"Todo su esfuerzo estaba orientado al beneficio de los demás"

Este mes de junio se cumplen veinte años del fallecimiento de Rafael Clavijo García, expresidente del Cabildo Insular de Tenerife entre 1974 y 1979. Hablamos con uno de sus hijos.

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Un artículo del Cuadernillo publicado por los veinte años del fallecimiento de Rafael Clavijo García | AH

Tras más de cincuenta años de intensa y dilatada labor profesional y política, falleció en Santa Cruz de Tenerife, el 21 de junio de 1999, a la edad de setenta y cuatro años. Veinte años después, Canarias recuerda con nostalgia a un hombre con vocación de servicio y que entregó su vida a los demás. El periódico digital de Canarias AtlánticoHoy rinde homenaje a la figura de Rafael Clavijo García, padre del presidente de este medio de comunicación digital. 

"No soy la persona más adecuada para hablar de los méritos de mi padre. Los años 60 y 70 fueron años de mucha actividad y expansión por parte del Cabildo y de la Mancomunidad Interinsular. En esa época se culminaron muchas obras en marcha y se hicieron proyectos muy importantes. Aunque su etapa política queda ya bastante lejos, había entonces una vocación de servicio que mi padre y todos los consejeros representaban muy bien. De ahí que se recuerde con cariño sus más de cinco años como presidente del Cabildo insular de Tenerife", relata a AtlánticoHoy su hijo mayor, Rafael Clavijo Rodríguez.



Sobre las enseñanzas que dejó a sus seres queridos, Rafael Clavijo Rodríguez asegura que "quizás la enseñanza más importante es que nunca buscó un beneficio personal. Todo su esfuerzo estaba orientado al beneficio de los demás, de la Isla, de la provincia, e incluso de la región". 

"Se trata de un recuerdo de casi cincuenta años de trabajo en diferentes sectores públicos y privados. En su fallecimiento, y en fechas posteriores, se recibieron muchos testimonios de personas, de periodistas, amigos y políticos, algunos de ellos desparecidos, y hoy, 20 años después, se convierten en elmejor recordatorio de su obra, de su trabajo", comparte Clavijo Rodríguez.

En 1989 se le diagnosticó una insuficiencia renal que lo mantuvo durante nueve años en tratamiento de diálisis. La Asociación de Enfermos Renales de Tenerife (ERTE), presidida por uno de sus cuatro hijos, Corviniano Clavijo,  ha continuado su actividad desarrollando una labor vital para los enfermos renales. "ERTE simboliza el trabajo incansable de los últimos diez años de su vida, ya jubilado de la política y de la vida laboral,y ese esfuerzo lo simultaneaba con un tratamiento de diálisis, además de la vida familiar que tenía que aprovechar. Yo creo que hizo mucho por dar un impulso a la asociación y era consciente de que aún le quedaba bastante por hacer. Y se fue con la seguridad de que ese esfuerzo lo dejaba en buenas manos", recuerda su hijo mayor, Rafael Clavijo Rodríguez.

Actividad profesional 
En los años 1948 y 1949 preparó diversas Oposiciones en Madrid y realizó también el Servicio Militar en las islas de Tenerife y La Palma como Alférez de Complemento de la Milicia Universitaria.

En 1949 sacó por oposición una plaza en el Cuerpo Técnico del Montepío Laboral, perteneciente al Ministerio de Trabajo, cargo que compatibilizó con el de Inspector de la Cámara Provincial Agraria, de Santa Cruz de Tenerife. Compartió estas actividades con su trabajo como abogado y con otras de carácter cultural y deportivo. Fue directivo del Casino Principal y del Círculo Mercantil, de Santa Cruz, y también del Club Deportivo Tenerife y de la Federación Tinerfeña de Fútbol.

En 1953 ganó por Concurso-Oposición la plaza de Secretario de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife, corporación en la que prestó sus servicios por espacio de más de 25 años. Desde este cargo fue también secretario de la Junta Asesora de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, bajo la presidencia del Gobernador Civil de la provincia, así como secretario asesor del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, realizando múltiples actividades en Europa, África y América. En esa época, por la Comisaría Nacional de Plan de Desarrollo fue elegido miembro de la misma y secretario del Plan Canarias.

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Rafael Clavijo García | CEDIDA POR LA FAMILIA


En 1971 solicitó la excedencia en la Cámara de Comercio porque fue nombrado director primero y director general más tarde, de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife, puestos que abandonaría unos años después para incorporarse a la política activa.


A lo largo de su vida profesional y política, ha recibido numerosas distinciones, entre las que cabe destacar la Medalla de Oro de la Cruz Roja, la Medalla al Mérito Agrícola, la Medalla al Mérito Profesional del Colegio de Agentes Comerciales, la Gran Cruz del Mérito Militar, la Medalla de Oro al Mérito Turístico o la Medalla de la Orden Francisco de Miranda (Venezuela).


Presidente Cabildo Insular
El 2 de febrero de 1974 tomó posesión de la Presidencia del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, cargo en el que permaneció hasta el 20 de abril de 1979. El 8 de febrero de 1974 tomó posesión como presidente de la Mancomunidad Interinsular de Cabildos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Fue presidente asimismo de la Junta Interprovincial de Arbitrios Interinsulares (JIAI) y de la Junta Económica Interprovincial de Canarias (JEIC). En esta etapa presidió numerosas empresas de ámbito insular y provincial (Asociación Mixta de Compensación del Polígono de Güímar, Polígono Industrial de Granadilla, Casino Taoro, etc.).

Se incorporó de nuevo a su puesto de director de la Caja de Ahorros, hasta que en las Elecciones Generales de 1982 salió elegido Diputado a Cortes por la provincia de Santa Cruz de Tenerife, cargo que desempeñaría plenamente hasta 1986 tras haber solicitado la excedencia en la Caja de Ahorros, de la que se jubiló voluntariamente en 1987 para pasar a desempeñar otras actividades en empresas privadas, con las que había mantenido amplia colaboración durante muchos años (Litografía Romero, Teleférico Pico del Teide, Diario de Avisos…). 

A lo largo de casi cuarenta años de vida profesional y política, ha recibido numerosas distinciones, entre las que cabe destacar la Medalla de Oro de la Cruz Roja, la Medalla al Mérito Agrícola, la Medalla al Mérito Profesional del Colegio de Agentes Comerciales, la Gran Cruz del Mérito Militar, la Medalla de Oro al Mérito Turístico, la Medalla de la Orden Francisco de Miranda (Venezuela), la Medalla de Oro de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife y la Medalla de Oro de la Isla de Tenerife (4 de febrero de 1999). Asimismo, el Excmo. Ayuntamiento de Arafo dio el nombre de Rafael Clavijo a una de las calles principales de este municipio sureño.

En 1989 se le diagnosticó una insuficiencia renal que lo mantuvo durante nueve años en tratamiento de diálisis en el Hospital General y Clínico. En 1990 se incorporó a la Asociación de Enfermos Renales de Tenerife (ERTE), primero como Vicepresidente ejecutivo y desde 1992 como Presidente. 




Entrevista al presidente de ERTE, Corviniano Clavijo (hijo de Rafa Clavijo García) | YOUTUBE

Durante esta etapa y con apoyo del sector público (Gobierno Canario, Ayuntamientos y Cabildos Insulares) y privado (numerosas empresas), se potenció la concienciación ciudadana en el transplantes de órganos. Un año después de su fallecimiento, por la labor desarrollada, se dio el nombre de Rafael Clavijo a la Fundación Canaria para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario de Canarias, según acuerdo plenario de Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, de 4 de febrero de 2000.


TEXTOS EN PRENSA Y OPINIONES

En los días y meses posteriores a su fallecimiento, diferentes periodistas, políticos y amigos, algunos ya desaparecidos, destacaron la figura y la obra de Rafael Clavijo. He aquí varios fragmentos de los testimonios publicados: 

  • El redactor jefe de Diario de Avisos, Manuel Iglesias concluía en su columna Se fue Rafael Clavijo: “Se necesitaría un espacio mayor y más tiempo del que lleva escribir una columna para reflejar la intensa actividad que desarrolló en prácticamente todos los campos de la actividad social tinerfeña y de su calidad humana, culta, divertida y tolerante. Pero sobre todo nos deja esa imagen de buena persona, de hombre honrado, que supo pasar con integridad por cada etapa en la que le tocó vivir y siempre, hasta el final, estuvo trabajando por algo que iba a beneficiar a los demás.”

  • Por su parte, Fernando Fernández Martín, expresidente del Gobierno de Canarias y eurodiputado por el Partido Popular, en su Adiós a Rafael, escribía: “Tengo para mí que, de toda esta trayectoria pública, el papel más innovador de Clavijo lo representó como dinamizador de la Mancomunidad de Cabildos de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, cuya presidencia ostentó y durante la cual se labró no solo el prestigio y el afecto de los canarios de Tenerife, de los palmeros, gomeros y herreños, sino el respeto de los canarios de “la otra” provincia, como escuché decir hace horas al presidente del Cabildo Insular de Lanzarote. Henry Kissinger dejó escrito que hacer política es saber prever el futuro y diseñar estrategias para afrontarlo con éxito. Y en este sentido, Rafael hizo Política con mayúsculas, como dejé escrito hace un momento. Supo ver al final del franquismo que se avecinaban nuevos tiempos y que era preciso construir una Canarias distinta, que él contribuyó a cimentar desde la Mancomunidad de Cabildos.”

  • Al mismo tiempo, José Segura Clavell, diputado del PSOE y expresidente del Cabildo de Tenerife, en su artículo El presidente de la Mancomunidad, manifestaba: “Jugó un papel singular en la transición política presidiendo una corporación insular integrada por personas que supieron dar la talla en aquellas etapas tan complejas; personas tan singulares y cualificadas como Leoncio Oramas, Wolfredo Wildpret, Pedro Modesto, José Sabaté, Javier Díaz-Llanos, Francisco Oramas y tantos otros que podríamos mencionar y que han permanecido unidos en el tiempo a la figura de Rafael Clavijo y a las instituciones del Cabildo Insular de Tenerife y de la Mancomunidad de Cabildos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife en una época conflictiva de transición y en la que Canarias acumulaba problemas estructurales anquilosados y de difíciles soluciones.”

  • Andrés Chaves, entonces director de La Gaceta de Canarias, en su columna Pípol escribió: “Rafael llevaba la isla dentro, era un chicharrero redondo, un hombre que sentía como pocos estos peñascos perdidos en el Atlántico y que había luchado con denuedo por ellos desde todos los ámbitos: desde la Caja, desde el Instituto Tinerfeño de Expansión Económica, desde la Cámara de Comercio, desde el Cabildo de Tenerife. Recuerdo la campaña que realizamos en La Tarde, Alfonso García-Ramos y unos cuantos, para colocar a Clavijo en la presidencia del Cabildo de Tenerife. Recuerdo una memorable intervención de Clavijo en Las Cortes sobre las especificidades canarias. Recuerdo sus esfuerzos para la redacción y puesta en marcha del REF. Ahora este hombre se ha marchado, perdido en una noche triste de comienzos del verano. El bravo corazón de chicharrero cabal no resistió más su enfermedad, y a pesar de su fortaleza interior su cuerpo estaba debilitado por la diálisis y por la contumaz enfermedad renal que había limitado mucho su vida.”

  • Leocadio Machado, en su habitual colaboración en Diario de Avisos Alrededor de mí mismo y bajo el título Un patriota, comenzaba así: “Cuantas menos reminiscencias bélicas encierra la palabra ‘patriota’, más la admiro y la respeto. El patriota en tiempo de paz suele ser un personaje de profunda dimensión humana al servicio de su pueblo, y por ende, del colectivo que vive a su sombra. Y aclaro este concepto del patriota, porque me voy a referir a un hombre que se ganó a pulso ese calificativo por su amor y sus servicios a la tierra que le vio nacer, y que acaba de dejarnos para siempre. Se trata de Rafael Clavijo, al que conocí hace bastantes años, y del que, posteriormente, me hablaron, y mucho, amigos comunes. Era un poco más joven que yo, pero lo tengo presente, menudo y afectivo, en nuestra época de estudiantes.”

  • El economista Juan Antonio Núñez, en su artículo Adiós a Rafael, le recordaba con estas líneas: “Me parecía imposible, no podía ser cierto. Rafael Clavijo había muerto. El hombre bueno por naturaleza, afable, cordial, el del puro y la anécdota permanente en los labios, el que pasó su vida preocupándose siempre por los demás, el que nació para ser bueno y amigo de todos, se había ido. (…) De él aprendí muchas cosas, pero sobre todo recibí lecciones magistrales de amor a Tenerife y a Canarias, de preocupación por los demás, de desinterés, de desprendimiento y de habilidad para saltarse las barreras que fuesen necesarias para echar una mano donde fuese preciso.”

  • En su columna La teórica de hoy de El Día, Hablando de otra política, lo evocaba el colaborador Pallo de esta forma: “Por eso aprovecho esta circunstancia para contarles o, mejor dicho, recordarles otros aspectos más íntimos. Eso sí, asegurándoles que Clavijo no fue, como se le ha querido tachar por algún medio, un nacionalista a ultranza ni muchísimo menos. Rafael Clavijo fue canario y español, pero defendiendo siempre su Tenerife con honestidad, dignidad, efectividad, energía y seriedad. Energía y seriedad que se diluían en el billar del Casino de Santa Cruz para convertirse en sencillez, campechanía y socarronería.”

  • En la sección Cartas de los lectores de Diario de Avisos, el ya fallecido ingeniero y amigo José María Segovia Cabrera se preguntaba: “¿Y ahora qué? ¿Cómo vamos a recordar los que fuimos sus amigos su vida y su obra? Y ¿cómo van a enterarse las juventudes venideras de quién fue Rafael Clavijo? ¿Vamos a seguir esta política tan nuestra de olvidarnos de quienes dedicaron parte o toda su vida a su isla, su ciudad, su provincia?” Y por su parte, el abogado grancanario Alberto Ojeda Pérez lo recordaba en estos términos: “ Por la relación familiar que nos unía, y pese a vivir en islas distintas, pude apreciar y valorar una de esas muchas cualidades que especialmente lo definían: su humildad, su sensibilidad hacia los problemas de los físicamente débiles y socialmente humildes, proyectadas en realizaciones tan ejemplares como el Hermano Pedro y la Fundación Canaria de Trasplantes, a la que sirvió en sus últimos años de una manera intensa y fructífera, extendiéndola a todo el Archipiélago Canario con una visión amplia, sin egoísmos particularistas o insularistas, muy significativa de su talante como persona y como canario”.

  • Su compañero en ERTE, Fernando López Ayensa, en su artículo A mi amigo y jefe, Rafael Clavijo publicado en 2001, concluía así: “Hoy, dos años después de su pérdida, muchos amigos lo recordarán y extrañarán su falta, pero pocos podrán decir que no les queda algo de él. ERTE es un ejemplo, porque aquí muchos seguimos trabajando para hacer cumplir sus ilusiones y esperanzas, desde la Presidencia hasta los empleados, unidos por un mismo espíritu y un ejemplo que seguir. Gracias, Rafael, gracias por todas las puertas que has dejado abiertas, gracias por tu duro trabajo que, todavía hoy, sigue dando tantas satisfacciones, y gracias, sobre todo, por dar sin pedir nada a cambio. Gracias por tu nombre, tus amigos, tu sencillez y tu lucha. Hasta pronto, amigo.”




Datos personales y estudios
Nació en Santa Cruz de Tenerife el 21 de octubre de 1924, hijo de José Clavijo Torres, profesor mercantil, y de Juana García Clavijo. Tuvo una hermana, Teresa Clavijo García, fallecida en 1994. Estaba casado con Matilde Rodríguez Galván, fallecida en 2018, y tenían seis hijos.

Cursó sus primeros estudios en el Colegio Pureza de María, de Santa Cruz de Tenerife, hasta los ocho años, y hasta los diez, preparó el Ingreso de Bachillerato en la Academia Carrasco, de Santa Cruz. Inició el Bachillerato hasta 4º Curso en los Institutos de Enseñanza Media de Santa Cruz y La Laguna, y desde 5º Curso hasta 7º y el Examen de Grado (Reválida) permaneció interno primero en el Colegio La Salle, de Arucas (Gran Canaria), y más tarde en el Colegio Corazón de María (Claret), de Las Palmas. Entre 1942 y 1947 estudió la carrera de Derecho en la antigua Universidad de La Laguna, donde se licenció en un curso que empezó con treinta compañeros y terminó con diecisiete, casi todos ellos ya fallecidos.

Rafael Clavijo García  falleció en Santa Cruz de Tenerife, el 21 de junio de 1999, a la edad de setenta y cuatro años.



Fotogalería de la vida de Rafael Clavijo