Del infierno a la esperanza en 90 minutos. El desánimo que reinaba desde hace meses en el entorno de la UD Las Palmas menguó con la victoria amarilla de este sábado en Getafe. No es para menos, pues los jugadores de Diego Martínez no lograban tres puntos de una tacada desde que lo hicieran frente al Espanyol el pasado mes de diciembre, y el triunfo ante los azulones ha destapado la fe de la parroquia insular.
Los comentarios por la calle, el chascarrillo en los bares, las charlas familiares o de trabajo… todas en un mismo sentido: la losa de un descenso que parecía, hasta hace dos días, inevitable. Pero en la masa social de la Unión Deportiva, como en casi cualquier hinchada, entre el pesimismo más recalcitrante y el optimismo más eufórico no hay, en muchas ocasiones, más que los 15 centímetros que pueden separar un poste de un gol.
Aunque la situación se reconoce aún harto complicada, parece razonable pensar que muchos aficionados, jugadores, técnicos y dirigentes han aprovechado el fin de semana para revisar la clasificación y el calendario y, calculadora en mano, volver a hacer cábalas que dirijan a la continuidad del equipo insular en la máxima categoría del fútbol español.
Calendario nada sencillo
Y en las proyecciones matemáticas y en los pronósticos, cada cual coloca a los amarillos con una cantidad de puntos distinta al concluir la competición. Atlético de Madrid, Valencia, Rayo Vallecano y Leganés visitarán el Estadio de Gran Canaria, mientras que Athletic de Bilbao, Sevilla y Espanyol serán los rivales fuera de la isla.
Hasta la alegría de Getafe, cada partido se sentía en el aficionado amarillo casi como un imposible, porque 13 encuentros sin ganar dan para eso y para más. Ahora, sabiendo que continuará siendo muy complicado batir a cualquier oponente, la ilusión gana espacio y da cierto sentido a la esperanza de que la UD haya desatascado la situación y los nuevos bríos le hagan llenar su saco de puntos para alcanzar la orilla exhausta y temerosa pero aún respirando.
La media de puntos en la última década para lograr la permanencia en Primera División es de 36. Hace dos campañas, el Valladolid se fue al pozo con 40 puntos. El Almería necesitó 41 para salvarse de la caída. Por el contrario, en la 17-18, Depor, Las Palmas y Málaga completaron un curso desastroso, y cualquier equipo con 30 puntos hubiera logrado quedarse en la élite. La temporada pasada, con 34 fue suficiente.
La orilla, en los 37 o 38 puntos
La UD Las Palmas, después de 31 jornadas de la Liga EA Sports, acumula unos paupérrimos 29 puntos. Atendiendo a que parece que se jugará todo con Alavés (30) y Leganés (28), la cifra que este año otorgue la permanencia puede estar cercana a los 37 o 38.
De los 21 puntos que faltan por disputar a cada club, los grancanarios necesitan imperiosamente al menos 9. Tres victorias o dos victorias y tres empates en siete partidos. Difícil pero no imposible, sobre todo después de haber ganado a los de Bordalás.
El Leganés tiene un camino, en cuanto a los rivales, más cómodo que el de Las Palmas, pero debe pasar por Siete Palmas en la penúltima jornada. En la última, recibirá en Butarque a un más que descendido Valladolid. Por su parte, al Alavés le espera un calendario muy similar al de los insulares.
El Girona, penitente de su participación en la Champions League, suma 34 puntos y, aunque todo puede pasar, se antoja como inalcanzable para vascos, canarios y madrileños, y aún más el Espanyol (35) y el Sevilla (36).
La salvación, en Siete Palmas
Así las cosas, del tramo finalísimo de la competición para la UD Las Palmas se desprende que, sin descartar los puntos de ninguna convocatoria, los encuentros caseros ante Valencia, Rayo y Leganés decidirán el futuro inmediato de los amarillos. Ahí parece estar la salvación.
También que le convendría a los de Martínez parar la sangría de goles recibidos, porque su nivel de producción ofensiva es mayor que el de su competencia, pero el sistema defensivo ha sido un lastre desde el inicio del torneo liguero, siendo el equipo más goleado de la categoría a excepción del colista.
Los números atestiguan que la segunda temporada de un recién ascendido suele resultar más complicada que la del retorno a Primera. Quizá porque la ilusión no es la misma, quizá porque las expectativas son mayores, lo cierto es que mantenerse en ella se hace más difícil que alcanzar la gloria.
El sueño de la consolidación
Con Miguel Ángel Ramírez como presidente, la UD Las Palmas ha disputado 5 temporadas en Primera División, de un total de 20. El sueño hasta ahora irrealizable del máximo accionista de la sociedad anónima deportiva, consolidar a la entidad en la división de honor, se enfrenta a uno de sus momentos críticos, tras una campaña llena de penurias y sufrimientos.
Pero lo cierto, lo incomprensible, y también lo bonito del fútbol, es que una simple victoria se eleva muchas veces para convertirse en un punto de inflexión que cambie una trayectoria errática por un rush final con más autoconfianza y final feliz. Las Palmas ganó en Getafe y toda su tropa, por primera vez desde hace mucho tiempo, ve algo de luz al final de un túnel que, aún todavía, impone la oscuridad de una amenaza llamada Liga Hypermotion.