El mirador de los 500 escalones, ubicado en la urbanización Jardín del Sol del municipio de Tacoronte, se ha convertido en los últimos meses en un fenómeno viral en las redes sociales. Pero desgraciadamente, no todos sus visitantes respetan el entorno.
Los vecinos de la zona, que limita con el municipio de El Sauzal, alertan que últimamente se amontonan los residuos dejados por muchos de quienes lo visitan y que incluso en algunas ocasiones no pueden aparcar en las calles porque está todo lleno de coches, especialmente vehículos de alquiler.
La zona se encuentra dentro del Paisaje Protegido Costa de Acentejo y según ha podido saber Atlántico Hoy llevan denunciando esta situación años.

Quejas
Un vecino de la zona, Roberto Heylen, compartía en un grupo de Facebook del municipio el estado en el que se encontraba el mirador durante el fin de semana, con latas de bebidas, paquetes vacíos de embutidos o bolsas del McDonald's. También del colapso de coches, que impide aparcar o transitar por la zona en muchas ocasiones.
"Hay una dejadez absoluta además del continuo vaivén de vehículos de alquiler que van cada día a los escalones a ver el atardecer y aparcan encima de las aceras. No hay control policial, se sientan grupos en las escaleras y ensucian, entre otras muchas cosas. Me duele ver que un sitio desconocido para todo el mundo se haya convertido en los últimos años en un vertedero y en una masificación continua", señala Heylen a Atlántico Hoy.

Según ha podido saber este medio, gracias a los efectivos de limpieza esa imagen ya no es protagonista en el mirador. Pero en la ladera, según comienzas a bajar los escalones, se pueden apreciar papeles, latas de cerveza, plástico que contenía embutido, cáscaras de pipas o botellas de agua.
Paisaje protegido
Al entrar al mirador se puede apreciar un cartel al lado derecho de los primeros escalones: “Entra usted en un Espacio Natural Protegido. Ayúdenos a conservarlo”. Este enclave se encuentra dentro del Paisaje Protegido Costa de Acentejo, que abarca parte de Tacoronte y La Orotava, así como todo El Sauzal, La Matanza, La Victoria y Santa Úrsula.
Lo más característico son sus acantilados de hasta 300 metros de altura bañados por playas, charcos y rocas. También está caracterizado por una rica fauna y flora.
José Carlos Herrero, educador ambiental, también es conocedor de la moda de este mirador. “La zona tiene, entre otras cosas, un valor geológico brutal. Al final ocurre lo que llevamos viendo desde hace tiempo, hay que concienciar a la gente del lugar donde están. Aunque en este caso sea un entorno urbano, lo que está debajo es un entorno natural”, apunta.