Este es el tesoro gastronómico de Canarias que sólo está en Tenerife: hasta 3.000 euros el kilo

En Los Silos se localiza la única finca en el archipiélago que cultiva esta especie de orquídea cuyo fruto es altamente demandado en gastronomía y cosmética

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La vainilla es el fruto de la única especie de orquídea que se cultivan para uso alimentario o cosmético, un tesoro que incluso cotiza en bolsa./ REDES.
La vainilla es el fruto de la única especie de orquídea que se cultivan para uso alimentario o cosmético, un tesoro que incluso cotiza en bolsa./ REDES.

Es la única especie de orquídea cultivada para uso industrial y, aunque principalmente es conocida por dar olor y sabor a recetas de repostería o heladería, los beneficios que aporta la vainilla van más allá de la gastronomía. Antinflamatoria, relajante, cicatrizante, aromatizante e incluso afrodisiaca, esta pequeña vaina es originaria de México, donde se usaba como condimento para preparar "la bebida de los dioses" a la que solo podía acceder la élite azteca.

En rama o en polvo, su extendida utilización para fines alimenticios, cosméticos e incluso terapéuticos mueve anualmente un mercado de millones de euros la vainilla, con una cotización en bolsa que ronda los 3.000 euros el kilo. Aunque actualmente Madagascar acapara la mayor parte del mercado mundial con su variedad bourbon, considera la más fina y de mayor calidad, también existen otros productores como Indonesia, Mexico, China o Turquía.

Asimismo, otros pequeños productores en zonas tropicales y subtropicales prosperan por la excelencia en el cultivo de la vanilla planifolia, nombre científico de la especie más conocida. Este es el caso de Pascal Beckers, un belga afincado en Tenerife que actualmente, desde su finca La Canopea de Los Sillos, es el único productor de vainilla de Canarias. 

vainilla negra
Para producir un kilo de vainilla seca son necesarios aproximadamente seis de vainilla verde./ 

Jugar a la abeja

Hace más de una década Pascal Becker llegó a Tenerife "con un esqueje de vainilla para cultivarlo y experimentar", tal y como detalló en el programa Por tres razones de RNE. Desde entonces se ha dedicado con denuedo a "jugar a la abeja", como él mismo denomina esta técnica de polinización manual que le exige estar atento cada día entre abril y junio en busca de flores abiertas. "Solo viven una mañana y, si llegas por la tarde, ya no la puedes polinizar", explicó. 

"Para dar fruto la vainilla depende de una abeja que solo se encuentra en México así que en cualquier otro lugar del mundo hay que polinizar a mano", comenta en el citado programa. Además para obtener la preciada vainilla se debe "recrear el ecosistema de esta orquídea que crece sobre otras plantas de la selva tropical necesita tanto humedad como material orgáncio, por lo que plantamos frutales o frutos secos".

Todo este laborioso proceso explica el alto coste del producto final, mas aún si tenemos en cuenta que aproxiamadamente se precisa de "seis kilos de vainilla verde para un kilo de vainilla seca", aclara Beckers.

Un ingenioso esclavo

Durante el reinado de Luis XIV, el monarca francés se enamoró de la vainilla y trató de introducirla en la isla Bourbon, conocida actualmente como Reunión. Pero a pesar de los esfuerzos de la corte por contentar las demandas del rey, el sabroso fruto de esta orquídea se resistía. Ni siquiera en las condiciones idóneas de esta isla del oceáno Índico conseguían dar con el secreto para producir la codiciada especie.

Pero todo esto cambió en el año 1841 por alguien inesperado llamado Edmon Albius, un esclavo que para sorpresa de muchos consiguió lo que se daba por imposible: polinizar la vainilla, seguramente con una técnica similar a la que a día de hoy utilizan tanto en la vecina isla de Madagascar, principal productor del mundo, como en una finca de Los Silos.