Carlos Goñi, líder de Revólver, en la imagen promocional de su nuevo disco, 'Playlist', que presenta en el Auditorio Alfredo Kraus. / AH
Carlos Goñi, líder de Revólver, en la imagen promocional de su nuevo disco, 'Playlist', que presenta en el Auditorio Alfredo Kraus. / AH

Carlos Goñi: "Amaral, Extremoduro y El Lichis me taladran el corazón, no las canciones de Quevedo"

El madrileño Carlos Goñi, líder de Revólver, se sube el domingo dos de febrero al escenario del Auditorio Alfredo Kraus para presentar 'Playlist', con versiones de bandas o músicos como Leiva, Amaral, Robe Iniesta, Lichis o Iván Ferreiro

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Una mañana, en plena gira de Adictos a la Euforia, su anterior álbum, se levantó con la idea de meterse en la piel de las canciones que le han robado el corazón para hacer un disco de versiones.

Y no de canciones cualquiera, sino de esos temas "tan enormes que me jode no haberlos escrito yo", confiesa el líder de Revólver, uno de los grupos míticos del pop-rock hispano, con 35 años en los escenarios y 13 discos editados.

En esta entrevista repasa la actualidad y revela los secretos del último de esos trabajos, Playlist, 11 canciones que el músico de botas de vaquero coge prestadas de grupos y artistas como Leiva (Lady Madrid), Elefantes (Azul) ‚ Leo Dan (Te he prometido), Robe Iniesta (La vereda de la puerta de atrás)‚ Rubén Pozo y Lichis (Mesa para dos), Jaime Urrutia (Dónde estás), Iván Ferreiro (El equilibrio es imposible), Amaral (Cómo hablar) ‚ La Quinta Estación (El sol no regresa), Supersubmarina (Viento de cara) y La Habitación Roja (Indestructibles).

[Pregunta] Euforia o melancolía. ¿Cuál es el motor que mueve su música?

[Pregunta] Euforia, la melancolía nunca. No soy nada melancólico. 

En tiempos de Tinder, ¿sigue pensando que el amor es la droga más dura?

Sí, por suerte para mí. Hay muy pocas cosas más: el poder, el dinero, el amor y el sexo.

Goñi con su inseparable guitarra. / AH
Goñi con su inseparable guitarra. / AH

¿A eso le sigue cantando Goñí?

A eso y otras muchas cosas más. Un periodista bastante desafortunado dijo que Revolver sería una banda instrumental si no le hubiera cantado al amor. Evidentemente no había escuchado ni una sola canción, porque se hubiera dado cuenta de que hay discos enteros con muchísima crítica social. Al final acabas escribiendo sobre lo divino y lo humano, sobre las personas. Unas veces nos queremos, otras nos odiamos y raras veces nos respetamos. En general hablo de la condición humana.

¿Por qué un disco de versiones a estas alturas de la vida, con 30 años sobre los escenarios y 13 álbumes a sus espaldas?

Precisamente por eso. No fue nada premeditado. Adictos a la euforia llevaba tres meses en la calle y la gira iba como un tiro, éramos número uno en ventas. Todo iba fenomenal, decidimos hacer Playlist en el momento que menos nos hacía falta. Me levanté un día por la mañana y le dije a mi mánager que iba a grabar un disco de versiones.

¿Cómo se lo tomó?

Me miró con cara de 'pero qué dices", y me dijo 'joder, Carlos, vamos a tener que cambiar la planificación de todo el año'. Y eso hicimos. Adictos a la euforia salió en febrero, la gira comenzó en marzo y a los dos o tres meses se me ocurrió esta idea. En noviembre estábamos grabando Playlist.

De Pereza o Extremoduro a Los Piratas y La Habitación Roja, del rock más clásico al indie más intimista, por decirlo de algún modo. ¿Qué tienen en común este puñado de canciones que ha versionado?

Que son muy buenas, que no es poca cosa. Lo que me mueve del concepto de la música es la canción: un tío con una guitarra o una tía con un piano que llegan, te cuentan su historia y te taladran el corazón o no. ¿El estilo? Que lo pongan otros. En las radios he tocado un par de temas y una de las canciones que hago siempre es La vereda de la puerta de atrás, de Extremoduro, porque funciona que te mueres solo con una guitarra en acústico. Al final, si la canción es buena, nos llega al alma a todos.

¿Cómo es meterse en la piel de otros?

Verás, tengo dos hijos. Uno mayor, de 35 años, que es de mi primer matrimonio, y una hija de 25 años, que es adoptada. Con uno he tenido que ver biológicamente y con el otro no, pero a los dos los quiero exactamente igual. Eso da lo mismo. Con las canciones es idéntico. Me lo paso igual tocando El dorado o El roce de tu piel que con La vereda de la puerta de atrás. Estas canciones son tan enormes que me jode no haberlas escrito yo. Es una maravilla que existan y todos las podamos disfrutar. En mi caso, además, haciendo música, que es lo más que me gusta.

El músico madrileño durante un concierto de Revólver. / AH
El músico madrileño durante un concierto de Revólver. / AH

¿El viejo anhelo ese de hacer la canción más bonita del mundo?

En mi caso, espero que no pase nunca. Decía Unamuno, en un libro dedicado a los escritores noveles, dos cosas: la primera que no llegues nunca, porque en el momento que llegues ya será la hora de volver. Por eso es muchísimo mejor no llegar nunca, yo no he llegado nunca a nada. La otra es desearle a todos muchas esperanzas, que estuviesen siempre verdes, pero que no se cumplieran nunca. Es fantástico tener millones de sueños, pero cada sueño cumplido es una ilusión menos que te queda. No es una cuestión de cuánto camino llevo hecho o cuánto me queda por hacer, qué va, el camino lo haces cada día. Se trata de pasártelo lo mejor posible y que la gente a tu alrededor esté feliz con lo que haces.

¿Con qué se encontrará el público en el Alfredo Kraus, tocará temas propios?

Claro, claro, claro. Playlist son 11 temas e igual caen 4 o 5 más. Serán dos horas de concierto largas. En alguna canción se me ha ido un poco las manos y me han dicho 'muy bonitas las versiones, pero deberías haber tocado más temas tuyos'. En fin, organizar un repertorio es cuestión de equivocarte lo menos posible, porque acertar, acertar, aunque toques cuatro horas, es muy difícil. Siempre habrá alguien que te diga aquello de te faltó la de...

Más con su extensa discografía.

Sí, son más de 200 canciones editadas, y hay temas que deben estar siempre, porque forman parte de los cimientos más profundos de Revólver y la gente viene a escucharlos.

¿Ve factible que artistas de su talla o estilo versionen en un futuro a cantantes como Quevedo o Bad Bunny?

No lo sé. Si de repente Quevedo o Bad Bunny hacen canciones que me taladren el corazón, me ericen el vello o me salten las lágrimas no tendría problema en hacerlo. El problema es que hasta ahora eso no ha ocurrido, pero sí que me ocurre con Amaral, Extremoduro, La Habitación Roja o El Lichis. Al final es una cuestión de emociones.

¿La música es una cuestión de emociones?

Claro, y esa es mi manera de verlo. Otra gente no lo verá así. En estos años he aprendido a no tener opinión de todo. Es un tipo de música que no conozco. No he oído nunca a Quevedo, más allá de cuando suena en el coche y alguien te dice 'esto tiene millones y millones de reproducciones'. No me atrevo a opinar porque no conozco ni sigo esa música. Me faltan datos para decir si es una mierda o me parece una maravilla. Pero mira, que cada cual haga lo que le de la gana, porque aquí lo que debería estar penado es meter la mano en la caja de todos. A esos hay que meterlos en la cárcel y tirar la llave al mar. Por lo demás, macho, da lo mismo que te gusta un tipo de música u otro.