Evitar la exposición del polvo de sílice, línea roja para suspender la huelga del tranvía

Jonay Acosta, delegado de Prevención del Comité de Empresa, está cansado de promesas y de Enrique Arriaga sobre la sustitución de los materiales de esta sustancia cancerígena

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Tranvía de Santa Cruz en la parada de Teatro Guimerá./
Tranvía de Santa Cruz en la parada de Teatro Guimerá./

Los trabajadores de Metropolitano siguen adelante con una huelga que ha arrancado este 17 de febrero por la que piden, entre varias medidas a tomar por los gestores de la empresa, principalmente del consejero de Movilidad, Enrique Arriaga, decisiones urgentes contra los elementos del tranvía que generan arena de sílice, una sustancia potencialmente cancerígena.

Así, el sistema de frenado de los tranvías de Tenerife funciona con ese material que se denomina arena de sílice y que al triturase genera un polvo que se llama polvo de sílice, cristalino, respirable y que desde diciembre de 2020 se considera una sustancia altamente cancerígena, de primera categoría, mismo nivel que el conocido amianto.

Sin medidas preventivas

“Inmediatamente los delegados de prevención de Metropolitano de Tenerife lo ponemos en conocimiento del Comité de Seguridad de Salud para que comiencen a tomar medidas preventivas y para que se estudie su sustitución, pero la empresa no solo no toma las medidas preventivas, sino que lo retrasa hasta el punto de que hasta que la consejera no adscrita, María José Belda, lo lleva a Pleno el 21 de octubre 2022, dos años después, no se toman todas las medidas preventivas, que a día de hoy todavía no se han tomado”.

Quien lo argumenta en declaraciones para Atlántico hoy es Jonay Acosta, delegado de Prevención del Comité de Empresa. “Es intolerable y es el punto más grave de nuestra huelga. Es una línea roja para levantar esa huelga. Hasta ahora, Arriaga solo nos ha transmitido promesas y a los trabajadores no hay promesas que valgan. Queremos plazos y personas responsables capaces de llevar a buen puerto esos compromisos!, añade.

El ejemplo del metro de Bilbao

La primera de las medidas es procurar la sustitución de esta sustancia. “Existen tranvías y metros, como el de Bilbao, que en 2019 por una inspección de trabajo se ve obligada a sustituir esta sustancia y lo hacen por silicato de calcio, que es una alternativa para el frenado que no produce ese polvo cancerígeno”, expone como prueba.

Asimismo, Acosta esgrime que “este polvo se deposita en las vías del tranvía y si no se toman todas mas medias preventivas, convertimos un problema laboral de Metropolitano, que solo afecta a 17 trabajadores y lamentablemente a un número indeterminado de la contrata de limpieza, puede derivar en un problema de Salud Publica”.

"No es alarmismo, es realidad"

Hay que recalcar que para que el polvo de sílice se convierta en un elemento de daño extremo, habría que trabajar directamente con él durante una jornada completa y en un espacio cerrado durante tiempo. Situación que ya algunos trabajadores del Tranvía de Tenerife viven, aunque según afirma Acosta “esto no es alarmismo, es una realidad y estamos a tiempo de evitarla”.

Una cernidera de arena de sílice en las instalaciones de Metropolitano. / AH
Una cernidera de arena de sílice en las instalaciones de Metropolitano. / AH

Además, tampoco es necesario trabajar una jornada completa para que la exposición no afecte a la salud del trabajador. Dicha exposición depende de la concentración y del tiempo. Durante mucho tiempo, crea silicosis, que podría agravarse en cáncer de pulmón. "De hecho, aparece cuando estás ya casi jubilado, como también ocurre con el amianto", apunta Acosta.

Así, han instado a Arriaga una serie de compromisos para que designe a responsables y establezca fechas concretas para procurar la sustitución inmediata de estos agentes cancerígenos. “Nuestros trabajadores y la sociedad tinerfeña no pueden estar sometida a cáncer laboral, a silicosis, a enfermedades derivadas por la exposición de este agente por desidia de determinados responsables de nuestra empresa”, insiste Acosta.

Arriaga, un prevencionista

Por otra parte, el delegado de Prevención comparte su sorpresa con Arriaga “que es un prevencionista con más de 25 años de experiencia”, porque cuando se reunieron con él les comentó -apunta Acosta- que el establecimiento de medidas preventivas era potestad del empresario, porque es el que tiene la responsabilidad penal. “Es evidente que no se ha leído ni la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”, critica.

Respecto a la negociación Acosta reitera que lo que tienen por arte de Arriaga “son promesas” y que les pide paz social hasta mayo. “Quiere una campaña electoral silenciosa”, espeta. “Tiene que comprometerse estableciendo unos plazos y unos agentes que los lleven a cabo. No tenemos absolutamente nada. Nuestra empresa, que como empresa pública debería ser garante de la legalidad y dar ejemplo, se salta a la torera la Ley de Prevención y todo por problemas de plantilla que el director de operaciones no quiere reconocer, ni la empresa”, agrega.

El tranvía de Tenerife en la parada de Cruz del Señor./ Cedida
El tranvía de Tenerife en la parada de Cruz del Señor./ Cedida

Contrata de limpieza

Respecto la contrata de limpieza, Jonay Acosta reconoce que “ni siquiera” saben el número de trabajadores que están expuestos, pero sí se han hecho medidas de higiene “ahora, después de la convocatoria”.

Asimismo, apunta a que la empresa se desentiende porque son una contrata, pero es un “error” porque “nosotros generamos el riesgo al generar el residuo cancerígeno. Todas las contrataciones tienen un pliego de seguridad y salud que en el caos de que la empresa no cumpla se les pueda sancionar. La empresa tiene mecanismos para que la contratas velen por la seguridad de sus trabajadores, pero no hay voluntad”.

Posibles soluciones

Por último, apunta el delegado de Prevención que “tienen que solucionar eso” y postulan una posible solución. “La implantación del acuerdo Marco por una administración del siglo XXI, que lo que hace es estabilizar plantillas, y disminuir el tiempo de trabajo a través de la jornada a 35 horas sería una gran solución a un problema que arrastramos desde hace años y que con la gratuidad de ahora se agravan”, expone.

“Arriaga lo que quiere es dar una patada para adelante a los problemas y no solucionarlos y son problemas con fácil solución. En nuestra propuesta ponemos plazos razonables y el polvo se puede sustituir. Hay empresas capacitadas. Cuando hay interés, se toman medidas”, afirma rotundo y molesto Acosta para finalizar.