El Cabildo de Tenerife ha aprobado una subvención de 500.000 euros destinada al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para facilitar la expropiación de los terrenos donde se levanta el edificio abandonado de Añaza, más conocido como mamotreto de Añaza. Este paso "es imprescindible" para avanzar en su demolición y en la recuperación paisajística del entorno costero, afirman desde la institución insular.
La actuación cuenta con una financiación total de tres millones de euros, que se completa con los 2,5 millones concedidos por el Gobierno de Canarias. Según destaca la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, esta colaboración institucional permitirá “desbloquear una actuación muy esperada por el barrio” y supone un ejemplo de cómo “seguir abriendo Santa Cruz al mar y devolver espacios costeros a sus vecinos”.
Demolición en 36 meses
Se trata del edificio más feo del litoral de Canarias por sus grandes dimensiones y creciente estado de deterioro durante cerca de 50 años abandono. Fue proyectado en 1973 como un hotel de lujo con 741 apartamentos distribuidos en 22 plantas, pero las obras se paralizaron en 1975 por irregularidades urbanísticas, problemas financieros y la falta de permisos definitivos.
Desde entonces, la estructura, que ocupa entre 35.000 y 40.000 metros cuadrados, permanece abandonada y se ha convertido en una mole descontextualizada que rompe el paisaje litoral y supone un riesgo para la seguridad.
En enero, Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de Santa Cruz ya daban un paso adelante para poner fin a la construcción: con los 2,5 millones de euros de la Consejería de Transición Ecológica y Energía, con los que el consistorio se comprometía a la demolición en un plazo de 36 meses y a emprender la renaturalización del espacio que ocupa y su entorno.
El Ayuntamiento de Santa Cruz prevé culminar la expropiación a lo largo de 2025 y, posteriormente, licitar la demolición. Se estima que la recuperación de este tramo de costa podría estar finalizada entre 2027 y comienzos de 2028.
Regeneración ecológica
El proyecto contempla no solo el derribo del edificio, sino también la regeneración ecológica de la zona, la creación de zonas verdes, espacios de paseo y convivencia, y la construcción de una plataforma marítima conocida como La Mareta, que permitirá habilitar una zona de baño segura. Además, incluye la conexión con el futuro paseo litoral, la protección del patrimonio arqueológico del entorno y su integración en los sistemas de movilidad sostenible del municipio.
“Lo que se quiere hacer es devolver el acceso al mar a los vecinos y transformar una zona abandonada en un lugar natural, cuidado y seguro”, subrayó la presidenta del Cabildo. “Se trata de devolver a Añaza un espacio que pertenece a su gente, una parte del litoral que nunca debió perderse y que podrá ser vivida, disfrutada y cuidada por sus vecinos”, concluyó Dávila.