La muerte de cuatro personas --y la desaparición de una quinta-- en la piscina natural Isla Cangrejo de Santiago del Teide pone de relieve los riesgos de acceder a zonas del litoral cuando hay alerta. El enclave se encontraba precintado por peligro de oleaje, y ya ha sido escenario de situaciones similares. En lo que llevamos de año, la Policía Local ha levantado 66 actas por entrar al lugar cuando estaba cerrado al baño.
El trágico suceso ocurrió el pasado domingo, cuando varias olas arrastraron hacia el mar y piedras a varias personas, dejando tres fallecidos en el mar y otra persona que murió posteriormente en el hospital. Según ha trascendido la mayoría eran turistas que ignoraron los precintos –al parecer estaban rotos– así como carteles en español, alemán e inglés que advertían del peligro en caso de oleaje.
El alcalde del municipio, Emilio Navarro, explicaba en declaraciones a los medios que antiguamente se cerraban los accesos con puertas, pero denuncias de terceros impidieron mantenerlas. De hecho asociaciones como Canarias 1.500 KM de Costa reclaman la presencia de socorristas en el lugar, una medida que, según consideran, podría reducir los riesgos de estas imprudencias.
Punto negro
El presidente de la asociación Canarias 1.500 KM de Costa, Sebastián Quintana, valora en declaraciones a Atlántico Hoy que la cartelería, las balizas y las cintas “no han servido de nada” y asegura no entender cómo personas adultas, en su mayoría turistas, “han puesto en riesgo su propia vida de forma absolutamente gratuita”.
Insiste en que esta piscina natural se está convirtiendo en “uno de los puntos negros de toda Canarias” donde la imprudencia “vuelve a estar en el primer plano”. Recuerda que 15 días antes, en el mismo punto, varias personas fueron expulsadas de la piscina por una ola.
Socorristas
Quintana considera que, ante la falta de vigilancia, se debería de cerrar el acceso de manera definitiva. “A 150 metros, la playa de Los Gigantes tiene servicio de socorrismo. Cuando esta se cierra al baño, y saben que no pueden entrar, muchas personas caminan por la carretera para acceder a la piscina Isla Cangrejo”, cuenta.
Además explica que es una zona que últimamente está generando un efecto de atracción a través de las redes sociales, lo que causa que cada vez sea más visitada. Asegura que es consciente de que el ayuntamiento "está poniendo todos los medios a su alcance" para solucionar el problema, pero a su parecer esto “demuestra que la propia realidad supera la capacidad del propio ayuntamiento”.