Cientos de vecinos de Buenavista del Norte, en Tenerife, llevan más de un mes sin poder beber agua del grifo. Las limitaciones al uso del agua potable afectan desde el 24 de julio a barrios como Las Lagunetas, El Palmar y Las Portelas, donde residen alrededor de 700 personas, que deben recurrir al suministro alternativo de agua embotellada.
Los elevados niveles de flúor que contiene el agua superan los límites permitidos, lo que ha llevado a la prohibición de su uso para concinar o beber y por lo que el Ayuntamiento ha repartido 1.800 garrafas de 8 litros entre la población afectada.
Continúan las restricciones
La alcaldesa Eva García ha señalado en una entrevista en RTVC que la situación aún no está normalizada: “La recomendación por ahora es no beber agua, no es apta para el consumo humano”. Sin embargo, el problema ha ido disminuyendo poco a poco, pero todavía no se puede garantizar la seguridad del suministro.
“Esperamos que en las próximas semanas esto se pueda revertir”, ha dicho García.
Mientras tanto, el Ayuntamiento continúa facilitando agua embotellada a los barrios afectados y mantiene un seguimiento constante de la situación, con la esperanza de que pronto se pueda levantar la prohibición y garantizar agua potable para toda la población.