Investigador propone rebajar la población de conejos, "mayor transformadora" del paisaje del Teide

Jonay Cubas plantea rebajar la densidad de conejos actual, de tres ejemplares por hectárea a 0,5 | La población actual de conejos en el Parque Nacional del Teide está cifrada en unos 57.000 ejemplares

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Las Cañadas del Teide./ Fundación Aquae
Las Cañadas del Teide./ Fundación Aquae

Un investigador del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna (ULL) propone rebajar a menos de un cuarto la población actual de conejos en el Parque Nacional del Teide, cifrada en unos 57.000 ejemplares.

Jonay Cubas sostiene que el conejo es "el mayor transformador" del paisaje del Parque Nacional, al punto de que ha "llevado al límite" a varias especies de plantas, en especial a la Retama del Teide, cuya población ha envejecido y está "en riesgo de extinción".

Por eso, plantea rebajar la densidad de conejos actual, de tres ejemplares por hectárea, a 0,5, para así "darle al parque la oportunidad de recuperar la situación original".

Especies invasoras

De la tesis de Cubas se hace eco el divulgador científico Juanjo Martín, autor de un artículo sobre las especies invasoras en el Parque Nacional del Teide publicado en la revista Hipótesis XXI.

Recuerda que el conejo fue introducido en este entorno por los primeros conquistadores para disponer de "un recurso alimentario más". En el caso de los muflones, indica que son mucho menos numerosos y fueron introducidos más recientemente. En concreto, en 1971 a iniciativa de aficionados a la caza pero con el beneplácito entonces del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA).

Recurrieron a once ejemplares, siete hembras y cuatro machos, de una cabra montesa originaria de Cerdeña y Córcega habituada a vivir en alta montaña. Esos once ejemplares iniciales se han convertido en más de un centenar que "campan a sus anchas alimentándose de la flora local", señala Martín en su artículo.

Indica que a pesar de que cada año un millar de cazadores se apuntan a las batidas de control de esta especie, su erradicación "dista mucho" de haberse conseguido tras más de treinta campañas.

Los humanos, culpables

El autor del artículo hace hincapié en que "los principales culpables" de la introducción brusca de nuevas especies en los distintos ecosistemas son los humanos como agentes introductores, voluntarios o no, de especies.

También alude al "impacto" de la "presión" sobre el entorno de los tres millones de turistas que visitan el Parque Nacional cada año; "unos recientes residentes" que están "haciendo estragos" entre su flora, que incluye a especies vegetales endémicas como el tajinaste rojo, el rosal del guanche, el alhelí del Teide, la retama del Teide, la jara de Las Cañadas o la violeta del Teide.