Hay alimentos y productos que no necesitan grandes campañas de marketing y, sin embargo, llevan siglos alimentando generaciones. En Canarias sabemos mucho de estos superalimentos que no necesitan llamativas etiquetas para demostrar su valor nutricional.
Uno de ellos, nacido primero por la necesidad y moldeado por siglos de historia, sigue siendo casi un desconocido más allá de su hogar original. Un alimento sencillo, natural, cargado de propiedades y, también, de tradición y orgullo.
El superalimento canario
Hablamos del gofio canario, uno de los tesoros más antiguos y nutritivos de la gastronomía de las islas. Lejos de ser simplemente una harina, el gofio es un producto elaborado a partir de cereales tostados —generalmente millo o trigo— que después se muelen hasta conseguir un polvo fino de sabor intenso y característico.
Su proceso de tostado previo antes de la molienda no solo le da su aroma y color únicos, sino que también conserva mejor sus nutrientes, haciéndolo rico en fibra, vitaminas y minerales. Por eso, durante siglos, ha sido el sustento básico de generaciones de canarios, desde los antiguos aborígenes hasta nuestros días.
Cómo se usa el gofio
En Canarias, el gofio es un alimento versátil que se emplea de mil maneras: mezclado con leche caliente en el desayuno, amasado en forma de pella para acompañar platos salados como el sancocho o, incluso, espolvoreado sobre postres como los helados. Su textura y sabor tostado permiten incorporarlo en tanto recetas dulces como saladas.
Sin embargo, en el resto de España, su uso sigue siendo un pequeño misterio. Fuera de las islas, muchos lo confunden con una harina corriente o no saben cómo integrarlo en su cocina. Algunos intentan hacer pan o repostería como si se tratara de trigo, descubriendo que el gofio necesita otros métodos para brillar en su máximo esplendor.
@leodortag el gofio canario #comida #food #recetas #gofio ♬ sonido original - Leo
Un producto con historia
Más allá de sus beneficios nutricionales, el gofio representa la memoria del archipiélago. Ha sido alimento en épocas de escasez, parte de celebraciones y símbolo de identidad.
Hoy sigue ganando reconocimiento fuera de las islas como un superalimento lleno de propiedades que el mundo fuera de Canarias comienza a descubrir.