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Imagen de dos personas enfadadas / PEXELS

La palabra que utilizan los canarios cuando se enfadan: el resto de españoles no la entiende

Esta palabra tiene varios significados, según el contexto, y suele usarse para insultar a alguien por su ineptitud, su desfachatez o su falta de seriedad

Cuando la conversación se caldea, las palabras cambian de tono, y también de territorio. Cada lugar tiene su propio diccionario emocional: ese conjunto de frases, expresiones y vocablos que se activan cuando hay un enfado, un pique o una buena discusión. En Canarias, esta riqueza lingüística se manifiesta de forma especialmente creativa. Lejos de los insultos más comunes en la Península, en el Archipiélago existe todo un repertorio de términos que, para quienes no son de las islas, resultan tan llamativos como incomprensibles.

No se trata de palabrotas agresivas ni de insultos especialmente vulgares. Es más bien una forma popular —y muy canaria— de decir las cosas con gracia, pero también con firmeza. Algunas palabras suenan incluso simpáticas… aunque el tono no lo sea tanto.

El insulto más sonoro

Una de esas expresiones que los canarios usan cuando están enfadados o quieren despreciar a alguien es "cachanchán" —o "cachanchana", en femenino—. Este término, recogido por el Diccionario Básico de Canarismos, tiene múltiples significados. Puede aludir a un trabajador torpe o inexperto, a una persona informal o chanchullera, o incluso a alguien viejo y decrépito. En todos los casos, el uso va cargado de cierto desdén, aunque sin llegar a la grosería.

Llamar a alguien "cachanchán" es, en esencia, restarle valor: se le acusa de no saber, de no servir, o de actuar de forma deshonesta. Pero, como ocurre con muchas expresiones populares, el tono y el contexto son clave para entender su intención real.

Otros insultos canarios

El repertorio no termina ahí. Cuando hay discusión, también pueden aparecer palabras como:

  • Machango: persona ridícula, sin criterio o que hace el ridículo.
  • Tolete: alguien tonto o torpe.
  • Bocachancla: quien habla sin pensar, indiscreto o chismoso.
  • Enclenque: débil o enfermizo.
  • Jocicudo: con los dientes salidos o prominentes.
  • Chafalmeja: torpe, persona que estropea lo que toca.

Todas estas expresiones forman parte de ese español canario que enriquece la lengua común con sus particularidades. Algunas suenan a otros siglos, otras siguen muy vivas en el día a día, y todas reflejan la idiosincrasia de un pueblo que sabe decir mucho… incluso cuando se enfada.