conversación con Atlántico Hoy, el regidor recuerda que la decisión de acoger a jóvenes africanos procedentes de Canarias no estuvo exenta de críticas en sus inicios. "Decían que iban a acabar con el comercio, cerrar empresas, violar a nuestras hijas y a nuestras mujeres. Un desastre", recalca sobre las primeras reacciones en redes sociales.
Lugar de acogida
Sin embargo, con el tiempo, la comunidad ha demostrado que su ADN es el de la solidaridad. "San Martín del Rey Aurelio siempre ha sido un lugar de acogida. Aquí vinieron miles de personas a trabajar en la mina, de toda España y también de Portugal. Es nuestra historia", señala el regidor.

La experiencia previa con los refugiados ucranianos sirvió como precedente para lo que vendría después. "Cuando llegaron los ucranianos, la ciudadanía se volcó. Se preparó el colegio, se limpió, se pintó, se llevaron colchones, camas y hasta se llenó el depósito de gasoil", explica.
Sin embargo, destaca que no hubo ningún problema con su llegada, en parte porque "eran rubios, de ojos azules", lo que contrastó con la reacción de una parte minoritaria de la población cuando se acogió a migrantes africanos.
Rechazo a Vox
A pesar de las reticencias iniciales, la oposición se diluyó con el tiempo. "Vox intentó hacer un par de concentraciones, pero el resultado fue el contrario: un apoyo masivo no solo del pueblo, sino de todo el Valle del Nalón", asegura Martín Ardines.
El trabajo con las asociaciones vecinales fue clave para desactivar los discursos alarmistas y mostrar la realidad del centro. "La convivencia, el día a día, ha funcionado como una vacuna: los vecinos que al principio pudieron tener miedo ahora han visto que no hay ningún problema, que debemos ser solidarios, como siempre lo hemos sido", subraya.

"Y digo más", añade Martín Ardines, "si la convivencia ha servido como primera vacuna, la segunda y la tercera dosis de esa vacuna, como la del COVID19, fueron los amagos de Vox por reventar esa relación entre el pueblo y los chavales, porque al final consiguieron el efecto contrario".
Solidaridad con Canarias
Actualmente, el colegio San José alberga a entre 80 y 90 jóvenes migrantes, aunque por sus instalaciones ya han pasado más de 340. "Ahora, la preocupación de muchos vecinos es qué va a pasar con estos chavales cuando el centro se convierta definitivamente en un espacio para refugiados internacionales", comenta el alcalde. Desde la Secretaría de Estado se ha trasladado que las obras de reforma comenzarán en junio sin alterar la acogida de emergencia.
Para Martín Ardines, la experiencia de San Martín del Rey Aurelio es una prueba de que los discursos del miedo no tienen fundamento. "No hay ninguna conflictividad ni entre ellos ni con la población, todo lo contrario. Participan en actividades, en las fiestas del pueblo, se han integrado", afirma.
Frente a la crisis migratoria y el rechazo en algunos territorios a acoger menores que han llegado a las costas de Canarias durante los últimos meses, el alcalde defiende una visión global: "El mundo está en movimiento. La gente quiere venir a Europa y tener las mismas oportunidades que tenemos nosotros".