Los clubs de lectura se han convertido en una espacio de comunidad cultural / AH
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Elogio de la lectura

Uno se redescubre tantas veces en un libro que es imposible no regresar buscando otros argumentos

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La lectura es vida. Para muchos de nosotros es imprescindible para entender y para entendernos. Requiere atención, concentración y disciplina. Leer lo que nos apetece, lo que nos ayuda a entender lo que no sabemos y lo que ni siquiera sabíamos que estábamos buscando. Uno se redescubre tantas veces en un libro que es imposible no regresar buscando otros argumentos, otros placeres y otros días proustianos, es el único paraíso que podemos inventar con las palabras, el sueño vívido e intenso que crea el pensamiento descifrando la magia de la sintaxis y los significados; pero es, sobre todo, el fulgor de la luz y de la emoción de quien escribe volando alto para que nosotros luego podamos volar realmente lejos.

Cervantes decía que lo que se sabe sentir, se sabe escribir; pero también leer: se lee lo que se ha sentido y se ha vivido, por eso es la empatía una de las consecuencias de la lectura, el ponerte en el lugar de otro para tratar de entender, o el asomarte a tu propio espejo reconociendo rincones de tu mente y de tu alma a los que no llegas en la vorágine diaria, en ese despiste constante en el que estamos inmersos casi todos los días. Ahora ha salido un estudio que demuestra que la lectura de veinte minutos mínimos diarios es clave para ciertas conexiones neuronales que, de no mediar este proceso, estarían dormidas, y también lo es para mielina que agiliza la velocidad de las neuronas, para la capacidad de tomar decisiones y para la propia felicidad diaria. Todo eso que intuíamos los lectores ya lo demuestran con escáner, con imágenes del cerebro cuando lee o cuando no lee, que en muchos casos casi es como decir cuando vive o cuando no vive. 

Salud

Estos tiempos nos alejan sin darnos cuenta de ese hábito que antaño nos tenía muchas horas viajando lejos. No íbamos con la pantalla a todas partes, no recibíamos mensajes por todos lados, no teníamos varios partidos del siglo cada mes. Uno desconectaba el teléfono y podía dejar pasar las horas viviendo otras vidas, o recreando nuestra vida olvidada, o la que soñamos consiguiendo que esos sueños parezcan ciertos. También indica ese estudio que el leer es clave para evitar las enfermedades relacionadas con la mente y con los procesos cognitivos, pero además ayuda a crear un espíritu crítico y a contar con nuestra propia opinión, a no ser parte de un rebaño que va donde le dicen que hay que ir, o que piensa lo que otros le ordenen sutilmente que piensen ante la reacción de lo que nos ponen delante los algoritmos.

Justamente, la lectura se salva de esos algoritmos porque uno nunca sabe qué es lo que va encontrar en su subconsciente cuando se cruzan la emoción y las palabras, cuando alguien logra que nos olvidemos de esta dimensión y nos lleva en volandas por otros mundos en donde parecemos más ciertos y cuerdos, por lo menos mientras dura la lectura y logramos salir de este extraño laberinto cada día más complicado. Leer para vivir y para soñar, para ser libres, y para habitar muchas más existencias en nuestro pensamiento. Leer para resistir. Para tratar de entender. Para no estar muertos.