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"Si la violencia se deja de ejercer, no hay nada que prevenir"

Hablamos con la psicóloga María Coromoto sobre el efecto de la violencia sobre los niños

Redacción

Hablamos con la psicóloga María Coromoto sobre el efecto de la violencia de género sobre los niños que llegan a presenciarla o incluso a sufrirla. 

Coromoto es psicóloga del Ilustre Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife y nos desvela las claves sobre la violencia y sobre cuáles son los puntos más importantes para concienciar a la sociedad sobre este tema. 


¿Qué es lo más apasionante de su trabajo y cuál es la parte más dura de su profesión?
"La parte más apasionante es trabajar con gente y poder ejercer aquello que te gusta y en lo que has empleado un montón de tiempo estudiando. Y la parte más dura son los papeles, que es la parte que menos me gusta y por eso me dedico a esta profesión, para trabajar con gente, estudiar el cerebro, conductas, pensamientos y sentimientos". 

Usted pertenece al Grupo de Intervención en Emergencias. Queremos preguntarle sobre los niños que ven la violencia de género en sus casas o que incluso llegan a sufrirla. ¿Cómo afecta esto a los niños y qué secuelas arrastran?
"Normalmente las secuelas de estos niños tienen que ver mucho con su autoestima y puede haber retrasos tanto a nivel emocional como evolutivo conductual, depende del grado del maltrato". 

Un adulto tiene mayor capacidad y madurez para actuar ante la violencia, pero ¿qué herramientas puede llegar a tener un niño? ¿Hasta qué nivel se puede sentir desprotegido ante una situación así?
"Yo siempre digo que el cerebro nos cuida, que siempre nos protege, y ante una situación de violencia, mucho impacto emocional o mucha agresión, lo que hace el cerebro es bloquear. Gracias a este sistema que genera el cerebro, nos protege y hace que se olviden los traumas que se pueden llegar a vivir con este tipo de situaciones. Lo que hacen los niños es buscar alternativas, como refugiarse en los estudios, conductas escapistas..., para no tener que estar viviendo continuamente en ese estado emocional. De todas maneras, depende de la edad de los niños, cuando son muy pequeños no mantienen ese estado emocional mucho tiempo. En este caso, la bioquímica juega a favor de ellos. No pueden estar mucho tiempo con miedo, con tristeza, con situaciones desagradables...". 

¿Cómo se detecta desde el exterior si un niño ve o sufre violencia en la casa? ¿Qué formas hay para detectar estos comportamientos por parte de los profesores o de los colegios?
"Conductualmente, cuando ya llevan un período prolongado de maltrato se lo ves en la postura. Son niños que tienen mucho miedo a todo, normalmente no piden ayuda, suelen estar mucho en silencio y posturalmente siempre tienen la cabeza baja. Es una persona que siente que no tiene derecho a opinar porque está con mucha bioquímica de miedo todo el tiempo". 

Oso de Peluche
Imagen que simboliza la violencia en los niños | PIXABAY

¿Qué tipo de terapia puede necesitar un niño para afrontar una realidad tan dura? ¿Cómo es el proceso para que el niño supere todas estas situaciones?
"Evidentemente ir a un psicólogo clínico, también desde el Instituto de la Mujer hay psicólogos especialistas en niños, llevan ese tratamiento y ellos ya van valorando. Inevitablemente tiene que ser con la psicología y de forma individual. Se trata con casos de familia, pautas de conducta, pero siempre a un nivel personal. Se puede tratar con los dibujos y muchas técnicas emocionales. Lo que le podemos dar a los niños es que si conocen sus herramientas o sus emociones pueden identificar qué les está pasando. Una emoción es un cambio bioquímico que invita a la acción, que hace que tú generes algo con esa emoción. Si tiene nombre esa emoción y sabes lo que te ocurre puedes hacer algo. Si no es que simplemente no sabes lo que te pasa". 

¿En qué momento el niño empieza a asimilar el drama que ha vivido o que está viviendo en su hogar? ¿Hay algún punto de inflexión en el que la tendencia cambie hacia un lado o hacia otro?
"Por los casos clínicos que yo he visto, esto sucede cuando la madre se va del ambiente. Ellos, como estamos hablando de su padre y su madre, aunque ven que no es adecuado el comportamiento, si se les pega o si hay otro tipo de violencia, tienden a esconderlo. Tienden a no verbalizarlo. En la consulta, cuando quieren comunicártelo, a veces te hacen prometer que no va a salir de allí porque tienen mucho miedo". 

¿Cómo evoluciona la mejoría del paciente en estas circunstancias? ¿Se puede decir que un niño que ha llegado a sufrir violencia puede llegar a superar este drama completamente?
"Puede vivir con normalidad, siempre en estados de estrés o de extrema vulnerabilidad cuando la vida adulta le lleva a situaciones. Quizá su respuesta sea automática de miedo, pero si va recibiendo terapia o tratamiento esto se puede ir haciendo más pequeño y sí que puede vivir con normalidad". 

"Hay un perfil psicológico para el maltratador, lo que pasa es que yo todos los puntos no te los puede decir, porque no trabajo solo violencia. Pero sí que hay un perfil psicológico que identifica al maltratador y también está muy estudiado el perfil psicológico de la persona maltratada"

¿Qué labor de prevención y concienciación se está llevando a día de hoy en la sociedad para acabar con este tipo de problemas?
"Bueno, hay un montón de publicidad, desde los organismos públicos tienden mucho a defender a la mujer. Todo esto además del equipo técnico de profesionales desde el Instituto de la Mujer, en el que hay un trabajo enorme que se hace día a día". 

¿Es necesario que se hable de la violencia en los colegios? Este a lo mejor es un tema delicado, porque puede haber padres que no quieran que se hable de este tipo de cuestiones a sus hijos... ¿Desde qué edad un alumno está preparado para entender que este tipo de realidades existen?
"Yo creo que sí se está concienciando mucho a los niños, porque yo voy a los colegios. Se hacen muchas campañas, como el Día de la Mujer. Incluso en el trato de los niños y las niñas, es algo en lo que hacen mucho hincapié los profesores. Yo hablo desde mi experiencia por las visitas a los colegios. Están muy concienciados y se trabaja mucho desde la relación entre ellos, para que aprendan que la mujer merece ser respetada, igual que el niño. Entonces ese grado de violencia disminuye". 

¿Hay algún caso de todos los que usted haya tratado que le haya impactado particularmente?
"Sí, no puedo contar nombres ni nada, pero sí me acuerdo de un niñito que traté que no se ponía cinto en los pantalones, porque su papá le pegaba con el cinto. Para que tú veas cómo por medio de la asociación de algo, una cosa física, ese niño la rechazaba por la emoción que provocaba. A veces se le caían los pantalones y no se los ponía por eso. Porque nada más tener ese objeto cerca de él, generaba la misma emoción que él sentía cuando su papá le pegaba". 

vidrio
Imagen que simboliza la violencia | PIXABAY

¿Es posible desempeñar su trabajo y conseguir aislarse de estos dramas? Porque involucrarse como psicóloga en estas realidades me imagino que tiene que ser muy duro...
"Es muy duro, sí. Eres persona, entonces hay momentos que sí que te puedes aislar, pero a veces pasar el límite es fácil sobre todo cuando trabajas con niños, pero para poder trabajar con niños y poder hacer tu trabajo bien, no puedes estar implicada, porque si no dejas de ser objetiva. Entonces, hay que tener un grado de implicación, pero siempre desde el conocimiento de que lo que estás haciendo lo tienes que hacer por el bien del niño, aunque a veces sea duro...". 

¿Cómo cree que se puede eliminar la situación de la violencia en nuestra sociedad? ¿El final de la violencia en general es una utopía o hay formas, mecanismos y herramientas para conseguirlo?
"Hay estrategias, pero yo voy al individuo. Es decir, a nivel social toda la campaña de sensibilización y el tratamiento es muy importante. Yo siempre desde que estudiaba decía que había que tratar también al maltratador. No solo hay que ayudar a la persona maltratada sino también al maltratador porque es una persona enferma. Si al maltratador no se le ayuda, tampoco él cambia y tienen que cambiar las dos personas, porque ese cerebro también está distorsionado. Para mí es un punto importante para tener en cuenta, que yo sé que se ha dado más pie a la mujer porque es la que más sufre en todo esto, pero la persona que es catalogada de "maltratador" también debe recibir tratamiento, porque si él cambia no ejerce el maltrato. Por ejemplo, estamos más sensibilizados en ese sentido porque el peligro inminente es más a la mujer. Pero si se deja de ejercer la violencia, pues tampoco hay hecho que prevenir".