Aficionados del Club Deportivo Tenerife./ EFE
Aficionados del Club Deportivo Tenerife./ EFE

El CD Tenerife alcanza la deuda más alta de su historia con 25 millones de euros de pasivo

La entidad blanquiazul se ve forzada a realizar un plan de ajuste de emergencia para resistir en Primera Federación

Álvaro Oliver González, redactor jefe en Tenerife

El CD Tenerife se presentará ante sus accionistas el próximo 22 de diciembre, en la sala de prensa del Heliodoro Rodríguez López, en un contexto financiero sin precedentes. La entidad blanquiazul llega a la cita con una deuda creciente, una estructura de ingresos profundamente alterada por el descenso y un presupuesto sometido a una fuerte contención.

Se cumple, además, un año desde el cambio de manos en el paquete accionarial mayoritario, un periodo en el que los gestores han debido afrontar una situación ya deteriorada y agravada por la pérdida de la categoría profesional.

Una deuda que alcanza su cifra más alta

Las cuentas del ejercicio cerrado el 30 de junio de 2025, ya a disposición de los accionistas, fijan la deuda total en 25,3 millones de euros. De ese importe, 10,4 millones corresponden a obligaciones a corto plazo y 15 millones a pasivos a más largo recorrido. La diferencia respecto al ejercicio anterior es notable: en junio de 2024 la deuda era ligeramente superior a 19 millones.

Este salto cuantitativo se produce en un escenario marcado por la pérdida de ingresos del fútbol profesional. Los derechos televisivos, que en Segunda División superaban los seis millones de euros, se reducen ahora a apenas 65.000 euros. El impacto de este descenso es determinante y obliga a redefinir el diseño del presupuesto para la temporada en curso.

Un presupuesto ajustado para sobrevivir en la categoría

Para el ejercicio 2025/2026, el Tenerife ha establecido un presupuesto de 10,4 millones. En él se reserva una partida de 5,6 millones para la plantilla deportiva y tres millones para la estructura no deportiva. La previsión se sostiene en tres pilares principales.

El primero, la aportación de la masa social, que podría generar 2.210.000 euros entre abonos y entradas. El segundo corresponde a la publicidad y promoción, estimada en 5,8 millones. El tercero es la actividad comercial, que aportaría alrededor de 1,5 millones.

A estos ingresos previstos se suman partidas extraordinarias. La ayuda al descenso proporcionada por LaLiga, cifrada en 1,2 millones, continúa siendo un soporte clave. También destacan los patrocinios institucionales, aunque revisados a la baja tras el cambio de categoría. La aportación del Gobierno de Canarias para el curso 25/26 queda finalmente en 544.660,64 euros, mientras que el acuerdo con Turismo de Tenerife se reajusta hasta 1,8 millones.

Nuevo escenario

La reestructuración no afecta únicamente al área deportiva. El club ha aplicado una política de contención interna que abarca todas las áreas. Las retribuciones del consejo de administración se redujeron de 411.000 euros en la temporada 23/24 a 311.000 euros en la 24/25. En paralelo, se han ajustado los gastos de mantenimiento, se ha optimizado el uso de recursos y se han beneficiado de las ayudas proporcionadas por la Real Federación Española de Fútbol, que contribuyeron a reducir el coste de desplazamientos, una partida que en la 24/25 había alcanzado 1,2 millones.

La búsqueda de ingresos alternativos también se ha convertido en una prioridad. El club ha impulsado la creación de un club de empresas, con el objetivo de atraer nuevas firmas al proyecto. Asimismo, ha reforzado la promoción de asistencia al estadio, potenciando la venta de entradas y la fidelización de abonados como fuente de liquidez. A ello se suma el ingreso generado por el valor de la plaza de Segunda División, una ayuda que contribuye a sostener el equilibrio económico.

El mercado, un salvavidas en medio del ajuste

El área deportiva ha contribuido a aliviar la presión financiera mediante las operaciones de traspasos, que sumaron 2,7 millones de euros. La salida de Aarón Martín rumbo al Al Qadsiah, en febrero de 2025, fue la más relevante en términos económicos y permitió reducir parcialmente el impacto del descenso en los ingresos ordinarios.

A pesar de las medidas adoptadas, el Tenerife mantiene compromisos económicos heredados de etapas anteriores, que incluyen pagos por traspasos ya realizados, comisiones a intermediarios y otros conceptos vinculados a contratos previos. Estas cargas condicionan el margen de maniobra del equipo gestor en un momento especialmente delicado para las finanzas de la entidad.

Un consejo sometido a cambios y una junta clave

En el plano institucional, el Tenerife planteará la revisión del número de consejeros, que según los Estatutos debe situarse entre tres y siete. Actualmente forman parte del órgano de gobierno Felipe Miñambres, Ayoze García, Antonio Porro, Sheila Trujillo y Rayco García, y la propuesta busca actualizar esta cifra al marco estatutario.

También se debatirá el umbral de participación accionarial necesario para intervenir en futuras juntas. Aunque la presidencia corresponde a Miñambres, se prevé que la sesión del día 22 sea dirigida por Antonio Porro, secretario del consejo y CEO de la institución.

El ascenso, clave para garantizar el futuro

La estrategia del actual equipo gestor se apoya en un diagnóstico inequívoco: la viabilidad del club depende de su regreso al fútbol profesional. Las medidas de control del gasto, la ampliación de vías de ingresos y la revisión de la estructura interna ofrecen un margen temporal, pero solo un ascenso devolverá al Tenerife la capacidad financiera que proporciona la estructura de LaLiga. Si ese objetivo no se alcanza, la entidad podría verse obligada a activar otras fórmulas de financiación, incluida una ampliación de capital, para asegurar su continuidad en el medio plazo.

El CD Tenerife afronta así una junta determinante, en la que los accionistas deberán evaluar no solo la respuesta inmediata a la situación financiera, sino también el rumbo de una institución que atraviesa uno de los momentos más decisivos de su historia reciente.