Desde siempre Canarias habían sido siete islas. Lo aprendíamos en el colegio, las recitábamos de carrerilla y nos enorgullecíamos al decir que las habíamos visitado todas. Cada Navidad, el villancico nos insistía: Vamos cantemos, somos siete. Como los días de la semana, las notas musicales, los colores, los enanitos de Blancanieves, los pecados capitales. Siete sobre el mismo mar, con el pico Teide de guardián.
Mientras tanto los cerca de 700 gracioseros se preguntaban por qué nadie les tenía en cuenta. Al fin y al cabo es una isla habitada, con población estable desde finales del siglo XIX, lo que la diferencia de Alegranza, Lobos, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste. Fue entonces cuando la reforma del Estatuto de Autonomía en 2018 vino a hacer justicia. El islote más grande del Archipiélago Chinijo se convirtió en la isla más pequeña de Canarias.
Con todo, el Estatuto aclara que "La isla de La Graciosa estará agregada administrativamente a Lanzarote", por lo que depende del Cabildo de su isla vecina y, aunque el texto estatutario no detalle el nivel municipal, la octava isla está administrada por al Ayuntamiento de Teguise. De esta forma, en el momento que La Graciosa dejó de ser un islote a finales de 2018, Teguise se convirtió en el único municipio canario cuyo territorio se divide en dos islas: parte de Lanzarote y toda La Graciosa.
Ni Haría ni Arrecife: Teguise
Así como la Isla de Lobos -que a pesar de su nombre conserva la condición de islote en el Estatuto- pertenece al municipio majorero de La Oliva, sería comprensible que por cercanía La Graciosa se enmarcara en el municipio más septentrional de Lanzarote, es decir, Haría. O incluso cabría esperar que dependiera de Arrecife por su condición de capital. Pero lo cierto es que la octava isla pertenecía administrativamente a Teguise desde mucho antes de ser declarada como tal en 2018.
El origen de esta peculiaridad se remonta a finales del siglo XVI, cuando el primer marqués de Lanzarote, Agustín de Herrera y Rojas cedió al Cabildo el aprovechamiento de los recursos de este territorio por parte de los lanzaroteños. De esta forma, a raíz de la división municipal de 1812 La Graciosa quedó encuadrada dentro de Teguise, por entonces capital de Lanzarote.
Como respuesta a una consulta del gobierno central en 1930, el Ayuntamiento de Teguise esgrimió la cesión del territorio por parte del noble Herrrera y Rojas, así como la gestión de este territorio desde entonces, para mantener a La Graciosa dentro de su ámbito municipal. Por este motivo, aunque Arrecife le había arrebatado la capitalidad en 1847, la mayor isla del Archipiélago Chinijo siguió perteneciendo al que actualmente es el único municipio canario cuyo territorio se extiende por dos islas.