¿Alguna vez te has preguntado cómo suena un terremoto? Gracias a la técnica de sonificación, las vibraciones del suelo captadas por los sismógrafos pueden convertirse en sonidos audibles para el oído humano. Esto es lo que el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) ha hecho con los enjambres sísmicos registrados en Tenerife los días 6 y 7 de agosto.
Cómo funciona
El proceso comienza con la detección de los terremotos por parte de los sismógrafos, que registran la actividad como señales digitales. Estas ondas, sin embargo, tienen frecuencias demasiado bajas para que podamos percibirlas directamente.
Para hacerlas audibles, los datos se aceleran 500 veces, transformando lo que antes era inaudible en una secuencia sonora que permite interpretar y analizar los movimientos del subsuelo de forma distinta y más directa.
Una nueva forma de entender la Tierra
Especialistas destacan que esta técnica no solo tiene un valor divulgativo, sino que también ayuda a la comunidad científica a estudiar los fenómenos sísmicos desde otra perspectiva. Escuchar cómo “suena” la actividad bajo nuestros pies permite acercar la geofísica al público, facilitando la comprensión de procesos naturales que, aunque invisibles, forman parte de la dinámica del planeta.
En el caso de Tenerife, los sonidos captados corresponden a los enjambres sísmicos detectados en las dos jornadas mencionadas, un fenómeno habitual en islas volcánicas, pero que sigue siendo objeto de seguimiento constante por parte de los organismos especializados.