El Cabildo de Tenerife quiere tranformar radicalmente su gestión de la burocracia insular. La institución ha aprobado este miércoles una estrategia de modernización que restructurará la forma de trabajo y atención al público, con el objetivo de reducir el tiempo de respuesta de los procedimientos administrativos.
La nueva forma de trabajo en la institución se impondrá a través de la estrategia de modernización, que tendrá un periodo de vigencia hasta 2028 y a través de un régimen de dirección por objetivos. Ambos documentos se han aprobado en el Consejo de Gobierno insular que se celebró este miércoles.
Reducir la tramitación
La intención, según ha manifestado el respecto el vicepresidente segundo de la corporación, José Miguel Ruano, es reducir el tiempo de tramitación de los expedientes y las cargas administrativas.
De momento no se fijan un número de días concretos que deberá reducirse cada trámite, ya que los tiempos de tramitación de cada documento es diferente. "El objetivo es el cumplimiento estricto del tiempo que establezcamos en cada uno de los procedimientos", ha explicado Ruano.
También esperan que con este cambio se mejore calidad de los servicios públicos, reducir el tiempo de espera y las cargas administrativas, al tiempo que se fomentará la formación de los 1.800 empleados públicos de la institución, que también se beneficiarán de este proceso.
Por objetivos
Respecto al régimen de la dirección por objetivos y la evaluación del rendimiento, Ruano ha informado que se aplicará en primera instancia "a los responsables de gobernar la isla", que tendrán un conjunto de objetivos en función de las consejerías y de los servicios que prestan.
Una vez aprobados los dos documentos y para que entren en funcionamiento, la institución deberá agendar reuniones técnicas con la dirección de cada uno de los servicios, "porque hasta el momento cada uno de los procedimientos no era un auténtico catálogo donde podíamos entrar y veíamos los trámites posteriores".

