En pleno centro de Santa Cruz de Tenerife todavía hay locales que esquivan la franquicia y que mantienen vivo el espíritu de la tienda de barrio, de la cercanía y de la pasión. Todavía es así porque hay personas que apuestan por ello. Una de ellas es Dácil Zurita, una química canaria que tras años fuera de las islas ha decidido montar una librería, La Pardela, en el corazón de la capital.
En una máquina de escribir en la librería se puede leer la frase “las cosas podrían haber sucedido de cualquier otra manera, y, sin embargo, sucedieron así”. Son las palabras que inician El Camino, de Miguel Delibes, y, un poco, la filosofía de lo que supuso para Dácil Zurita abrir esta librería de barrio: un camino profesional que nada tiene que ver con la literatura y que, sin embargo, le llevó a crear un nuevo refugio literario.
Un cambio de rumbo
Ella es química de profesión y hasta ahora llevaba 35 años fuera de Canarias. Tenía una empresa dedicada al sector químico a las afueras de Barcelona, pero como “las cosas podrían haber sucedido de cualquier otra manera”, tuvo que volver a la isla a cuidar de su madre. Así que vendió la empresa química y, con un par de años todavía para jubilarse, decidió montar un negocio alejado de su campo laboral y que fuera “más un hobbie”.
Como su pasión es leer lo tuvo claro: una librería cercana y con títulos más allá de lo comercial y “que merece la pena leer”. La Pardela no fue un nombre casual, Zurita estuvo al menos un mes de elección de nombres y animales relacionados con las islas hasta dar con este ave marina como mejor ejemplo de su propuesta: una representación de la independencia literaria que busca, con su cántico que parecen historias nocturnas. Así llegó el pasado martes la apertura de puertas del local -en San Clemente, 21-, aunque la inauguración oficial será el próximo 15 de octubre, festividad de Teresa de Jesús.
Una librería de barrio
“El primer criterio es traer títulos que, a priori, pienso que es buena literatura”, explica sobre la selección de libros que marca la línea de la librería. Aunque “al fin y al cabo esto es una librería de barrio, los clientes te van orientando”, apunta. Eso sí, bromea con que hay títulos como la biografía de Isabel Presley que no tiene previsto vender, tampoco cocina o viajes.
Uno de los puntos fuertes de La Pardela es el teatro, un género al que Zurita le tiene especial cariño y que, por ello, le ha dedicado un lugar destacado en la librería. También hay espacio para la poesía, para el ensayo, los cómics, la narrativa y la literatura infantil. Pero la nueva librera admite que le queda mucho que aprender sobre las editoriales, especialmente las canarias, con las que tiene todavía que contactar. Pese a ello, en sus estantes no faltan las escritoras tinerfeñas Andrea Abreu y Aida González Rossi.
Sector en crecimiento
Pero la apertura de esta librería no es algo casual, antes de ello hizo todo un estudio de mercado, en el que analizó que la lectura estaba creciendo entre los jóvenes, especialmente en formato papel. “Si a ti te gusta leer no hay nada como tener el libro en físico”, apunta. Por ello, pese a todo, señala que “el sector del libro está en crecimiento y los jóvenes vienen fuertes”.
De momento, el espacio está despegando, las cajas de libros siguen llegando y las estanterías aguardan, pero Zurita ve potencial en La Pardela para no solo ser un local que vende libros, sino acoger ese impulso literario que está en auge en las islas y poder celebrar presentaciones de libros, micros abiertos e, incluso, talleres.
