No hace falta estar rodeado de mar y alisios para sentir el espíritu canario. A veces, basta con tomar una calle cercana a Gran Vía y dejarse llevar por los aromas de la tierra, los sonidos o el sabor de un buen queso majorero.
En pleno corazón de Madrid existe un lugar donde Canarias late con fuerza: la Casa de Canarias, un pedacito del archipiélago en la capital.
Una embajada cultural
Desde 1953, esta institución ha sido mucho más que un punto de encuentro para residentes canarios. Es un espacio donde se celebran romerías, exposiciones, presentaciones de libros y actividades culturales que mantienen viva la tradición insular fuera del territorio.
Con una intensa colaboración con ayuntamientos e instituciones canarias, la Casa desarrolla proyectos que refuerzan el vínculo con la diáspora. Aquí no solo se recuerda el pasado: también se impulsa a jóvenes creadores, emprendedores y marcas que buscan abrirse paso en Madrid.
Sabores que reconfortan
Uno de los rincones más populares del lugar es su gastrobar, una auténtica joya para los amantes del producto canario. En sus estanterías no faltan clásicos como el chorizo de Teror, el almogrote gomero, la cerveza Dorada, los Munchitos o el infaltable chocolate Tirma.
El creador de contenido @specialsixty fue uno de los últimos en compartir su experiencia, describiéndola como un auténtico reencuentro con los sabores de su infancia. En su visita no faltaron platos como la pizza de quesos canarios con almogrote ni el tradicional polvito uruguayo.
@specialsixyt 🇮🇨 Visitando la Casa de Canarias en Madrid, un lugar bastante curioso #specialsix #islascanarias #canarias #comidacanaria #Madrid ♬ sonido original - specialsixyt
La romería
Entre las actividades más esperadas del año se encuentra la Romería Canaria en Madrid, un evento que cada vez reúne a más asistentes. Con música folclórica, trajes típicos, bailes y productos tradicionales, esta celebración convierte una plaza madrileña en una verbena isleña donde no falta ni el gofio.
La Casa de Canarias no solo representa el orgullo de pertenecer a unas islas únicas, sino que también ofrece un refugio emocional y cultural a quienes extrañan su tierra. Porque hay lugares que no son solo un sitio, sino un pedazo de casa a miles de kilómetros del mar.