La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) lidera una investigación que busca tener una mejor comprensión de los procesos eruptivos que hubo en Canarias durante el Holoceno, que comenzó hace 11.700 años.
Los trabajos se realizaron entre enero y febrero en los complejos volcánicos del Nevado Ojos del Salado y Nevado Tres Cruces de los Andes. Un proyecto liderado por el investigador Alejandro Rodríguez González y del que forman parte Francisco José Pérez Torrado y María del Carmen Cabrera Santana, según ha comunicado la universidad.
De esta manera han logrado "identificar y muestrear diferentes tipos de depósitos piroclásticos, material vegetal carbonizado y materiales del suelo previo a la erupción de estos complejos volcánicos andinos", apuntan.
Forma precisa
A través de ello "se podrá datar y localizar de forma precisa una gran erupción que tuvo lugar en la zona hace aproximadamente 1.300 años, según se ha podido estimar por los restos arqueológicos situados en el lado argentino, cubiertos por cenizas provenientes de esta erupción".
Con esto los investigadores, apunta la institución universitaria, "podrán seguir profundizando en el análisis de las consecuencias que este episodio volcánico pudo tener para la región, sobre todo a nivel medioambiental y climático". Mientras, en el ámbito arqueológico, "podrá permitir acotar de forma más exacta la edad de la erupción, lo que ayudará a su vez a conocer lo que pudo ocurrir en sitios arqueológicos de la misma región, pero también en otros puntos con características similares".

Avances
Los avances en el conocimiento geológico y volcanológico, según los investigadores, "son útiles para entender los de otra" y en este caso "de plena aplicación en las Islas".
La idea es prevenir y gestionar riesgos naturales "mediante avances científicos y el desarrollo de nuevas herramientas para la evaluación del riesgo volcánico, al tiempo que fomenta la investigación científica y la colaboración internacional en estudios volcánicos".
La ULPGC también contó con la participación del Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (SERNAGEOMIN) y la Universidad de Buenos Aires–CONICET financiado por el Gobierno de Canarias.
