Solsticios y Atlánticos

Entre el martes 26 y el viernes 30, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) celebrará el Encuentro Internacional del Consejo Editorial de la Revista Atlántica

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En la imagen, interior del Centro Atlántico de Arte Moderno. : CAAM
En la imagen, interior del Centro Atlántico de Arte Moderno. : CAAM

Estos días son de comienzo, de dejar atrás lo que pesa y también lo que llevamos sin esfuerzo, son días de empezar de nuevo sin olvidar lo vivido; pero recordando siempre que la vida es un horizonte, una mirada lejana hacia delante. Todo esto lo hemos aprendido los grancanarios mirando al Atlántico, lo que aprendió Heráclito de las aguas que no vuelven dos veces, lo que escribieron Homero y Kavafis sobre las Ítacas, aquellas estelas de la mar de Antonio Machado y, por supuesto, lo que nos contaban los marineros antes de salir a faenar cada mañana, que la pesca de ayer está bien para el recuerdo, pero que no alimenta ni sirve para llenar las nasas de la nueva jornada.

La condición efímera del mar se parece mucho a la del arte, y ambas son difíciles de definir. Si acaso nos amparamos en el solsticio de estos días, en una reinvención constante y en que la orilla de ayer nunca será parecida a la de mañana aunque se asemejen o no nos demos cuenta de los cambios cuando paseamos por la playa. 

Entre el martes 26 y el viernes 30, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) celebrará el Encuentro Internacional del Consejo Editorial de la Revista Atlántica, unas jornadas a las que asistirán los expertos que participan en el proyecto Atlántica, que es algo más que una revista, o que es una revista que trata de dar respuesta a esa respuesta del arte moderno, o del arte que se vislumbra en esos horizontes tan proteicos de los que venimos hablando. Ya el diseño del arquitecto Saenz de Oiza del interior del CAAM planteó un barco que navega por las salas, los pasillos y las escaleras en donde se exponen propuestas que casi nunca dejan indiferentes. Por eso la palabra Atlántico es clave en todo lo que se programa en el CAAM, en el acercamiento al arte africano, en la mirada hacia América, en la búsqueda de las rutas creativas europeas y en todo lo que influye todo ese encuentro de culturas en los artistas canarios. Durante cuatro días, habrá mesas redondas en las que se hablará de ese solsticio del arte de vanguardia que nos espera o del que ya está navegando cerca y no logramos ver hasta que alguien nos hace caer en la cuenta de esas miradas nuevas. El Atlántico también sirve de navegación para este periódico, con todo lo que puede acontecer en las orillas de los océanos de la actualidad y sus circunstancias.

Crear es pensar todo el tiempo, pensar e intuir, y luego repensar sobre lo que ha surgido donde antes no había nada. Esa transformación de la materia y de esa recreación de nuestros sueños, quizá sean las únicas pistas que vamos dejando desde Altamira hasta nuestros días, en el arte, pero también en el pensamiento, y en la propia interpretación de este tiempo tan vertiginoso que estamos viviendo. Esa pausa del diálogo y esa necesidad de un contexto que nos ayude a no perdernos, creo que requiere de jornadas como estas para no extraviarnos o para saber lo que estamos creando y lo que aún no sabemos que ya se está gestando en las pantallas, en los lienzos o en la virtualidad. El arte es el espejo virtual en el que quizá mejor nos reconocemos, mirando y creando al mismo tiempo, porque quien crea no hace más que buscar una mirada cómplice que le acabe entiendo. 

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