El 'slackline' o cuerda floja, una práctica en vertiginoso crecimiento en Canarias

Las distintas asociaciones de las Islas están intentando, junto con las peninsulares, constituir una federación a nivel nacional

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Un asociado de Slackline Canarias posa sobre una cinta suspendida en el aire./ Slackline Canarias
Un asociado de Slackline Canarias posa sobre una cinta suspendida en el aire./ Slackline Canarias

Dos centímetros y medio de cinta y una línea de vida son los únicos elementos que separan a los practicantes de highline de una caída fatal al vacío. El highline es la modalidad más extrema de un deporte llamado slackline, algo así como una cuerda floja. 

La diferencia sólo está en la distancia y la altura. Caminar por la cinta se puede hacer entre dos palmeras en el parque o entre los dos puntos más altos de un barranco. Ambas prácticas son slackline, pero a la segunda, por hacerse en las alturas, se la conoce como highline.

De lado a lado del anclaje puede haber desde unos pocos metros hasta kilómetros dependiendo de la modalidad. La fuerza física y mental; y el perfecto equilibrio se convierten en piezas claves de esta actividad.

Un deporte cada vez más popular

Este domingo la escena dejó perplejos a los bañistas de la playa de la Nea, en Radazul. Sobre el barranco del Chorrillo, a 70 metros de altura, unos hombres caminaban concentrados por la cinta. Dominic, uno de ellos, cuenta a Atlántico Hoy que es un deporte cada vez más practicado en Canarias.

Dominic pertenece a Slackline Tenerife, una de las muchas asociaciones consagradas a este deporte de las Islas y que acaba de cumplir diez años. Para desplegar la línea, estos deportistas recurren a los recursos más inesperados. Dominic narra a Atlántico Hoy que uno de los métodos que siguen es volar un dron de lado a lado del barranco con un sedal de pesca. Una vez recepcionado en el otro extremo, se le engancha la cinta y se pasa al contrario. Cuando ambos están conectados, se hacen anclajes en la roca para asegurar la línea y se pasa una cordada de seguridad.

 

 

Difícil pero seguro

Según cuenta el representante de Slackline Tenerife, estos anclajes soportan pesos de hasta 5.000 kilos y siempre se pone un mínimo de tres por lado. Para fijarlo a la piedra, se perfora y se mete un tornillo que, posteriormente, se retira. La cinta, además, puede soportar una presión de casi 3.000 kilos. Aunque parezca peligroso, es un deporte extremadamente seguro.

Las condiciones climatológicas, por supuesto, también afectan, especialmente el viento racheado y fuerte. Aunque, contrario a lo que pudiera parecer, la ausencia de este convierte la práctica del highline en algo también difícil. Lo mejor, según detalla Dominic, es una suave y constante brisa sobre la que poder "apoyarse" al caminar por la cinta.

Pero para llegar a las alturas hay que pasar mucho tiempo practicando en el parque. "Depende de la persona. Algunos después de un año ya están en el barranco, pero no es lo normal. Se suele decir que sólo cuando camines 30 o 40 metros sin caerte puedes hacer highline", explica Dominic. El factor de la altura y la impresión que esta genera es también muy determinante.

Dominic, de Slackline Tenerife, camina sobre la línea abierta este domingo en Radazul./ ST
Dominic, de Slackline Tenerife, camina sobre la línea abierta este domingo en Radazul./ ST

Trabajando por una federación

Este deportista explica a Atlántico Hoy que todavía no existe una federación española para esta práctica pero, dada la relevancia que está comenzando a tomar, se está trabajando en constituirla.

"El tema de la federación es complicado. Demasiados trámites, trabas y papeleo para los pocos que somos peleando", comentan desde la asociación Slackline Canarias, otra de las agrupaciones que practican esta actividad en el Archipiélago. Aun con esas, el crecimiento de este deporte se está notando en Canarias. 

No todos se atreven

"Personas haciendo slackline esporádicamente muchas, seguramente más de 200. Highline, en todas Canarias, lo haremos unos 20", continúan desde esta asociación. De hecho, sólo en el chat de WhatsApp de la isla de Tenerife hay 180. "Que se suban allí arriba... Nos faltan voluntarios", afirman entre risas. Con todo, añaden: "Hemos visto progresión en número de participantes, más asociaciones y, sobre todo, mucha más visibilidad y normalización por parte de la sociedad".

La creación de una federación cobra sentido especialmente después de que este verano se haya disputado en Suiza el primer mundial de highline, en el que el español David Palomo logró el segundo puesto en la modalidad de freestyle a más de 2.000 metros de altura sobre los valles de la localidad de Laax.

Palomo practica este deporte precisamente en la asociación Slackline Canarias en Gran Canaria. Este deportista se convirtió en diciembre de 2021 en la persona de su asociación (y de cualquier otra asociación canaria) que más metros ha caminado por la cuerda floja con un kilómetro recorrido, aunque lo hizo en Valencia.

 

 

'Highline' urbano en La Palma

Personas como David visibilizan una práctica que está tomando fuerza no solo en Canarias, sino también en otras regiones como Barcelona o Granada. Las administraciones también están comenzando a promocionarlo en el Archipiélago. El 8 de octubre el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma organizó el mayor evento de highline urbano de la isla, citando a una veintena de equilibristas para cruzar el barranco de Dolores.

El propio Cabildo de La Palma, según explica Slackline Canarias, subvenciona a la asociación de la isla para promover este deporte y le facilita los permisos para realizar actividades dentro del parque nacional de la Caldera del Taburiente.

Una persona realiza 'highline' urbano en Santa Cruz de La Palma./ Ayto. S.C. La Palma
Una persona realiza 'highline' urbano en Santa Cruz de La Palma./ Ayto. S.C. La Palma

Problemas con los permisos en Tenerife

El tema de los permisos es, precisamente, uno de los que más condicionan esta actividad aun muy desconocida por la sociedad. "Normalmente, mientras no incumplamos el plan rector de cada zona natural, no hay problema. Tampoco dejamos rastro y los anclajes que usamos nos los llevamos", explican desde la asociación.

Slackline Canarias comenta a Atlántico Hoy que ayuntamientos y cabildos suelen ser muy colaborativos, pero que el de Tenerife es completamente reacio a la práctica de este deporte. "El Cabildo de Tenerife tiene una web específica para permisos. Nos rechazan todo lo que solicitamos y autorizan otras actividades con mayor impacto", explican. "Ya hemos tenido alguna amenaza de multa en zonas donde la escalada o el barranquismo están permitidas, cuando dependen del cabildo", añaden.

Anclajes de 'highline' utilizados en una línea en Radazul./ ST
Anclajes de 'highline' utilizados en una línea en Radazul./ ST

Efecto llamada

Según cuenta la asociación, la corporación insular tinerfeña sostiene que "no estima oportuna la promoción, por el efecto llamada, de esta modalidad deportiva en los Espacios Naturales Protegidos". Algo que dicen no entender dado que es "la misma institución que promociona la Bluetrail, con más de 2.000 participantes".

Con todo, los cada vez más amantes de este deporte de equilibrio continúan tendiendo sus cintas de barranco a barranco en Canarias y trabajando por lograr constituirse en una federación que les de el respaldo y visibilización de las instituciones.

Una persona realiza 'highline' en el barranco del Juncal, en Gran Canaria./ Slackline Canarias
Una persona realiza 'highline' en el barranco del Juncal, en Gran Canaria./ Slackline Canarias

 

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