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Moises Baute, luchador de kickboxing y dueño de una empresa de desokupaciones detenido por la presunta tortura y homicidio de un hombre en Tenerife./ SLAM ARENA

Ya son 13 los detenidos de la 'banda de Añaza' por el asesinato de Alberto González en Tenerife

Uno de los cabecillas es el kickboxer y dueño de la empresa de desokupación Desokupa Ahora, Moisés Baute. A todos se les atribuyen delitos de especial gravedad vinculados con secuestro, palizas y asesinato

El número de personas procesadas por matar a golpes a Alberto González y llevar su cadáver a una comisaría de la Policía Nacional a finales de julio en Tenerife, se eleva ya a 13 tras las dos últimas detenciones realizadas esta semana, según adelanta El Día.

Después de pasar a disposición judicial, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Cruz de Tenerife decretó prisión provisional para uno de ellos, imputado por homicidio o asesinato, lesiones graves, detención ilegal y pertenencia a organización criminal; mientras que el segundo detenido quedó en libertad provisional, aunque se le acusa de encubrimiento y pertenencia a organización criminal.

Sobre él pesan también medidas cautelares: retirada del pasaporte, prohibición de salir del país y la obligación de no acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con el joven que sobrevivió a los hechos, llamado León, también secuestrado, y que logró sobrevivir con heridas graves.

Actualmente, son ocho los investigados que permanecen en prisión preventiva, mientras que otros cinco están en libertad con cargos, todos pertenecientes a la llamada banda de Añaza, vinculada a robos a narcotraficantes y con un historial de enfrentamientos violentos. Uno de los cabecillas era el luchador de kick boxing y dueño de la empresa de desokupación en la isla llamada Desokupa Ahora Moisés Baute. A todos se les atribuyen delitos de especial gravedad vinculados con el secuestro, las palizas y el asesinato de Alberto González, así como con las agresiones sufridas por su amigo

La banda de Añaza

La investigación, desarrollada en tres fases por el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional: en la primera operación fueron arrestados tres de los cabecillas del grupo: Baute, el (El Orejas), el empresario y presidente de la UD Añaza, Aarón Vargas (El Caca),  y el portero de discoteca Jonathan Martín (El Gordo).

Todo empezó cuando Baute fue detenido junto Martín, tras entregarse en la madrugada del 30 de julio en la comisaría de la avenida Tres de Mayo, en Santa Cruz, en un vehículo en cuyo maletero transportaban el cadáver de Alberto González y en el asiento trasero a León, aún con vida. Vargas fue detenido el 1 de agosto y, un día después, los tres ingresaron en la prisión de Tenerife II como supuestos autores intelectuales y materiales del secuestro y las agresiones.

Traslados a la peninsula

Posteriormente, los tres fueron trasladados a cárceles de la Península ante el riesgo para su integridad física en Tenerife II, donde prácticamente en todos los módulos hay reclusos con cuentas pendientes con esta pandilla, conocida por su historial de robos a narcotraficantes, extorsiones y agresiones. Moisés Baute fue movido el 5 de septiembre y Aarón Vargas junto a Jonathan Martín el día 16.

El jueves 25 de septiembre fueron detenidos otros ocho miembros. Cuatro ingresaron en prisión y los otros cuatro quedaron en libertad con cargos por encubrimiento y pertenencia a organización criminal, y el tercer y último operativo tuvo lugar este martes, con el arresto de los dos jóvenes vinculados al grupo que estaban siendo buscados por la Policía Nacional. 

Alberto González

Alberto González, de 34 años, natural de El Cardonal (La Laguna) y con antecedentes penales, y su amigo León fueron secuestrados presuntamente el 28 de julio. Permanecieron desaparecidos tres días hasta que Baute y Martín se entregaron en comisaría con el cadáver de Alberto y León gravemente herido.

Según las pesquisas, la mayor parte de las palizas se produjeron en el garaje de una vivienda ocupada ilegalmente en la calle Salto del Ángel, en Santa María del Mar (Santa Cruz). Además de los tres líderes, otros diez integrantes participaron de forma directa o indirecta en el secuestro y asesinato: aportando herramientas, vigilando, inmoviliando víctimas o encubriendo los hechos.