Bajo el sol que ilumina las calles turísticas de Tenerife se esconde una realidad menos visible: la de quienes no tienen un techo estable bajo el que dormir. No es una historia ajena ni lejana, sino una que atraviesa los municipios más poblados de la isla y que, año tras año, sigue creciendo en silencio.
El último informe de Cáritas Diocesana de Tenerife ofrece una radiografía preocupante de un fenómeno que ya no puede considerarse marginal. Las cifras, frías pero reveladoras, dibujan un mapa de la exclusión residencial con epicentro en el sur y el área metropolitana.
Seis municipios concentran el problema
Según el estudio presentado durante las II Jornadas Insulares de Sinhogarismo, organizadas por el Cabildo de Tenerife, más del 80% de las personas sin hogar se concentra en solo seis municipios de la isla.
Santa Cruz de Tenerife lidera la lista con un 37,1% del total, seguida de Arona (10,8%), Adeje (9,5%) y Puerto de la Cruz (9,5%). También destacan La Laguna (8,4%) y Granadilla de Abona (6,3%), que completan un conjunto de localidades donde se agrupa el 81,6% de las personas afectadas.
Vivienda y desigualdad
El informe subraya que esta concentración no es casual: existe una relación directa entre el sinhogarismo y el encarecimiento del mercado del alquiler. En Tenerife, donde la vivienda turística y la escasez de oferta tensionan los precios, cada vez más personas se ven abocadas a vivir en situaciones de precariedad habitacional.
El documento, elaborado conforme a la tipología europea ETHOS, describe un abanico de realidades que van desde quienes duermen en la calle hasta quienes sobreviven en asentamientos improvisados, infraviviendas o alojamientos temporales.
Más de 2.800 personas afectadas
A finales de 2024, 2.838 personas se encontraban en exclusión residencial extrema en Tenerife. La cifra, según Cáritas, refleja el impacto de la crisis de acceso a la vivienda y las carencias del sistema de protección social.
La organización alerta de que el aumento de los precios del alquiler y la falta de vivienda pública están generando un efecto dominó que deja a muchas familias sin alternativa. Para algunos, la calle se ha convertido en la última opción tras agotar todos los recursos disponibles.
Compromiso institucional
Durante la presentación del informe, la consejera de Acción Social del Cabildo, Águeda Fumero, destacó la importancia de reforzar la coordinación entre administraciones. “Nuestro objetivo es ser una herramienta útil para los ayuntamientos y mejorar la gestión de las competencias locales en materia de exclusión residencial”, subrayó.
Fumero insistió en la necesidad de evitar la cronificación del sinhogarismo y de favorecer la inclusión social de las personas afectadas. Para ello, el Cabildo impulsa líneas de actuación conjuntas con entidades del tercer sector y programas que priorizan la atención integral.
Jornadas y estrategia insular
Las jornadas contaron con la participación de más de 170 profesionales y entidades sociales, que debatieron sobre las claves para abordar el fenómeno desde una perspectiva multidisciplinar. Este encuentro se enmarca dentro de la Estrategia Insular para la Inclusión Social y Comunitaria de las Personas en Situación de Sinhogarismo, dotada con 1,6 millones de euros.
Durante las sesiones se abordaron temas esenciales como el acceso a la vivienda, la salud mental, la empleabilidad y los modelos de atención integral. También se celebraron talleres específicos sobre sinhogarismo femenino y atención sociosanitaria en calle, dos ámbitos que requieren respuestas especializadas y sostenidas en el tiempo.
Un desafío estructural
El informe de Cáritas deja claro que la exclusión residencial en Tenerife no se limita a un número: es un síntoma de desigualdades estructurales que afectan a todo el archipiélago. Las personas sin hogar no son un colectivo homogéneo, sino el reflejo de múltiples vulnerabilidades acumuladas —desempleo, ruptura familiar, salud mental o pérdida de vivienda—.
Frente a ello, la respuesta debe ser integral. Más allá de los recursos de emergencia, los expertos coinciden en que es necesario un modelo de vivienda social estable, con acompañamiento y programas de reinserción. Solo así podrá romperse el círculo que convierte la falta de hogar en una condena prolongada.
Una realidad
Tenerife, la isla de los contrastes, sigue siendo un espejo donde conviven el turismo y la precariedad, el progreso y la exclusión. El informe de Cáritas no solo revela cifras: recuerda que detrás de cada número hay una historia, una persona y una necesidad urgente de ser vista.
La lucha contra el sinhogarismo en Canarias exige voluntad política, compromiso ciudadano y una visión a largo plazo. Porque la vivienda no debería ser un privilegio, sino un derecho que garantice algo tan básico como tener un lugar al que llamar hogar.