Los Tuk Tuk son uno de esos vehículos que dividen opiniones. A medio camino entre una moto y un coche pequeño, estos triciclos motorizados nacieron en Asia —con Tailandia e India como referentes— y han acabado expandiéndose a gran parte del mundo como medio de transporte turístico.
En Europa, su desembarco ha llegado acompañado de regulación estricta, especialmente en cascos históricos o zonas turísticas donde los coches convencionales tienen difícil acceso. Ahora, todo apunta a que estos vehículos también quieren abrirse paso en Canarias, lo que ha despertado recelos en el sector del taxi.
Qué son los Tuk Tuk
En su versión europea suelen ser eléctricos, a diferencia de Asia donde predominan los de gasolina. Tienen capacidad para entre dos y seis pasajeros y son muy populares para realizar recorridos turísticos cortos, especialmente en cascos antiguos donde la movilidad es más compleja.
Su atractivo radica en el bajo consumo, la posibilidad de entrar en calles estrechas y la experiencia diferente que ofrecen a los turistas. Pero esta misma versatilidad ha generado conflictos en varias ciudades.
Cómo se regulan en Europa
La normativa cambia según cada municipio. En la mayoría de casos, los Tuk Tuk se controlan como un híbrido entre taxi, vehículo turístico y VTC (tipo Uber).
- Licencias: necesitan permisos municipales específicos para operar.
- Uso limitado: generalmente solo pueden realizar rutas turísticas y no actuar como taxis convencionales.
- Restricciones horarias: en algunas ciudades se les prohíbe circular de noche por el ruido.
- Normativa técnica: deben cumplir con seguros, ITV, cinturones y homologaciones.
- Precios: en Lisboa, por ejemplo, están regulados; en otras ciudades funcionan con tarifas libres, siempre con obligación de mostrar el coste antes del trayecto.
Ciudades con experiencia
Los casos de Lisboa, Roma, Barcelona y Madrid son los más ilustrativos. En Lisboa, los Tuk Tuk eléctricos solo pueden realizar rutas autorizadas y el Ayuntamiento limita su número. En Roma están regulados como transporte turístico y enfrentan sanciones si actúan como taxis. En Barcelona y Madrid se circunscriben a circuitos cerrados, sin posibilidad de funcionar como transporte público libre.
Aun con restricciones, su implantación ha generado choques con los taxistas, que denuncian competencia desleal.
La polémica en Tenerife
En Canarias, la polémica ya ha estallado. Según denuncian los representantes del sector del taxi, varios Tuk Tuk habrían llegado a Santa Cruz de Tenerife, donde habrían sido vistos en un garaje de la céntrica calle Progreso. “Ya están en Santa Cruz”, afirmó Miguel Ojeda, máximo responsable de Élite Taxi, en declaraciones a Atlántico Hoy.
Por ahora, no circulan en la capital, pero sí en otras zonas de la isla como Adeje, Torviscas, Fañabé o La Caleta, donde se ofertan rutas turísticas que rondan los 24 euros por persona.
Reclaman regulación
El gremio del taxi ha reiterado que estos vehículos necesitan permisos específicos para poder operar. “No hemos recibido ninguna comunicación oficial ni del Ayuntamiento ni del Cabildo”, señaló Ojeda, que insiste en que los Tuk Tuk suponen una competencia directa, especialmente si se instalan cerca de paradas de taxi o de la guagua turística.
De momento, no existe una norma concreta que prohíba o limite su actividad en Canarias. Los taxistas piden al Ayuntamiento de Santa Cruz y al Cabildo de Tenerife que actúen para “ordenar” este sistema de transporte antes de que se expanda.
Entre la oportunidad y el conflicto
Los Tuk Tuk representan una alternativa atractiva para los turistas que buscan experiencias diferentes, pero su llegada a Canarias abre un debate sobre la movilidad urbana, la convivencia con el taxi y la necesidad de establecer reglas claras.
Lo que en otras ciudades ha derivado en conflictos y limitaciones puede convertirse en un nuevo reto para la movilidad en Tenerife. La cuestión está en si las administraciones anticiparán una regulación antes de que el problema crezca o si esperarán a que los Tuk Tuk se consoliden en las calles de Santa Cruz.