Tenerife cuenta con un gran legado alfarero, una tradición que, a pesar de los años y de los daños, ha podido mantenerse y transmitirse de una generación a otra, aún con la desaparición de un gran número de centros alfareros que abastecieron a la población durante el siglo XIX y buena parte del XX.
Con el objetivo de propiciar un espacio de diálogo e intercambio de conocimientos entre los participantes, así como poner en valor este importante legado de la alfarería tradicional, el Cabildo de Tenerife, a través de la Empresa Insular de Artesanía, junto al Ayuntamiento de Candelaria, ponen en marcha el Primer Encuentro Internacional de Alfarería, que se desarrollará los días 13 y 14 del próximo mes de junio.
Candelaria acogerá el encuentro
La Villa de Candelaria será la sede de la alfarería durante dos días. Según comenta Milagros Amador, técnico del Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife (MAIT) a Atlántico Hoy, “Se ha elegido el municipio de Candelaria porque se ha destacado tradicionalmente por la producción de alfarería tradicional en su Centro Alfarero “Casa Las Miquelas”, ubicado en una vivienda tradicional rehabilitada y donde se continúa con la tradición de este oficio.
Este Primer Encuentro Internacional de Alfarería se desarrollará en el Espacio Cultural Cine Viejo de Candelaria, acogiendo ponencias sobre la alfarería aborigen, investigación y situación actual de la alfarería, además de la realización de talleres en los que se tratarán diferentes cuestiones relacionadas con tipología y tratamiento de las diferentes piezas.
Un valor al alza
“Es necesario continuar trabajando y fomentando la alfarería tradicional”, comenta Amador, destacando el importante papel que ha desempeñado este oficio artesanal, no solo en Tenerife sino en todas las Islas.
La alfarería tradicional canaria “siempre tuvo una importancia primordial y deseamos seguir manteniéndola”, matiza la experta museística. Además, las importantes piezas de barro que se realizaban en el archipiélago, vasijas y recipientes que eran usados en la cocina, para la higiene e incluso como juguetes, constituían una fuente de ingresos, “incluso se comercializaban fuera de Canarias”, sobre todo las del centro alfarero de San Andrés y Candelaria.
Pasado y presente
Tenerife contaba con diferentes centros a lo largo de su geografía, en los que se producían las piezas para el consumo de las familias. Estos estaban ubicados en San Andrés (Santa Cruz de Tenerife), la Victoria de Acentejo, El Farrobo (La Guancha), Arguayo (Santiago del Teide), San Miguel de Abona, Teguedite-La Cisnera en Arico y Candelaria.
En la actualidad y después de un proceso de recuperación se mantienen vigentes: Casa Las Miquelas (Candelaria), Casa el Capitán (San Miguel de Abona), Cha Domitila en Arguayo y La Guancha.
“Cha Domitila” Arguayo
Se creó en un pequeño poblado guanche que se estableció en la zona Suroeste de Tenerife denominada Arguayo, cerca del Roque del mismo nombre con una fuente de agua a sus pies.
Una de las características de esta alfarería es que está hecha por mujeres y para cubrir las necesidades de la actividad pastoril de los hombres del lugar. Lo más común eran recipientes de ordeño, para calentar leche y tostadores de grano.
“Casa El Capitán”, San Miguel de Abona
La alfarería tradicional es uno de los oficios que mayor importancia tuvo en el municipio de San Miguel y de toda la comarca Sur en siglos pasados, su loza ha evolucionado de las técnicas utilizadas por los aborígenes.
Las piezas más destacadas son las ollas requemadas, bernegales, tostadores, orzas o tarros de ordeño, pero también producen piezas únicas no encontradas en otros centros alfareros de la Isla como el plato decorado o la tina de vino.
Centro Alfarero La Guancha
La Alfarería Tradicional en la Guancha jugó un papel destacado en el municipio, llegando a contabilizar 15 hornos en la zona de El Farrobo.
Las piezas, que respondían a las necesidades de los campesinos del momento, destacan por sus formas y decoración primitiva, siguiendo vinculadas a la cerámica aborigen.
Casa Las Miquelas
Desde la segunda mitad del siglo XIX, y especialmente en la primera mitad del XX, la alfarería del municipio entró en decadencia, a causa de la llegada a las islas de cerámicas industriales o piezas utilitarias de otros materiales más baratos, como plástico y latón.
Desde principios del siglo XX se rompe la transmisión del oficio de madres a hijas, ya que las nuevas generaciones empiezan a dedicarse a oficios menos penosos y más rentables.
El Primer Encuentro Internacional de Alfarería,que se celebrará en Candelaria, representa una oportunidad clave para revitalizar y difundir la tradición alfarera canaria, fortaleciendo su valor cultural y asegurando su transmisión a futuras generaciones.