No es novedad que el mirador de Chipeque, ubicado en la Corona Forestal de Tenerife, es uno de los más visitados especialmente en los últimos años tras hacerse viral en las redes. Ese gran aumento de visitantes y la falta de civismo de muchos deja imágenes tristes y peligrosas como la acumulación de colillas. 

A pesar de la limpieza continua del lugar por parte de las cuadrillas medioambientales, en una fotografía se puede apreciar cómo la zona de aparcamientos del mirador, cuyo entorno ya ardió en el incendio de 2023 y donde predomina la pinocha, está llena de colillas. La pinocha es altamente inflamable, y de hecho el verano pasado el Cabildo de Tenerife prohibió fumar en los espacios naturales como medida ante las altas temperaturas. 

Además, muchos conatos de incendio surgen a pie de carretera o espacios de montaña por tirar colillas. Este hecho que viene a despertar nuevamente el debate sobre si hay falta de conciencia de quienes visitan los parques naturales, especialmente por parte de los turistas. 

¿Qué ocurre? 

Según recoge la Fundación Canarina, entidad para la defensa de la naturaleza y del territorio canario, las colillas de cigarrillo tardan en degradarse, dañan el ecosistema, liberan sustancias tóxicas y pueden provocar incendios peligrosos. 

El Cabildo de Tenerife señalaba hace unos años que las colillas eran una de las tres causas principales de los incendios forestales en la Isla. La institución insular prohibió durante el verano pasado fumar en pistas, senderos, miradores, zonas de acampada y cualquier infraestructura pública en el monte.

Últimos conatos

En los últimos años, en Canarias se han producido algunos incendios de los que se ha sospechado que su origen había sido producido por una colilla. Es el caso del gran incendio de Ifonche en 2022, el del Parque Nacional del Teide en 2021 o el originado entre los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane en La Palma también ese año.