Papa de Tenerife | Eduardo Gorostiza
En los últimos años, por decir, hemos dado un vuelco a todo esto. Que no decaiga y que sigamos en la brecha no basándonos en fórmulas magistrales sino en las que día a día, etapa a etapa sean más útiles ante la situación.La cocina canaria es también una ‘hornada’ de cocineros que parte de aquella otra que puso la piedra filosofal de lo que hoy es un conjunto de interesantísimos jóvenes intérpretes empeñados en ofrecer otras visiones en los fogones. Vamos a ponerla al servicio de una idea común en aras de fortalece uno de los pivotes de la economía canaria.Sería formar equipos de trabajo de campo puro y duro. Hacer llegar la fuerza y la magia de todo esto ha sido un objetivo dentro de la gran marmita periodística que en todo momento intento mantener borboteando. Tiene que continuar así en otro contexto mucho más correoso.
La robustez de nuestras raíces culinarias, la que impregna cada campo o temática que se expone exige mucha atención periodística; esa pátina fantástica que ya de por sí desprende aromas y sabores que podemos reproducir ya no solo en los medios convencionales sino en toda suerte de redes, canales y soportes cada vez más imbricados en la superconexión gracias a potentísimos dispositivos. Saquemos conclusiones prácticas también de ello.
Todo es susceptible de debatir y rebatir. Se acabó hace mucho tiempo aquella monolítica senda unidireccional de la prensa que para el feedback con sus lectores contaba con la exigua rendija de "Cartas del lector".
Continúa el tropel de nuevos escenarios -imparable- y yo me pregunto, ¿y qué? ¿qué va a pasar? Finalmente o el carro se "desrrisca" o lo hace el que se sube a él sin los recursos, la ética o la deontología que avale transformaciones de fondo.
La era digital nos permite estar conectados, y bien conectados, y en ese 'hábitat' se pueden buscar nuevos filones. Pero, ¿qué valdrá? LA CREDIBILIDAD".
“Transformamos el mundo para que sea más conveniente –afirmaba Toni Massanés, director de la Fundación Alicia-, palabras que vienen de perilla en en estos tiempos que vivimos el toque de queda. Podemos elegir como individuos y como sociedad.