“Yo no tenía un apellido, era la hija del ciego”

La periodista Yaiza Díaz presenta su primera novela, La hija del ciego, donde expone sin penas cómo fue su infancia de la mano de su padre quien sufría ceguera

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La periodista Yaiza Díaz con su primera novela La hija del ciego. / Atlántico Hoy
La periodista Yaiza Díaz con su primera novela La hija del ciego. / Atlántico Hoy

La vida de Yaiza Díaz (Tenerife 1983), siempre ha estado ligada a la comunicación. Ya fuera detrás de una cámara, sosteniendo un micro, escribiendo una noticia o caminando por las calles de La Laguna de la mano de su padre, quien era ciego, mientras ella le explicaba qué veía. No es de extrañar que ahora se adentre en el mundo de la literatura con La hija del ciego (Editorial Kinnamon), novela con la que quiere romper estereotipos para narrar una realidad sin pena que vivió en casa. 

“Llevo toda la vida coleccionando esos momentos en mi mente para plasmarlo luego a conciencia”, explica la periodista y autora Yaiza Díaz. En esta, su primera novela, relata primero su vida, bajo el nombre de Marina (como homenaje a su abuela) hasta los 24 años: los juegos con su padre, su trabajo vendiendo cupones en San Cristóbal de La Laguna y todas las anécdotas que experimentó con él. “Nosotros hemos estado unidos como con un cordón umbilical porque yo era sus ojos y él era los míos, él era mi manera de ver la vida”, comenta con emoción. 

Pero por otra parte, hace un trabajo de imaginación al ponerse en la piel de su padre, Sergio, y el de dos de sus hermanos, quiénes también perdieron la vista a lo largo de los años. “A mi me impactó mucho cuando ellos me contaron el día en el que dejaron de ver, y eso está reflejado en la novela”, comenta. Un contexto que también desarrolla los viajes a Barcelona para las operaciones y la relación de sus abuelos, quienes vieron cómo tres de sus seis hijos se quedaron ciegos y en el registro los denominaban “inútiles”. “Creo que es muy interesante que la gente lo lea y lo piense”.

Dentro de su familia

El título de la novela no es casual, es su descripción desde pequeña. “Yo no tenía un apellido”, comenta, “yo era la hija del ciego”. Para ella escribir este libro ha sido como abrirse en canal. “Vives conmigo dentro de mi familia: conversaciones con mi padre, juegos, ir al fútbol, ir al karaoke,.. cómo se hace eso con una persona ciega”, explica. De hecho la novela es tan familiar que toda la familia de Díaz se busca así misma entre los personajes de la novela. “ Es muy divertido saber que se van descubriendo”. 

La periodista busca con La hija del ciego que el lector comprenda una verdad sin edulcorar de la ceguera. “Aquí no hay pena ninguna, mi padre era un hombre divertidísimo, era admirable, yo nunca sentí en mi casa que hubiera un problema porque él nunca me lo hizo ver”. 

Díaz ve ahora en su yo de pequeña a una niña “que siente la necesidad de comunicar, de contarle a su padre cómo era el mundo para que él no perdiera detalle”. Y de esa comunicación nace su razón de ser como periodista. “Esta es una historia de amor hacia mi padre y hacia mi profesión”, comenta con una sonrisa.

 

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