El Iberostar Tenerife entró al partido con la lección aprendida de la jornada anterior, donde fue a remolque tras una mala primera parte y pronto abrió diferencias en el marcador gracias a un gran primer parcial de 7-0, que frenó Pozas para Monbus Obradoiro con un gran triple. Sin embargo el equipo canarista siguió mandando durante casi todo el cuarto. Al triple de Pozas le contestaba desde la línea de tres puntos Javi Beirán. Cuando parecía que los locales se iban a ir en el marcador apareció otra vez Pozas, con ritmo y efectividad, para llevar el marcador a un 15-17 que provocó el tiempo muerto de Txus Vidorreta. Los ajustes sirvieron para que Brussino apareciera con un triple y finalizar el cuarto con 18-17 en el luminoso.
En el segundo cuarto la fluidez en ataque frenó en seco. Las defensas se impusieron a los ataques y en ataque, tanto Iberostar Tenerife como Monbus Obradoiro perdieron acierto, con tiros liberados que se fueron al hierro. Apareció la figura de Brussino para los locales pero sobre todo la de Iverson. Si el partido se volvió físico en ese terreno el pívot aurinegro tienes la de ganar. Una bestia en el rebote ofensivo y defensivo fue fundamental para aguantar en medio de caos y en los últimos del cuarto McFadden dejó ver su calidad para romper con un triple sobre la bocina de posesión el atasco. Al descanso los equipos se fueron a vestuarios con 32-23 en el marcador y con la sensación de estar todo por decidir.
Calentamiento del Iberostar Tenerife / @jacfotografoEl paso por vestuarios le vino muy bien entre otros a Javi Beirán que arrancó con dos triples consecutivos para llevar la diferencia a quince puntos. Sin embargo, Monbus Obradoiro quería estirar el partido lo máximo posible y respondía con un triple de Simons. Al acierto anotador se sumaba un viejo conocido de la afición aurinegra, Costas, desde el triple, para poner el 45-36 en el marcador. Apareció entonces en el momento que más lo necesitaba su equipo el bueno de McFadden, desde la línea de tiros libres y desde la línea de tres puntos para llevar el tanteo a un 51-38 que hacía levantar de sus asientos a los aficionados en el Santiago Martín.
El Monbus Obradoiro parecía reaccionar con Sabat en la dirección de juego y encontrando tiros cómodos para recortar diferencias pero si el equipo gallego sacaba la cabeza llegaba el triple de McFadden, acabó con 25 puntos y el partido se cerró con 78-52 en el luminoso.