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Tenerife

La "absoluta falta de gestión", el clamor que ahoga al Parque Rural de Anaga

Vecinos y empresarios del Parque Rural sobrepasan el límite de su paciencia y denuncian el abandono que sufren de todas las administraciones

9 minutos

Imagen del Parque Rural de Anaga / HOLA ISLAS CANARIAS

El paso de la Semana Santa ha vuelto a poner las alarmas sobre la posible congestión del Parque Rural de Anaga de vehículos y personas. Un problema de calibre que ya no es propio de fechas señaladas, sino que ya se ha convertido en un mal endémico en la zona de especial protección y que ha acumulado el hartazgo de los vecinos y empresarios de Anaga.

Sin embargo, el ya habitual colapso de las carreteras en la cumbre y en la costa es tan solo un aspecto más de los muchos que consideran desde dentro que requieren de atención urgente y que se esconden debajo de la alfombra como si el problema de las colas fuese el único -aunque el más importante- problema que sufren.

Por ello, el clamor es claro. “En Anaga no hay caos, lo que hay es una absoluta falta de gestión”. Así es como se resume el sentir general de los anagueros y anagueras. Tanto residentes como los que cuentan con negocios en el Parque.

"No hay caos, es falta de gestión"

“Siempre se oye el caos de Anaga como si fuera caótico todos los días como si la culpa fuera que la propia Anaga es caótica. Son caóticas por falta de gestión. Hay una absoluta irresponsabilidad por parte de las administraciones públicas de gestión de un espacio público con competencias y obligaciones. Igual que hay una ley que se cumple de forma mentirosa”, así se expresa, sin tapujos, uno de los empresarios que desarrolla su vida en la costa de Anaga, que prefiere no dar su nombre.

En la misma línea se postula Juan Manuel Izquierdo, presidente de la Asociación de Vecinos de Roque de Las Bodegas. “Los que somos de aquí siempre hemos tenido esa percepción”, resume. “Lo que ahora se está acentuando de forma increíble”, añade antes de profundizar.

“Por ejemplo, Turismo de Tenerife utiliza lo que yo llamo ‘el Triángulo de las Bermudas -Anaga, Teno y el Teide- como elementos de reclamo a nivel internacional. Se gastan gran cantidad de dinero, y me parece bien porque es el motor de nuestra economía. El problema está en que crece el número de visitantes, pero el territorio es el que es y limitado por las carreteras y senderos que tenemos”, argumenta Izquierdo.

Bloqueo

Con respecto a su comarca, señala que el Parque Rural de Anaga “está bloqueado por la asistencia masiva y una gestión nula”. En este sentido, recuerda que el cabildo está planteando una serie de actuaciones “que, como es habitual, va a ser la restricción, poniendo lanzaderas y si no eres residente o no sé qué no puedes pasar con el coche. ¿eso se esta estudiando si va a perjudicar a los negocios del parque rural? ¿Va a ajar el cliente o el visitante a la cantina de comestibles de la zona o al os restaurantes? En general la gestión es inexistente”, reitera este vecino de El Roque de Las Bodegas.

Asimismo, critica que cada vez que tienen que hacer una gestión tienen que poner de acuerdo al Consejo Insular de Aguas “porque tenemos barrancos”, a Costas “porque tenemos mar”, al cabildo “porque la carretera general de Taganana es insular”, al ayuntamiento “porque el resto son competencias de Santa Cruz”, así como al Parque Rural y “en cierta forma” a la Reserva de la Biosfera. “Es increíble, porque luego en el cabildo Medioambiente es una cosa, Carreteras es otra, Infraestructura es otra… Es imposible tener una reunión con todas las administraciones a la vez y que estén todos de acuerdo”, esgrime. “La gestión es inexistente y cada uno preocupado de sus cosas sin mirar y colaborar con la otra”, cierra Juan Manuel.

Muchas administraciones

Carlos es empresario en Almáciga y en Roque de Las Bodegas reitera la idea generalizada y asegura que lo más le molesta es la administración. “Tanto cabildo, ayuntamiento, Parque Rural y la Reserva de la Biosfera no van de la mano. Hasta el Consejo Insular de Aguas. Todas con distintas dinámicas”, espeta.

Por ello, comenta que “qué menos que sentarse en una mesa redonda y solucionar los problemas. No es decir que esto es del cabildo, que el problema del otro. La clave está ahí. La de gestionar cualquier tipo de situación, ya sea a nivel de tráfico, a nivel de aparcamiento o lo que sea”.

Acuerdos complicados

Carlos señala que tardó cuatro años en montar un negocio de un chiringuito. “Más de 30.000 euros para poder montar un negocio porque las administraciones no van de la mano. Y eso a nivel personal, pero a nivel de vecinos y de playa deberían ponerse de acuerdo mucho más rápido”, acusa.

“Cada vez que surge cualquier gestión te dicen que el problema es de otra administración. Se pasan la pelota en una zona que está bastante potenciada. Hay que regularla. Hay sitios similares en Canarias. Todas las playas están reguladas con sus aparcamiento, sus baños, sus policías y ambulancias. El Parque está obsoleto”, expone.

Una guagua turista bloquea la carretera de Anaga. / @JohnFito1

La cumbre

Por su parte, más lejos de la costa de Anaga el desencanto es igual, o incluso mayor. “Hay un abandono total. Carreteras, caminos, alumbrado público... Está todo desfasado”, asegura Arsenio, presidente de la Asociación de Vecinos Casa de la Cumbre. “Se pudren las farolas, las vallas de los caminos están todas podridas. De lo que se montó hace 20 años se ha tocado muy poco. Dentro de lo que es Anaga en general, la Casa de la Cumbre es lo más abandonado”, añade muy molesto.

En este sentido, el representante de la oficina de Casa de la Cumbre ejemplifica el abandono porque hace 15 años había patrullas limpiando las carreteras cuando se acercaba el verano, y  se recortaban los montes. “Ahora, la guagua que va delante, como te despiste, va dejando los trozos que le caen detrás”, comenta.

Asimismo, destaca el problema que tiene en la Cruz del Carmen, donde recientemente un colapso se hizo viral “En vez de poner aparcamientos, pusieron vallas y los turistas ahora aparcan en el centro de la carretera y nadie multa. Yo aparco en mi casa un poco fuera de la carretera y ahí está la Guardia Civil” y recuerda de lunes a domingo las guaguas van a llena de senderistas “y la gente del pueblo se está quedando tirada”.

Por último, confiesa que esta dejadez la llevan “sufriendo hace mucho tiempo” y que el Parque Rural de Anaga “solo es para cobrar el tema de la subvenciones, porque yo no estoy invirtiendo un duro. Es un paraíso natural que lo tenemos que mantener como lo mantuvieron los antepasados y se está destruyendo”.

Promocionar el paisaje sin cuidarlo

Otra perspectiva alineada con el sentimiento general es la de Delia, ganadera en Anaga, en la medida que puede. “Me cuesta mucho ver cómo el Parque ha ido dejando poco a poco todo esto, porque lo tienen abandonado”, indica. “No se trata como Parque, sino que lo tienen para promocionar el paisaje, pero no lo cuidan y abusan de su belleza para promocionar y mandar más turismo y colapsar totalmente a Anaga. Es pésimo”, añade.

Especificado en su sector, el ganadero, Delia cuenta que las ayudas para ganadería y para agricultura “son casi nula” y critica que no hay interés por parte de la administraciones sobre qué les hace falta o cómo pueden mejorar el Parque. “No hay un plan contra incendios. No tenemos ni vías de evacuación por las cuales salir, porque no tenemos información de nada de eso. A lo mejor las hay, pero yo no tengo esa información”, apuntala.

“Tenemos un monte que nos produce nacientes de agua, pero que no los cuidan. Los destrozan y no vienen a reformarlos o a intentar que ese agua no se pierde por otro lado. Es un desastre. El Parque está muy, pero que muy abandonado”, argumenta Delia.

En este contexto, se muestra ácida con las administraciones. “Aquí la cuestión es promocionar a Anaga. Fotos y vídeos para que vengan a visitar Anaga, pero no tenemos infraestructuras para ello. No tenemos aparcamiento, no tenemos aseos, no tenemos nada que ofrecerle al turista. Solo tenemos problemas, porque no hay donde aparcar y tienen que usar el monte para ir al baño”, expone con contundencia. “Anaga necesita un lavado de cara. Si quieren que Anaga siga viviendo el turismo y de sus costumbres. Hay que ayudar que esas cosas estén bien”, sentencia.

¿Parque Rural o Parque Natural?

Uno de los aspectos principales, con miras más amplias, que criticaron los vecinos en su mayoría como parte de la ausencia de gestión es la del tratamiento que se le da al Parque Rural, ya que arguyen que realmente se está dando un trato de Parque Natural “de forma torticera y contradictoria”.

Según detalla la Consejería de Protección Territorial, Parques Rurales son aquellos Espacios Naturales amplios, en los que coexisten actividades agrícolas y ganaderas o pesqueras, con otras de especial interés natural y ecológico, conformando un paisaje de gran interés ecocultural que precise su conservación. Su declaración tiene por objeto la conservación de todo el conjunto y promover a su vez el desarrollo armónico de las poblaciones locales y mejoras en sus condiciones de vida.

Es este punto final, el de promover las actividades tradicionales y el desarrollo socioeconómico de lo local, el que, señalan los vecinos, está totalmente de lado por parte de las administraciones, quienes -agregan- solo apuestan por la preservación de la flora y fauna

Otra de las críticas subyacentes a la denominada falta de gestión es que hay una falta de planificación e inversión. “Anaga está igual que cuando la isla tenía 250.000 habitantes. Todo se ha transformado, menos Anaga”, señala el empresario de Roque de Las Bodegas.

Colapso en las playas de Anaga. / Archivo

Aparcamientos

Dentro del malestar global, como no podía ser menos uno de los aspectos más criticados es la ausencia de aparcamientos ante el aumento de vehículos. No por la propia necesidad de aparcar, sino porque quienes llegan buscan estacionamientos donde la ley no lo permite… y se les permite.

Por ello, los vecinos reclaman la generación de una bolsa de aparcamientos donde se dejan los vehículos y, luego, el visitante camine o coja una bicicleta hasta llegar a su objetivo en unos 20 minutos. Una opción conocida y en estudio está en Almaciga, donde existe una zona que está en el planeamiento, en la zona de La Vegueta. El problema es que está como zona de servicio y nones suelo rústico. Está como zona de servicios.

Tal es la queja que las protestas acuden a que las instituciones prefieren prohibir, como es la posibilidad de la restricción de turismos, salvo residentes y empresarios de la comarca. “Lo mismo pasa en Benijo. Hay tres huertas, pero no dejan al propietario gestionar aparcamientos, que así ganaría un sueldo”, se escucha.

Por otro lado, la evolución del turismo tras la pandemia ha modificado el ecosistema que mantenía el equilibrio entre los que gastaban y los negocios que los recibían. Hasta un poco antes de la irrupción de la COVID todavía la restauración podía vivir de las guaguas turísticas gracias a los acuerdos. Sin embargo, ya casi nadie lo hace “porque te pagan tan poco que no merece la pena”, comenta el empresario.

En este sentido, los que viven de las visitas a Anaga afirman que los que dejan más dinero en la actualidad son los que llegan en vehículos de alquiler, que años atrás eran escasos. De ahí el gran enfado por la posibilidad de que el Cabildo de Tenerife prohíba el acceso a los turismos de los no residentes en el Parque Rural o que ejerzan su vida profesional “¿Cómo los vas a prohibir si las guaguas no llegan a todos lados? ¿Qué hacemos con Benijo, que las guaguas no pueden pasar las curvas tras Almáciga?”.

Plan de Movilidad

El cabildo insular lleva meses trabajando por un Plan de Movilidad de Anaga, al que no debe faltar mucho tiempo para que el borrador salga a la luz, peor la que se espera como agua de mayo. Por lo menos, para ver las intenciones de quienes mandan en las carreteras.

Sin embargo, ante la falta de gestión, control y limpieza del territorio declarada por los anagueros, estos critican que la principal posibilidad del plan sea la restricción del tráfico, insistiendo en los problemas de acceso de los visitantes a putos concretos de Anaga y las vicisitudes que ocasionarían:

“¿Qué pasa con los derechos de la gente que tiene licencias? Quién tenga vivienda vacacional y el cliente se mueve en coche de alquiler, ¿en tres días el propietario tiene que buscar un permiso? ¿Y las segundas residencias? ¿Dónde se va a poner la valla de restricción? ¿Y si tengo que celebrar un cumpleaños? ¿Tengo que darte un listado de los invitados sin saber si van a venir? ¿Y qué hacemos con las guaguas? ¿Quién me los sube hasta arriba a los invitados de vuelta?”. Son solo algunas de las preguntas que comparten.  

“Es todo un sin sentido, una espontaneidad… Te lanzan la idea de que hay que prohibir el tráfico y te dicen que seguro que llegará gente. ¿Cómo que seguro que llegará gente? Yo tengo un préstamo con un banco que estoy pagando. Es una improvisación continua con una gestión que ya es maleducada”, achaca el empresario anónimo.

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