La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife mantuvo este martes su solicitud de ocho años de cárcel y el pago de 25.000 euros al relaciones públicas de un local del Centro Comercial Las Verónicas, en Arona (Tenerife), acusado de una presunta agresión sexual a una menor de edad. El Ministerio Público y la acusación particular también le atribuyen un delito leve de lesiones, por lo que reclaman una multa de 900 euros.
La defensa del acusado solicitó la absolución o, de forma subsidiaria, una pena máxima de dos años con suspensión de entrada en prisión, al alegar la atenuante de reparación del daño. El procesado ya ha depositado 10.000 euros en el juzgado.
Relato de la acusación
Según la Fiscalía, el hombre se dirigió a la joven, la invitó a una consumición y, una vez dentro del local, la llevó a un cuarto anexo donde le quitó la ropa, la obligó a una felación y la agredió sexualmente.
Los médicos forenses que la atendieron poco después certificaron que su estado era “compatible con el de una persona que ha sufrido una agresión sexual” y su relato resultaba “coherente” con los hechos que describió.
El informe médico acreditó lesiones en muslos, genitales y región perianal, compatibles con “un cierto grado de violencia” y que tardaron una semana en curarse.
La Fiscalía considera “totalmente acreditados” los cargos, apoyándose en los análisis médicos, los testimonios de quienes vieron a la víctima llorando en el pasillo del centro comercial y los policías que la trasladaron al hospital.
La versión del acusado
El acusado reconoció haber “flirteado” y mantenido una conversación de contenido sexual con la joven, pero negó cualquier tipo de violencia. Afirmó que el encuentro fue consentido y explicó que se cambió de ropa tras lo ocurrido porque iba a descansar.
La Fiscalía subrayó que, por la edad de la víctima, no podía haber consentimiento legal, mientras que la defensa insistió en que las lesiones no son concluyentes y podrían corresponder a un contacto consentido.
La defensa alegó además que el relato de la denunciante resulta “muy poco creíble”, al no precisar la duración de la agresión ni haber sido escuchada pidiendo ayuda. También cuestionó su comportamiento posterior, señalando que “no paró de llorar en el juicio”, pero tras los hechos estaba aparentemente tranquila, según algunos testigos.
El juicio quedó visto para sentencia.