Imagen de un grupo de personas celebrando el Año Nuevo / CANVA
Imagen de un grupo de personas celebrando el Año Nuevo / CANVA

Así es el hotel de Tenerife que propone una Nochevieja al estilo de la alta sociedad del siglo XIX

La primera gran cena de gala tras la reapertura marcará la Nochevieja en este hotel tinerfeño con alta gastronomía, música y un guiño a la Belle Époque en Puerto de la Cruz

Irene Cartaya

Actualizada:

Tras un largo y cuidado proceso de recuperación, uno de los edificios más emblemáticos del norte de Tenerife vuelve a situarse en el centro de la vida social y cultural de la isla. El Gran Hotel Taoro se prepara para vivir una noche especialmente simbólica: su primera celebración de Nochevieja desde la reapertura. Una cita que marca un antes y un después tanto para el propio establecimiento como para el Puerto de la Cruz, municipio íntimamente ligado a la historia del hotel.

La fecha elegida no es casual. El 31 de diciembre será el escenario de un acontecimiento diseñado para recuperar el espíritu elegante y social que siempre caracterizó a este enclave histórico, ahora reinterpretado desde una propuesta contemporánea y cuidada.

Una noche histórica

La Gran Cena de Gala de Nochevieja se presenta como el acto central de la programación navideña del hotel en esta nueva etapa. Se trata de la primera gran celebración que acoge el Taoro tras su reapertura, lo que añade un valor simbólico a una velada pensada para dejar huella entre residentes y visitantes.

La experiencia comenzará con un cóctel de bienvenida en los jardines del Ballroom Taoro, un espacio que combina el entorno natural con la arquitectura clásica del edificio. A continuación, los asistentes accederán al interior del salón para disfrutar de una cena especialmente diseñada para la ocasión.

Alta gastronomía

El menú de la noche ha sido concebido como un recorrido por sabores refinados, con productos de alta calidad y una ejecución cuidada. Entre los platos destacados figura un tournedó de bogavante azul acompañado de una crema ligera de hinojo, una propuesta que combina elegancia y sutileza.

La parte principal del menú incluye un meloso de vaca gallega con parmentier de papa negra y trufa, una elaboración que conecta la cocina de producto con la tradición reinterpretada. El apartado dulce lo protagoniza un postre de Guinness y caramelo salado, pensado para cerrar la cena con un contraste de sabores intenso y equilibrado.

Tradición y celebración

Como marca la tradición, la noche culminará con las uvas de la suerte, acompañadas de barra libre durante una hora y un cotillón de inspiración Belle Époque. La propuesta incluye pista de baile, invitando a recibir el nuevo año en un ambiente festivo que rinde homenaje al pasado histórico del hotel, pero con una puesta en escena actual.

Este guiño a la estética clásica busca recuperar la esencia social que convirtió al Gran Hotel Taoro en punto de encuentro de la alta sociedad desde finales del siglo XIX.

Año nuevo sereno

La programación festiva no concluye con la despedida del año. El 1 de enero, el hotel propone comenzar el nuevo ciclo con un Brunch festivo en el Restaurante Atlántico. Esta experiencia gastronómica está concebida como una opción relajada y sensorial, ideal para quienes desean iniciar el año con calma y buen gusto.

El brunch combina sabores locales e internacionales, integrando productos del entorno con técnicas contemporáneas, todo ello acompañado de música en vivo y unas vistas privilegiadas al océano Atlántico y al Valle de La Orotava.

Un regreso esperado

La reapertura del Gran Hotel Taoro ha sido seguida con atención por el sector turístico y por la ciudadanía. Su programación navideña, y especialmente esta primera Nochevieja, simboliza la recuperación de un espacio que forma parte de la memoria colectiva del Puerto de la Cruz.

Con una propuesta que une gastronomía, patrimonio y experiencia, el hotel inicia una nueva etapa que mira al futuro sin olvidar su pasado. La noche del 31 de diciembre no será solo una celebración, sino la confirmación de que el Taoro vuelve a ocupar el lugar que históricamente le correspondió en la vida social y cultural de Tenerife.