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El dominio de la flor de sal tiene nombre: Juan Carlos Rodríguez Curpa

Me encontré al chef de El Jardín de la Sal (Fuencaliente) en la Feria Ganadera y Artesana de San Antonio del Monte (Garafía, La Palma), una cita con grandes quesos y vinos

Fran Belín

Al chef palmero se le puede intuir siempre en movimiento: en cualquier momento, en todo lugar donde haya que fortalecer sinergias y convicciones culinarias, allí estará él. Tanto en la competición regional, en Tenerife, como en un ronqueo de patudo en Tegueste o El Hierro, aparte de sus ensayos con la sal en su feudo de Fuencaliente:el cocinero es uno de los baluartes canarios por esa inquietud por reinterpretar la esencia de la tradición.

Es uno de los encuentros del sector primario de mayor renombre del Archipiélago, el de San Antonio del Monte (Garafía, La Palma). Se desarrollaba este fin de semana en un magnífico marco y ambiente y una afluencia masiva. Uno de los fuertes del pintoresco encuentro fueron, sin duda, los concursos de Quesos Artesanales (al que fui convocado como catador) y de Vinos (también con apartado en ecológicos) en los que se pudo comprobar un gran nivel a juicio de los catadores llegados desde todas las Islas.

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Muestras del centenar que se presentaron en el Certamen de Quesos Artesanos | FB

En un momento encontré a una de esas presencias fortuitas, siempre gratas, como es la del chef Juan Carlos Rodríguez Curpa, esta vez en un enclave de Garafía magnífico, sorprendente, cargado de energía positiva,... Una fantástica puesta en valor del sector primario canario, en este caso palmero, y en el que el jefe de cocina del demostró que nuestros cocineros están cada vez más en contacto con el sector primario.

“¡Esto de la cocina lo ‘mamé’ yo de pequeño!”, proclama el chef titular de El Jardín de la Sal, casi como parte esencial de su currículum en el que, sin duda, ha regido la continua y estricta formación desde sus orígenes en el centro Virgen de las Nieves. 

Cocinero carismático en esta tierra palmera, a la sazón en Fuencaliente, lugar en el que el chef fue acuñando el término de solvencia y se le fue impregnando a lo largo de una andadura perseverante y fructífera, una vez acometió su vocación en el Parador Nacional de La Palma. Más de una década años fuera, reciclaje, asimilación y despliegue decidido en el marco de la cocina regional y el legado de las abuelas.

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Juan Carlos Rodríguez Curpa

Le cogió el “gusanillo” a la esencia de la tradición para plantear su estilo intransferible de gustos y sabores afinados y directos. Apareció la sal. ¡Sí, el milagro de la sal! Pescado salado, barrilote, mojamas, salmueras, costillas saladas para un buen potaje…

En Fuencaliente, el dominio de la sal marina, la flor de sal,… es todo un privilegio para este señor de los fogones que ha aprendido a dominar con virtuosismo factores de oxidación, humedades, aromatizaciones sorprendentes… 

Juan Carlos Rodríguez sale en reivindicación de las mal denominadas “islas menores” y está convencido de que “los propios palmeros debemos poner en valornuestras singularidades en un mismo snack o aperitivo. ¿Porqué no un escacho o un caldo de huevo como bienvenida al comensal?”.

En cuanto al certamen quesero, el Queso Mejor Valorado 2018 fue el de Lomada Grande, de Jesús Besay Rodríguez Cabrera (categoría de Fresco), mientras que en la cita vitícola la Gran Medalla de Oro fue para un malvacía aromática dulce, de la Bodega Tamanca.

En la evolución en positivo de los referidos quesos valorados, una de las piezas fundamentales que ha contribuido en ello es la calidad lechera que propicia la cabra palmera, de la que se pudieron contemplar espléndidos ejemplares como se puede apreciar en la imagen.

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Ejemplares de cabra palmera I FB